Purga
policial: alabado sea el señor … aleluya, aleluya !!!. Generales policiales hasta debajo de las
piedras, vivían como Califas con harta gasolina, mientras el infierno de la
inseguridad nos asesina en cada esquina
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Purga policial: alabado sea el señor … aleluya, aleluya !!!
Generales policiales hasta debajo
de las piedras, vivían como Califas con harta gasolina, mientras el infierno de
la inseguridad nos asesina en cada esquina
Hasta que por fin se dio la
necesaria, urgente e insoslayable purga en la Policía Nacional del Perú (PNP),
el ministro del interior Carlos Basombrío (CB), ha dado de baja a 39, de un
altísimo número ascendiente a 86 Generales PNP, que dejó el ex presidente
Ollanta Humala Tasso (OHT), siendo que el número de generales que encontró OHT
al iniciar su gobierno fue de 45 generales PNP.
No quedó ahí la cosa, a
las pocas horas de purgar a generales PNP, el ministro del interior de PPK en
mención, volvió a purgar a la PNP y envió a su casa y con baja reglamentaria, a
80 coroneles, 120 comandantes y 240 mayores. Y en senda conferencia de prensa,
el ministro CB bajo comento, afirmó en pocas palabras, que la existencia
innecesaria de generales PNP, jala por cada general, a una extensa corte o
inmenso aparato cortesano tras suyo, atestado de oficiales en línea piramidal,
los mismos que buscan vivir palaciegamente, así como acomodarse bien y no hacer
nada en la parte operativa, a fin de combatir la maldita y terrible inseguridad
ciudadana, que azota, asola y baña de sangre las calles, plazas y avenidas del
Perú.
Pero, en verdad de
verdades, Generales PNP, había hasta debajo de las piedras y cada general tenía
su séquito de “odaliscas” con galones y vivían dichos generales como ‘Pachás’ o
‘Califas’ dorados, rodeados de elegancias, perfumes y comodidades y por cierto,
mucha, harta y demasiada gasolina, mientras el sulfuroso e hirviente infierno
de la inseguridad ciudadana, nos devora y asesina en cada esquina.
Esa purga policial era y
es, una necesidad antigua y prioritaria y está muy bien, que el actual ministro
del interior CB, haya tomado la decisión firme, efectiva y valiente de
iniciarla, con todas sus consecuencias.
Fue la mafiosa
partidocracia, la que manoseó innecesariamente a las instituciones policiales
después de la dictadura militar de Francisco Morales Bermudez, esas antiguas
instituciones policiales bajo comento, venían funcionando muy bien, teníamos a
la Benemérita Guardia Civil, colmada de gloria en tantas acciones valerosas al
servicio de la sociedad civil, tanto con su guardia de asalto, como con su
guardia de tránsito, entre otras guarniciones; teníamos a la poderosa, efectiva
y temida Policía de Investigaciones del Perú (PIP) uno de los cuerpos
policiales más técnicos y eficientes de toda Sudamérica; teníamos a la Guardia
Republicana, encargada de resguardar fronteras y patrimonio público.
Pero, la llegada al
poder del segundo gobierno de Fernando Belaúnde Terry (FBT) en 1980, significó
también, la llegada de ministros acciopopulistas vinculados abiertamente al
narcotráfico, es el famoso caso del ministro del interior Pércovich Roca y una gavilla
de malos policías, que ya estaban vinculados al narcotráfico, tal como se
descubrió, con el sonadísimo caso “Reinaldo Rodríguez López y su banda de
narcotraficantes” quien tenía también, infinidad de propiedades, negocios y
comercios de fachada, para ocultar su ilícita actividad en pleno centro de Lima
metropolitana (precisamente uno de esos edificios incautados, le fue cedido a
la policía antidrogas).
Con la llegada del
primer gobierno de Alan García Pérez (AGP) en 1985, se completó de arruinar, corromper
y desgraciar a las instituciones policiales; calculada y malevamente, se hizo
una pésima e impertinente reunificación policial, que simplemente sirvió al
narcotráfico en forma plena y de manera formidable; por lo tanto, la corrupta
partidocracia cumplió y cristalizó su sueño dorado y entonces, pasó a controlar
absolutamente a la policía nacional, por cierto, que el truco era y es, colocar
siempre a policías mediocres o serviles o corruptos y ascendidos especialmente,
para servir al aprismo en pleno gobierno y ahora, a la partidocracia
sobreviniente y de paso, servirle al narco y a muchas mafias que comparten sus
sucias ganancias, con los señores califas o mafiosos generales y su corte de
torcidas geishas con galones. Eso está probado por los hechos, en forma
palmaria y contundente.
Pero, la
institucionalización formal, orgánica, legal y constitucional de la policía al
servicio del narcotraficante y de las bandas delincuenciales de todo tipo, se
dio, o, se completó la faena maldita y mafiosa, con la llegada del fujimorato
de los años 90’, con Alberto Fujimori y su cerebro negro del mal y doctor en
mega-corrupción Vladimiro Montesinos Torres; obviamente que la primera dama de
la corrupción fue Keiko Fujimori, la misma que proditoriamente, ya había
permitido que torturen con terrible electroschok a su señora madre Susana
Higuchi de Fujimori, quien ya ha quedado mal del cerebro y de la mente, desde
la “planchada” eléctrica que le aplicaron en la cabeza, tal como ésta última,
lo denunció en su oportunidad.
Es harto sabido, que los
galones policiales, se compran con dinero en efectivo o que se ganan adulando a
poderosos políticos o formando parte de poderosas y temibles mafias
delincuenciales policiales, eso está probado y denunciado en múltiples
oportunidades, o, es que acaso no nos acordamos de cuantos altos oficiales
policías fujimontesinistas están presos o prófugos de la justicia y otros
condenados, por servir al terrorismo de Estado fujimorista y al narcotráfico y
a las bandas delincuenciales de todo tipo.
En suma, la institución
policial es un asco en el hoy por hoy, con delincuentes y drogadictos metidos a
policías, tal como se ha denunciado muchas veces; con escuelas regionales de
policías que más parecen burdeles o centro de adiestramiento de hijos de
delincuentes y narcos, tal como en los hechos se ha demostrado.
Y, para no hacer muy
larga, esta procesión probada y comprobada de corrupción institucional y
generalizada, solamente le diremos al ministro del interior CB, que todas las
purgas que haga, no van a servir a la larga, mientras el político tenga la
llave para interferir y mangonear a la PNP; asimismo, nada va a servir y
funcionar, si no se cambia la estructura y organicidad policial y eso significa,
que se debe terminar y derogar ese sistema de ascensos de tipo militar, tal
como está hoy; vale decir, deben haber solamente, dos o tres grados policiales
y nada más; los grados y ascensos, solamente se deben ganar y otorgar, por
acciones distinguidas, valerosas, inteligentes y eficientes de operatividad
policial en específico y centralmente: sacando de circulación o de las calles,
a la peligrosa mafia, narcotráfico y delincuencia y enviándolos a prisión. Lo
dejo ahí.
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