Perú no
tuvo intelectuales republicanos o liberales o revolucionarios y la República
emerge sin conciencia nacional y sin nación y sin territorio definido y con
gobierno elitista e excluyente.
MIS
CUESTIONAMIENTOS AL HISTORIADOR PABLO MACERA SOBRE EL DESARROLLO DE LA
CONCIENCIA NACIONAL: EMANCIPACION
Cuando era estudiante universitario en mi amada UNMSM y desarrollé mi actividad de bibliófago sin vacaciones, ni pago de horas extras ni beneficios sociales, visitando las principales bibliotecas de Lima, incluyendo la manía compulsiva de comprar libros de segunda mano especialmente de Derecho Constitucional, Ciencia Política, Sociología Política, Filosofía, Economía, Sicología Política y por cierto Historia, pues llegó a mis manos el libro de uno de los más importantes historiadores peruanos don Pablo Macera (PM) con su obra titulada: “Tres Etapas en el Desarrollo de la Conciencia Nacional” siendo que dicha obra obtuvo el premio único en el concurso sobre la temática: “La Independencia del Perú y la contribución peruana a la libertad de las Colonias españolas en América” que promovió a mediados de los años 50’ la revista ‘FANAL’ con ocasión del 10º aniversario de dicha publicación mediática, es bueno recordar que el Jurado Calificador estuvo compuesto por los Dres. Raúl Porras Barrenechea, Manuel G. Abastos y Raúl Ferrero Rebagliati.
Desde que leí dicha obra emergieron en mí, grandes, profundas y graves dudas e inquietudes y cuestionamientos que a través de los años no podía superar, no estaba conforme con lo que expuso don Pablo Macera (quien luego fuera congresista del régimen cleptocrático del fujimorato), vale decir, nunca me convenció su visión y concepción de las “Tres Etapas en el Desarrollo de la Conciencia Nacional” referidos por cierto al período de la Emancipación o Independencia, y peor aún pude aceptar su defensa y supuesto aporte y relevancia de los que él llamaba ‘Liberales’ y el Liberalismo, pues siempre me parecieron sus tesis forzadas, impostadas, falsas y subjetivas.
Por lo tanto, pongo a consideración de Uds., amigos lectores mis cuestionamientos a la obra en mención y que desarrollaremos en todo el presente artículo, siendo que pretendo nuevamente establecer algunos temas, como son:
1) No hubo ideólogos verdaderamente Liberales en Perú que hayan contribuído o impulsado o liderado el proceso de la Emancipación o Independencia de España en forma definitiva, --(esta hipótesis de trabajo ya ha sido desarrollada con amplitud en mis anteriores envíos y no abundaré demasiado aquí, remitiéndome a dichos trabajos para todo efecto)--, muy todo lo contrario, los supuestos ‘Liberales’ lo eran pero de los dientes para afuera y en términos reales: Eran ‘Liberales’ que apoyaban de hecho al sistema colonialista o virreinal y eran en verdad de verdades: Liberales falsos y bien que oportunistas o ‘Liberales’ reaccionarios si se puede admitir el término, que estaban a favor del Virreinato solapadamente, y solamente cuando a punta de espada, cañonazos y balazos y en y con un mar de sangre indígena y criolla y continental se decide la Independencia expulsando definitivamente a los españoles, es que recién, por la fuerza de las circunstancias irreversibles esos supuestos ‘Liberales’ (con los bolsillos rotos porque sus caudales los pusieron a disposición de los realistas) se convierten en ‘Republicanos’.
2) Que el ‘Liberalismo’ aquí en Perú siempre fue contraproducente en nuestro medio porque sirvió de pretexto para ocultar, justificar, proteger y promover la corrupción en la administración pública y/o operada por la partidocracia como organizaciones mafiosas profesionales.
3) El mal llamado ‘Liberalismo’ es el gran pretexto para esconder o solapar posiciones ideológico-políticos de cuño CONSERVADOR y REACCIONARIO y solapadamente discriminadores y de exclusión RACIAL y SOCIAL. Es sorprendente que mientras en Europa el LIBERALISMO significó revolución y progreso y respeto al hombre y al ciudadano y a su propiedad y a sus Derechos Naturales, y respeto al esfuerzo individual, y es el inicio de la gran racionalidad del Estado de Derecho y que a partir de ahí se derivan las conformaciones republicanas, pues aquí en Perú significó retrogradación, corrupción, colonialismo económico y financiero, solapada exclusión y discriminación racial y social.
I
Es muy revelador lo que dice Pablo Macera cuando al inicio de su obra, en el capítulo titulado ‘Etapa Inicial’ nos recuerda y reseña el tema de la corrupción durante la Colonia, y dicha constatación y confirmación histórica ayuda mucho a establecer mis tesis, con la siguiente afirmación: EL LIBERALISMO EN PERÚ FUE UN PRETEXTO PARA CONTINUAR LA CORRUPCIÓN COLONIAL EN LA REPÚBLICA y para ello me baso en la siguiente cita antes anunciada:
“A la competencia de Buenos Aires en Charcas y a la dependencia del extranjero en la alimentación costeña, se unió el aumento de la corrupción administrativa. Desde Castell Dos Rius, versificador extravagante y protector de contrabandos, el nombre de la mayoría de los virreyes se identifica con los del soborno y peculado. En uno de los ataques más decididos y claros escritos entonces contra la administración colonial se dice que nunca el Perú desde su descubrimiento y conquista había estado sometido a una exposición igual. Audiencias, virreyes, corregidores, todos contribuían a que el criollo sintiese cada vez más extraña la administración española.” (pag. 22, “Tres Etapas en el Desarrollo de la Conciencia Nacional”, Ediciones “Fanal”, primera edición no venal, Lima 1955).
Dicha cita nos permite colegir lo siguiente: Los criollos no quisieron nunca independizarse del yugo español a sabiendas de la profunda corrupción sistemática de la estructura política-económica colonial, porque también ansiaban formar parte de dicho sistema corrompido a fin de hacerse de riquezas fáciles con impunidad y sobre todo, obtener con facilidad (gracias al dinero de la corrupción) los títulos nobiliarios que eran el gran anhelo y ansía de aquel criollo deseoso de ascender social y políticamente dentro del decadente y corrupto sistema aristocrático colonial.
Por eso puedo decir que el ‘Liberalismo’ ya en la República no fue otra cosa que un pretexto o justificación para continuar el ‘’elitismo de corrupción’ con la experimentada y antigua secuela de soborno y peculado que se había establecido en y desde la Colonia y desde los mismos Virreyes hasta los ínfimos funcionarios del sistema aristocrático-colonial.
El Liberalismo en suma, es el disfraz que asume la CORRUPCIÓN SISTEMÁTICA en el Estado republicano para continuar la vieja secuela de corrupción colonial, y precisamente los hechos comprueban lo aquí afirmado.
Y precisamente, nos pareció y nos parece extraño y sorpresivo (porque no decirlo: NOS GENERA DESCONFIANZA) que el conocido historiador Pablo Macera rinda elogios y alabanzas a un connotado e influyente BURÓCRATA COLONIAL como es don Pedro de Bravo Lagunas para señalar ahí en sus escritos, el inicio del sentido de PATRIA o de CONCIENCIA NACIONAL, ello es inconcebible y falto de seriedad a nuestro modesto criterio y precisamente porque el mismo Pablo Macera se apresura en mencionar al inicio de su obra acotada el alto grado en extensión y profundidad de la corrupción en la burocracia colonial, empezando desde los Virreyes hasta las autoridades más ínfimas o inferiores de la administración colonial en Perú, como ya se dijo.
Repito, es sorpresivo y significativo el peso y la importancia que le brinda Pablo Macera al jurista colonialista don Pedro Bravo de Lagunas quien fuera juez y burócrata colonial ("Fiscal protector de Indios, Juez Eclesiástico de Testamentos, Oidor de la Audiencia de Lima. Consejero Honorario del Supremo de Indias. Su versación en los asuntos de Estado hizo que le llamaran como Asesor los virreyes marqueses de Villagarcía y Castellfuerte") (pag. 125. Id.), y relieva por cierto su obra ’Voto Consultivo’, aduciendo inclusive que no ha sido bien estudiado y con el merecimiento que le atribuye el historiador que nos asiste don Pablo Macera, tan es así que le dedica un estudio aparte en la obra de la referencia donde afirma que ahí se encontrará ‘una conciencia de la crisis del Perú y de su singularidad como nación’ (pag. 23, Id.) y más adelante afirma ‘que en él se esboza por primera vez un principio de nacionalismo económico’ (pag. 23-24) sin embargo, cuando Pablo Macera hace el supuesto estudio de ‘El Pensamiento Filosófico y Jurídico de Bravo de Lagunas’ (pag. 24. Id.) no encontramos nada relevante … nada relevante, salvo que introduce al holandés Hugo Grocio en los estudios jurídicos, específicamente en el estudio elemental de la autonomía de las normas jurídicas por su esencia racional, pero nada más … en suma, nada relevante en el campo político e ideológico ya que nunca jamás planteó su defendido: LA SEPARACIÓN DEFINITIVA DE ESPAÑA … ¿Liberalismo? : Por ningún lado … nada de nada …
Y sigue sorprendiéndonos don Pablo Macera cuando más adelante y continuando, relieva ‘El Pensamiento Económico de Bravo de Lagunas’ (pag. 27. Id.) siendo que su alabado personaje es un repetidor de “la influencia del mercantilismo y el pensamiento pre-fisiocrático” (pag. 27, Id.) aquí no hay nada de Liberalismo por cierto sino todo lo contrario … y lo peor, cuando dice don Pablo Macera que su defendido tiene propuestas que “… coinciden con el tradicional respeto del Perú para los otros pueblos, contrario siempre a una política de agresión o imperialismo”. (pag. 30, Id.) y eso afirma el historiador bajo comento Pablo Macera muy a pesar y sorprendentemente sabiendo que su defendido es un alto e influyente personaje de la poderosa y corrupta maquinaria colonial imperialista de España en Perú …
Repito, es realmente sorprendente lo que afirma y lo que relieva don Pablo Macera, y reitero: no nos convence en modo alguno cuando dice de su alabado burócrata Bravo de Lagunas lo siguiente:
“Afirmando el descuido de los gobiernos, se detiene nostálgico “en otros más felices tiempos”, cuando era ésta “una ciudad floreciente por sus riquezas”. Habla con tristeza de “esos tiempos de ahora en que se tienen terrones sin aperos, que sirven más a la memoria que a la conveniencia”. Las tierras sin brazos, los diezmos sin pagar, la nobleza empobrecida, el pueblo descontento, el Perú, en resumen, en el tiempo más grave de su historia- Y soslaya, alguna vez, una protesta admonitiva contra los gobiernos que descuidan sus deberes con ‘iniqua y falsa fé”.“Príncipes – dice- que vienen de auxiliares y se hacen dominantes; entran de aliados y se quedan de conquistadores; con que su protección se convierte después en tiranía. Y se les puede aplicar el Símbolo del Político de Saabedra: Protegen pero destruyen.”
“Compensando esta triste y humillante pobreza, Bravo de Lagunas se enorgullece de la tierra: “Yo no sé –apunta- porque a esta tierra la desacreditan los que le deben el ser y la fortuna y con que especie de ingratitud ocultan su bondad y los beneficios que en ella les concede el cielo” (pag. 31, Id.)
Y, no solamente eso, seguidamente nos dice el mismo Pablo Macera lo siguiente:
“Este cariño a la tierra, a la patria “que hay que socorrer más y primero que a
otro lugar cualquiera”, la razón principal del Voto Consultivo. Es un
amor restringido en su expresión que anuncia el mucho más amplio de las
generaciones de el Mercurio y de 1812, pero que supone la conciencia de una
realidad singular peruana, distinta a la gran unidad del imperio. Las
preocupaciones y planes económicos, el elogio y la defensa del Perú, que de ese
amor y conciencia resultan, coinciden con las acusaciones cercanas de Montero y
Baquíjano donde esas calidades son quizás más explícitas.” (pag.
31-32, Id.).
Todas estas citas relievadas por el historiador Pablo Macera a favor de su ‘héroe’ resultan meras poesías hueras si vienen de la pluma de un alto e influyente burócrata colonial y además recurrido asesor de Virreyes en Perú, los mismos que encabezaban la maquinaria de corrupción que el mismo Pablo Macera acota al inicio de la presente obra bajo comentario, pero lo más importante: En ningún momento don Pablo Macera nos muestra la cita sobre la posición de Pedro Bravo de Lagunas donde pide o exige o plantea la INDEPENDIZACIÓN DE LA CORONA ESPAÑOLA … por lo tanto, la argumentación del tantas veces mencionado Pablo Macera se cae por insubsistente y por cierto, demasiado subjetiva.
Lo mismo puedo decir con respecto al otro personaje al que relieva y defiende el mismo don Pablo Macera cuando se refiere a don Victorino Gonzáles Montero y del Aguila, Marqués de Piedra Blanca, quien también era otro alto e influyente funcionario de la corrupta maquinaria burocrática colonial toda vez que “fué Alcalde Ordinario de Lima, al mismo tiempo que Capitán de las guardias del Virrey. Muchos de los miembros de su familia (Montero, Morales de Aramburu, Zorrilla, del Aguila, Justiniani, etc.) habían desempeñado altas funciones de gobierno.” (pag. 127, Id.) siendo muy precaria la defensa que hace don Pablo Macera de dicho personaje y de su obra ‘Estado Político del Perú’ toda vez que dicha obra es un Anónimo el mismo que se le atribuye a su personaje como el verdadero autor.
Y bien, en dicho Anónimo denominado ‘Estado Político del Perú’ y atribuido al personaje de la referencia y relievado por don Pablo Macera se dicen cosas muy reveladoras sobre y de la profunda y extensa corrupción sostenida sistemáticamente en la Colonia donde, desde los Virreyes hasta las últimas escalas de la burocracia colonial estaban conectados todos por el lugar común de la corrupción profunda … la lectura que viene debe dejar y quedar bien nítida en nuestra memoria, donde se grafica el terrible estado de PUTREFACCIÓN ADMINISTRATIVA CORRUPTA del estado virreinal, a fin de tener una clara idea redonda y veraz del INFIERNO DE CORRUPCIÓN que era el Virreinato en el Perú … y aún así, los criollos no querían separarse de España, no querían la independencia de la corona española, aún así los supuestos ‘Liberales’ estaban muy felices y seguros con dicha administración sistemáticamente corrupta del Virreinato … leamos:
“Además de los vicios generales de la legislación –que no siendo práctica, tampoco era cumplida- Montero indica otras causas principales de la ruina del Perú: la corrupción administrativa y el ascenso de una nueva clase social contraria a la antigua aristocracia..”
“Supondría la íntegra transcripción del Estado Político particularizar sus acusaciones a los funcionarios coloniales. Todos ellos estaban de acuerdo en favorecer sus propios intereses en contra del pueblo y del rey; si alguna competencia había, era en el mayor ingenio para la avaricia y el peculado.”
“El pueblo nunca podía satisfacer sus ambiciones, pues hasta los más inferiores burócratas “no solo imitaban el ejemplo de los mayores, sino que precisamente como súbditos, obedecen todas las libertades del árbitro”. La única regla conocida era el soborno al Virrey, los Oidores, Alcaldes, Corregidores, etc. Este tributo obligatorio a las autoridades lo cumplían “los postores de los comisos que remataban ropa en la Real Casa, los Estanqueros de la Nieve, los Priores y Cónsules de los Comercios, por ser electos y confirmados: los Correos Mayores, porque corran las estafetas; los Generales de Mar y Tierra porque les permitan tener Navíos y Comercios y ser pagados de sus crecidos sueldos: Los Mineros porque se les dé de los Pueblos cierto número de Indios, que violentamente trabajen en sus minas: Los Corregidores, porque en las causas de sus provincias no se nombren a otros por jueces. Los Gobernadores de Presidios. Los Rectores de las Universidades y Colegios, porque los elijan y prolonguen los tiempos”. Ningún Virrey había intentado modificar esta corrupción; antes “aumenta potestad y abusos de los que dejó practicados su Antecesor.””
“La Audiencia, cuya obligación era controlar esos excesos, siquiera mediante la denuncia, tampoco intervenía, sino era para pedir participación en el provecho. Esa Audiencia no era sino “una máscara con que se desfiguran las atrocidades contra V. Mag. y el Público”, y que habiendo perdido la “entereza de sus fueros” tenía establecida una “alianza de alevosía” con los Virreyes”. (pag. 34-35, Id.)
Pero, lo que realmente nos hizo sonreir
es que el mismo historiador PM en su faena de defensa y alabanza de Victorino Montero como gran hito de la ‘Conciencia Nacional’ y de la Patria, pues dice de su reseñado lo siguiente que es terrible y que
demuestra mi cuestionamiento frente al subjetivismo e insubsistencia de los
argumentos de Pablo Macera … lea amable lector lo siguiente:
“Su plan de reforma tiene como fundamento principal el reemplazo de los Virreyes seculares por otros eclesiásticos de quiénes no habría que temer que aprovecharan su cargo para enriquecerse, pues la única recompensa que buscarían sería un ascenso en la jerarquía eclesiástica”. (pag. 38, Id.)
Vale decir, que el defendido y relievado de Pablo Macera don Victorino Montero es un fiel, redomado y leal sirviente de la Corona española que aboga por la continuación o perpetuación de ese sistema perverso y corrupto y explotador del virreinato español en Perú … ¿En qué quedamos?: ¿Es o no Victorino Montero un hito fundamental de la ‘Conciencia Nacional’ o Patria peruana o no? … La respuesta la tiene Ud., mi estimado lector sin mayor esfuerzo …
Seguidamente el historiador acotado Pablo Macera aborda la obra de José Baquíjano y Carrillo y su siempre comentado ‘Elogio a Jaúregui’, muy a pesar que varios historiadores han establecido la personalidad exacerbada y alabanciosa del nuevo personaje reseñado por Pablo Macera … por ejemplo cuando se afirma lo siguiente del citado personaje:
“Riva Agüero ha vacilado entre los medidos elogios de su primer estudio y las mayores reservas del último que publicó sobre Baquíjano. En ambos, no obstante, ha sabido caracterizar la psicología casi extravagante de Baquíjano. Hay declaraciones, omitidas, de Baquíjano en diversas obras que confirman las observaciones de Riva Agüero. Era hombre que tenía una conciencia de sus méritos exagerada hasta la propia apología.” (pag. 128-129, Id.)
Es sumamente claro, que no es serio fiarse de un engreído del Virreinato como lo era José Baquíjano y Carrillo de quien establecido está que era excesivamente alabancioso y muy pagado de sí mismo, ya que sus escritos corren el riesgo de ser meros alardes o alharacas en provecho propio y para su mayor gloria, antes que contener alguna chispa de ‘conciencia nacional’ o sentido de patria, por esas razones también cuestiono la relevancia que le da Pablo Macera a José Baquíjano y Carrillo.
Y, en abono de mi posición vamos a citar al mismo historiador glosado y comentado don Pablo Macera cuando dice lo siguiente, resumiendo el aporte de su defendido José Baquíjano y Carrillo:
“El Perú que, en resumen, propone Baquíjano es un país enriquecido por la agricultura, con un pueblo instruído, gobernado por príncipes que reconocen su voluntad y opinión y donde no debe haber cabida para la expoliación, ni el despotismo de las autoridades. ” (pag. 46-47, Id.)
Queda entonces muy claro que el patrocinado de don Pablo Macera no planteó jamás la SEPARACIÓN TOTAL Y ABSOLUTA DE ESPAÑA vale decir que de Liberal no tenía ni un pelo, y no solamente eso, el buen José Baquíjano y Carrillo aceptaba el sistema colonial absolutamente y soñaba con un Perú gobernado por Príncipes filántropos y filósofos y amantísimos del indio, negro y cholo y criollo ¿Eso no se llama Despotismo ilustrado o nó? … sin comentarios … sin comentarios …
II
En cuanto a “Los Amantes del País” nuestro historiador bajo comentario Pablo Macera se deshace en elogios, consignando opiniones de varios historiadores sobre el aporte de tamaña agrupación… sin embargo, pongamos atención sobre quienes eran “Los Amantes del País”, tengamos presente la siguiente cita del mismo historiador Pablo Macera:
“Era la mayoría de los Amantes, hombres próximos a los cuarenta años. En la plenitud de su desarrollo, pertenecían, con excepción de sus dos protectores, a las categorías intermedias de la celosa jerarquía social de la colonia. (…) Eran ‘jóvenes todos empleados en el servicio del Rey, otros graduados en los diversos ejercicios de la Universidad, otros Ministros del Altar’”(pag. 54, Id.)
Vale decir, que en lo central, esencial y básico de la mencionada agrupación, estamos frente a bien empolvados y fieles engreídos sirvientes de la Colonia, bien colocados, bien ubicados y bien holgados y parte privilegiada de la estructura social dominante del virreinato, quienes en sus horas libres elucubraban sobre sus lecturas teóricas de señoritos bien, entregados al ocio y bajo la sombra de un frondoso árbol de sus extensas haciendas (donde habían indígenas y negros a su servicio) … en suma: “Los Amantes del País” eran engreídos del sistema colonial del cual no querían separarse bajo ninguna forma ni circunstancia ni menos atacarla en modo alguno porque de ahí provenía su holgura, posición, riqueza y poder … y como nó: Engreimiento.
Y, cuando entra Pablo Macera al estudio y explicación de “El Mercurio Peruano” como periódico que se contacta con el público de su época, obra por cierto de “Los Amantes del País” y como gran aporte de ‘peruanos, obraron por amor al país’ (pag. 57, Id.), sin embargo, nos encontramos sorprendentemente con la siguiente cita del mismo Pablo Macera quien explicando la posición de “El Mercurio Peruano” dice lo siguiente:
“La sociedad se halla jerarquizada: cada hombre tiene una función qué desempeñar. En un orden social bien constituído, hay hombres que trabajan y hombres que piensan. ‘Mientras aplica el ciudadano sus negocios a la vida, el filósofo para hacer felices a los hombres pone en acción sus pensamiento’. Este orden jerárquico de las funciones debe ser respetado. Ningún hombre debe intervenir en la función de los demás. El filósofo y el hombre de ciencia tienen a su cargo la dirección espiritual del pueblo; ‘El resto de los hombres limitando en el trabajo y la labor su fuerza, deja al filósofo el derecho de pensar’” (pag. 59, Id.)
Si a esa posición de “El Mercurio Peruano” explicada y glosada por el mismo Pablo Macera no se le llama reacción y elitismo conservador y anti - republicano y anti-Liberal, no sé que más se le puede llamar o denominar … pero LIBERALISMO no es ni por pienso, vale decir, que en la propuesta de “El Mercurio Peruano” son los indígenas, negros y cholos y criollos pobres los que deberían seguir trabajando hasta el fin de la humanidad sin chistar ni levantar la cabeza, los burócratas corruptos coloniales deberían seguir intocados en sus puestos de gobierno, y los filósofos que no son otros que los mismos integrantes de “El Mercurio Peruano” serían los llamados por cierto y quienes deberían seguir en la ociosidad del pensar, mientras los indígenas, negros y cholos y criollos empobrecidos trabajen para ellos … en suma “El Mercurio Peruano” justifica ostensible y expresamente el corrupto y explotador sistema colonial del virreinato español en Perú, sin embargo don Pablo Macera los considera como antecedentes de la ‘Conciencia Nacional’ … lo cual me parece totalmente exagerado y fuera de toda racionalidad y valor y veracidad …
Y, por si fuera poco, el mismo tantas veces mencionado Pablo Macera aplaude la posición absolutamente reaccionaria, execrable y discriminadora de nuestro PERÚ PROFUNDO o REAL cuando los de “El Mercurio Peruano” dicen lo siguiente y que cita repito, el historiador glosado, leamos:
“Nada debe detener al intelectual en el cumplimiento de su dirección. El debe ‘despreciar las preocupaciones de un vulgo caprichudo’. Debe hacer el bien, pero sin escuchar la opinión de la plebe, pues ‘para adoptar ideas contrarias a la recta razón’. No debe esperar tampoco la aprobación, ‘Quien conoce el carácter de la multitud, mira con desprecio sus injustos sufragios’.” (pag. 95, Id)
Me parece que la cita arriba consignada es sumamente reveladora, no es otra tesis que la del ‘Despotismo Ilustrado’ europeo que llevó a la guillotina a muchos reyes y que adelantó e impulsó la teoría del Liberalismo europeo como contraposición directa y frontal de pensamiento y acción … y para nosotros no es otra cosa que la perfecta justificación desembozada por parte de “El Mercurio Peruano” del sistema corrupto, esclerótico y decadente del virreinato español en Perú, el mismo que hacía gemir de dolor y explotación a nuestro PERÚ PROFUNDO …
Y para que quede clara y redonda la idea de lo profundo y expresamente reaccionario que es el pensamiento y posición política de “El Mercurio Peruano” leamos al mismo Pablo Macera cuando dice lo siguiente sobre ellos:
“Este debate entre el Mercurio y la Ilustración, (…) fué para los pensadores peruanos un trance dramático. Ellos no podían dejar de admirar a Voltaire, Rousseau, Pope o Saint Pierre. El Mercurio les prodiga elogios. Ellos son los ‘ingenios sublimes’, de quienes se proveen de citas, incluso, sin oficio. Aún al disentir de ellos no dejan de reconocer sus cualidades intelectuales, como cuando al rechazar las tesis de Rousseau, le llaman ‘pensador peligroso y elocuente, que une a la sutileza de Sócrates, el espíritu independiente y altivo de Diógenes’. ”
“Estos elogios alternan, sin embargo, con los reparos y hasta la diatriba. No pueden alabar a los ‘secuaces de Leibniz’ ni a los ‘desgraciados optimistas Welston, Voltaire, Espinoza’. Todos ellos se han distanciado de la Religión. Ni siquiera uno merece ese ‘sagrado y recomendable nombre de filósofo que nuestro siglo ha profanado atribuyéndole por un cierto delirio a libertinos y fanáticos`. ‘No hay filosofía plausible sin religión’, sostiene el Mercurio y lo demostrará discutiendo varias tesis ilustradas.” (pag. 67, Id.)
La presente cita arriba consignada abona con toda razón y claridad a favor de nuestras tesis y cuestionamientos al historiador Pablo Macera ya que el grupo de “El Mercurio Peruano” es totalmente contrario al Liberalismo absolutamente y lo que es peor, es la representación sistemática y racional del conservadurismo regalista o pro-virreinal, la reacción pura y discípula del fundamentalismo ideológico de la Iglesia Católica símbolo de complicidad con el Reino español que subyugaba colonialmente al Perú vía su virreinato defendido ideológicamente precisamente por este grupo de “El Mercurio Peruano” al cual el historiador PM trata de disculpar y hacerlos pasar como los orígenes de la ‘Consciencia nacional’ …
III
En cuanto al capítulo de ‘El Liberalismo’ en la glosada obra de Pablo Macera que nos concita, encontramos citas realmente muy expresivas y palmariamente demostrativas del ambiente ideológico-político reaccionario que se vivía en Lima durante el período de la invasión napoleónica contra España y con el destronamiento del Rey borbónico … y por cierto, no se verifica expresión absoluta alguna de LIBERALISMO … mientras en otras latitudes de Sudamérica las burguesías civiles buscaban la independización de España imperial y financiaban las campañas independentistas o emancipadoras, aquí en Lima los intelectuales alababan al rey de España y expresaban su fidelidad a la Colonia y al Monarca decadente hispano.
Sobre el punto puede leerse la siguiente cita:
“… y, sobre todo, la abdicación de los reyes a favor de Napoleón, produjeron en un primer momento asombro y generoso deseo de reparar los males de la Península. José Joaquín de Olmedo en 1807 simbolizaría, en su Oda a la Princesa de Asturias, ese estupor americano:
Señor, Señor, el pueblo que te adora
Bajo el peso oprimido
De tu cólera santa, gime y llora
España, aquella que llenó toda la tierra
Con hazañas tan dignas de memoria
En sus débiles hombros ya ni puede
Sostener el cadáver de su gloria
Y la que un tiempo, Reina se decía
De uno y otro hemisferio
Y vió besar sus plantas y pedir leyes
A los pueblos humildes y a los Reyes
Llora cual una esclava en cautiverio
(…) Hacen causa común con ella y, como ellas, desprecian al antiguo aliado Napoleón, ‘el tirano de Europa … monstruo espúrio … mixto de ladrón y aliado …’. En el Perú, como en los demás dominios españoles –aunque quizás en estos con menor sinceridad- los criollos se ingenian en colectas y rogativas públicas, poesías y actos académicos que expresan su repudio al extranjero y su fidelidad a los antiguos Reyes. La mayoría de las publicaciones de entonces traen una referencia o alusión a los acontecimientos, siempre concluída con un ruego a la intervención divina. Justo Figuerola se expresa así en 1809:
Al opresor injusto
De nuestra real familia
Del español decoro
De los monarcas de la Santa Silla
Pon la dura mordaza
Que al blasfemo de Asiria
Y borra su memoria
Con tinta, cual su crimen, denegrida
Caiga, caiga de un golpe
Su gloria ya marchita
Y púrguense los tronos
De su nueva y obscura dinastía.”
(pag.
85-86, Id.)
Pese a
esta nítida fotografía del alma y praxis elitista en Lima y por cierto,
conducta y expresión absolutamente fidelista y pro - colonialista, aún así el
historiador Pablo Macera trata de justificar la postura totalmente reaccionaria limeña, aduciendo lo
siguiente:
“… los mismos peruanos han reconocido que el ambiente de la capital del Virreinato –por lo menos- no fué propicio al radicalismo doctrinario ni a la acción revolucionaria: la psicología predominante era escéptica, individualista, entretenida en diarios detalles. A muchos americanos de entonces les pareció imposible cualquier reacción de los limeños contra el régimen. Un viajero de la época decía de ellos que ‘Los vicios que se les achacan son una especie de veleidad: se suelen cansar de lo que emprenden y con poca firmeza acostumbran arrepentirse de sus tratos: en efecto fatigan su viveza, trabajos de mucho tesón y constancia’; serían –agrega- ‘peligrosos políticos, pero todo lo reducen al número uno, esto es al individuo’ .”
Pero más que estos factores psicológicos, es necesario considerar otros, sociales y económicos, para explicar la relativa moderación limeña de estos años. El primero de ellos era la calidad e importancia de las nobleza limeña, que por más que careciese de la antigüedad y condiciones que son de desear en toda aristocracia, era superior a las restantes de América. (…) la nuestra fue siempre un grupo celoso de sus prerrogativas. Para la mayoría de los nobles limeños la continuidad del régimen político era deseable porque significaba la de sus privilegios.” (pag. 87-88 Id.)
Y por si fuera poco, Pablo Macera también se refiere a las clases medias y populares y achacándoles sorprendente y sospechosamente a las últimas, gruesa culpa del fidelismo verificable en Lima durante la época de la emancipación, acotando lo siguiente:
“… la pasividad de las clases medias y popular y el decidido apoyo que daban al sistema español los empleados y comerciantes de la población limeña. La moderación que provenía de la conveniencia o de las convicciones, se unía al envilecimiento de la plebe sin más preocupación que el ocio continuo.” (pag. 89, Id.)
Ahora resulta que en la versión de Pablo Macera el fidelismo verificado en Lima, la postura reaccionaria de apoyo al sistema corrupto colonial es culpa de la plebe porque eran gentes ociosas … realmente sorprendente y absolutamente subjetiva dicha postura del historiador que nos concita.
Por eso mismo, no nos sorprende la terrible y tremenda distorsión, falsía y equivocación cometida por el comentado Pablo Macera cuando dice que hubo Liberalismo peruano, pero integrado en su versión por personajes realmente cuestionables y reaccionarios que odiaban en verdad al LIBERALISMO (como lo hemos demostrado aquí) y lo negaban en mil idiomas, pero sin embargo sorprendentemente para Pablo Macera esos son sus Liberales, leamos lo siguiente:
“El liberalismo peruano –al contrario- fue integrado por hombres de las más diversa psicología, edad y condición social. Entre sus directores se encontraban sobrevivientes de la generación del Mercurio como Baquíjano, Presidente de la Sociedad Amantes del País; Villalta, socio consultor del Mercurio y `patrono protector –según Abascal- de un periódico que se dio a luz con el nombre de El Peruano; Unanue, colaborador de El Verdadero Peruano; José Ignacio Moreno, que en el púlpito de Huancayo arengaban al pueblo con citas de Montesquieu. Alrededor de estos antiguos prestigios colaboraban peruanos como Larrea, Valdez y el dudoso Larriva; europeos como Devoti; algún español como Rico o americanos como López Aldana, el más audaz de todos, desde El Sátelite del Peruano. Refiriéndose a ellos –y sobre todo a su inadecuada dirección- ha dicho Riva Agüero que ‘un rico oidor, un militar retirado y dos religiosos viejos, no eran capaces de sentir y mucho menos de organizar la revolución’.” (pag. 89-90, Id.)
Y, así queda pues harto demostrado que no tuvimos Liberales ni organizados ni desorganizados y por eso el noble criollo Riva Agüero, -(quien luego será Presidente de la República y después converso al fidelismo español)-, fue muy puntual en señalar y precisar, -(según la cita arriba consignada)-, que aquí no teníamos ni cuatro gatos como Liberales … así de simple y de sencillo.
No es de extrañar entonces que Pablo Macera acuda a los periódicos y al periodismo dizque ‘Liberal’ de la época independentista, siendo que cae en el error evidente de achacarles ser Liberales de una manera simplona y justificadora irresponsable, cuando en verdad dichos periódicos supuestamente ‘Liberales’ estaban plagados de anónimos escribidores y de muy tibios y precarios ‘librepensadores’ respetuosos de la reaccionaria Iglesia Católica y normalmente son ‘Liberales’ de chafalonía que caen en terribles, insalvables y horrorosas contradicciones, o declarando o declamando algunas ideas Liberaloides de pacotilla, y en el peor de los casos: Haciéndose pasar por ‘LIBERALES’ cuando en verdad eran REACCIONARIOS DISFRAZADOS que pedían paz y el mantenimiento del sistema corrupto colonial bajo la piel de pacíficos ‘LIBERALES’ rechazando por cierto cualquier revolución emancipadora o evento levantisco contra el Virrey y su sistema injusto y corrupto de administración y … felizmente que en algún momento el mismo Pablo Macera no puede ocultar la verdad monda y lironda sobre esos supuestos periódicos Liberales de pacotilla y esos periodistas anónimos que se hacían pasar por ‘Liberales’ cuando bien que eran REACCIONARIOS PRO VIRREINATO, leamos lo que sigue:
“Para los liberales peruanos la revolución independiente era reprobable sobre todo porque suponía destrucción y guerra. El espíritu que anima a sus argumentos es, más que el fidelismo, el temor a las luchas; el deseo de aprovechar las concesiones constitucionales dentro de una etapa de paz. Aun reconociendo, dice El Verdadero Peruano, que sea legítimo desear la libertad y la independencia, no es necesario recurrir a la guerra fratricida.” (pag. 109, Id.)
Reveladora cita que demuestra la esencia REACCIONARIA Y PROVIRREINAL de esos supuestos periódicos ‘Liberales’ de pacotilla y chafalonía, y que trata de relievar Pablo Macera en la obra bajo comento.
El mismo Pablo Macera etiqueta su obra al citar al gran historiador Raúl Porras Barrenechea cuando bien grafica a esos periódicos ‘Liberales’ por hartos y empalagosamente retóricos, hueros y de pacotilla, cuando dice:
“Los representativos de esa “floresta retórica”, como los ha llamado Porras, son El Peruano, El Verdadero Peruano, El Satélite del Peruano, El Peruano Liberal, El Argos Constitucional y El Investigador.” (pag. 92, Id.)
Pongamos ahora a vuestra disposición algunas citas que evidencian la postura reaccionaria y pro-virreinal de los supuestos periódicos dizque ‘Liberales’ y que trata de relievar el aludido Pablo Macera, por ejemplo sobre el sistema Republicano, se puede leer lo siguiente:
“Anticipando las posteriores discusiones de la Sociedad Patriótica, comparan el sistema de gobierno de una monarquía constitucional con el de una república democrática. Todos ellos se declaran partidarios, con diversos argumentos, del primero de esos sistemas. Algunos –aunque todos apelaban al pueblo y reconocían la cómoda y vaga ‘igualdad fundamental’ entre los hombres- justificaban su preferencia, como José Ignacio Moreno, en el temor a ‘los excesos populares’. La mayoría rechazaba el republicanismo por el carácter estrictamente teórico e improbable que tenía entonces el debate. En El Argos Constitucional, uno de los argumentos contrarios a la República era ‘la lentitud de operaciones gubernativas irremediables en el sistema republicano, convencida por la experiencia y por la confesión aún de muchos acalorados defensores del republicanismo’. (…) Siguiendo a Montesquieu, uno de los liberales hace presente al pueblo como todos los demás regímenes, distintos al monárquico constitucional, han concluído por ser contrarios a la sociedad misma que los creó: ‘El reynado absoluto degenera fácilmente en tiranía; la aristocracia en opresión de los ricos y la democracia en anarquía y furor populares’. ‘El secreto, pues, de la política, concluye José Ignacio Moreno, está en reunirlos entre sí (a los poderes) y en dar al Rey y a cada uno de los órdenes del Estado el poder de que pueda abusar menos’. ” (pag. 100-101, Id.)
Es
evidente el esfuerzo por justificar el sistema virreinal corrupto tratando de
mantener el régimen monárquico con algunos afeites y edulcoraciones, es
evidente que no querían absolutamente nada de nada con los cholos, indígenas, negros
y criollos pobres, nada de nada … es una postura absolutamente reaccionaria y
pro-virreinal la de estos supuestos ‘Liberales’.
Ahora veamos las graves e insalvables contradicciones del ‘Liberalismo’ periodístico que estudia y relieva y que expone el mismo historiador Pablo Macera cuando nos revela lo siguiente:
“Si el pueblo es soberano y los reyes que le han gobernado, además de no serlo por pacto tampoco han cumplido con su función, ¿por qué, preguntaban los revolucionarios, no puede delegar ese pueblo su soberanía en mandatarios que le sirvan mejor? La ideología liberal peruana no aceptaba estas derivaciones.”
“Casi todos los periódicos liberales se pronuncian contra las revoluciones americanas que destruían la unidad del imperio. Ni siquiera El Satélite del Peruano se atreve a legitimarlas explícitamente. A lo más en forma indirecta, insinúa hechos y razones que podían ser interpretados equivocadamente. (…) La revolución americana obtiene disculpa, sinó justificación, en la misma conducta de las autoridades. Pero esta defensa simulada e indirecta de las sublevaciones independientes, es excepcional.” (pag. 108-109, Id.)
Ahora veamos cómo trata de comprender (actitud que no compartimos por cierto) Pablo Macera estas graves contradicciones o evidente postura reaccionaria y pro-virreinal que quería hacerse pasar por periodismo ‘Liberal’, leamos lo siguiente:
“Esta resistencia a la aceptación de soluciones de hecho provenía en el liberalismo peruano, no sólo de las circunstancias sociales del virreinato, sinó también de la naturaleza intelectual de las doctrinas liberales. Sus principales creadores eran, como se ha indicado, hombres dedicados a los trabajos de la inteligencia: defenderla, negando cualquier procedimiento de fuerza, era un modo de justificación de sí mismos. Este desdén o timidez ante las guerras indica también que, sin sospecharlo muchos de los liberales aristócratas, sus doctrinas simbolizan los intereses de la burguesía, contraria a los valores de la energía que inicialmente formaron la sociedad aristocrática. Quizás si por no ser esencial y verdaderamente aristócratas quienes así se llamaron o pudieron serlo en el Perú, no quisieron hacer uso de la fuerza cuando fue preciso: se inclinaron ante ella más como siervos o comerciantes que como señores; la sirvieron, en la figura de quiénes la usurparon sin ser aristócratas y sin poder así conformar esa fuerza según ciertos ideales. Los mejor intencionados, como estos liberales de principio de siglo, intentaron recurrir al pueblo y a la opinión. Confiaron que ‘la cultura, las luces, la razón’ eran suficientes para realizar un sistema social benéfico .” (pag. 110, Id.)
Vale decir, estamos frente ante la pura y objetiva conveniencia política, un real y rampante oportunismo, infantilismo intelectual racional, puro cálculo ‘arribista’ de los supuestos periódicos y periodistas ‘Liberales’ que se hacían los revolucionarios pero que en el fondo eran vulgares oportunistas y convenidos que no querían ninguna modificación del corruptísimo sistema virreinal o colonial en el Perú y, a sabiendas que en otros países vecinos las revoluciones venían expulsando a los españoles precisamente por sus abusos e injusticia y decadencia corrupta administrativa.
Y por si fuera poco lo que acabamos de afirmar, aquí tenemos otra cita del mismo Pablo Macera que reveladoramente dice lo siguiente en abono de mis afirmaciones:
“El liberalismo, decían sus mismos representantes, es un sistema del pueblo, por su naturaleza y sus intenciones. Sin embargo, se ha insistido en este estudio, hay en él un temor permanente a ese pueblo por el que trabaja: señala limitaciones a la libertad de expresión, controla el derecho de elecciones, es contrario a los excesos populares. Temen por igual a los déspotas monárquicos y a los futuros y posibles. Hay en los liberales una conciencia no bien manifiesta de la diferencia entre ellos y quienes pertenecen al pueblo. Quizás un filósofo, ‘un hombre de la razón y las luces’ podía ser usufructuario sin abuso del sistema liberal, pero no era posible tener igual confianza respecto al hombre del pueblo. Ese temor burgués y racionalista, suponía una noción de las diferencias entre los miembros de un mismo conjunto social; una noción de la igualdad, pero jerarquizada.”
“No había de creerse, sin embargo, que porque era errónea la anterior jerarquía social no existían diferencias entre los hombres: ‘Pretender, son palabras de El Verdadero Peruano, que todos los hombres sean perfectamente iguales es una quimera en lo físico, lo moral y lo político … En toda sociedad ha de haber gradaciones: si así no fuese, muy en breve desatados los lazos de subordinación, caeríamos en una homicida anarquía”. (…) Diferencias siempre han existido, dicen los liberales, y han de existir entre los hombres.” (pag. 114-115, Id.)
Vale decir: Emergía la postura reaccionaria y pro-virreinal, se erectaba enhiesta la posición subliminal o redomada de profundo odio racial y con sorda discriminación social, no se quería reconocer bajo ninguna circunstancia la participación política y social del indígena, del negro, del cholo … por eso afirmé y afirmo que el ‘Liberalismo’ de esa época era de dientes para afuera o ‘Liberalismo-falso’, ya que escondía posturas reaccionarias y retrógradas … puro cinismo e hipocresía políticas e ideológicas reaccionarias dizque ‘Liberales’ son el sino de nuestro devenir …
Finalmente, y para que quede mucho más clara mi posición y en evidencia ostensible el reaccionarismo retrógrado de los supuestos ‘Liberales’ relievados por Pablo Macera, traigo a colación la cita sobre el concepto reaccionario de patria y la negación a la corriente revolucionaria independentista por parte de nuestros ‘Liberales’ … bien de dientes para afuera, pero que bien discriminadores social y racialmente, los que tenían asco de reunirse con el indígena, el negro y el cholo, leamos lo siguiente:
“Adoptar una posición historicista respecto a los acontecimientos era, más bien, el medio adecuado para impugnar cualquier intento de ruptura. Eran partidarios de la continuidad histórica, no por ella misma sino por ser contrarios a la imprevisión e intensidad de vida que supone toda etapa de violencias.” (pag. 120, Id.)
Creo que con todo lo afirmado hasta aquí, han quedado demostrados mis cuestionamientos a la posición de Pablo Macera sobre esos supuestos ‘desarrollos de la conciencia nacional’ …
El
movimiento político Foro Republicano
prueba así palmariamente que la República primera en Perú nació sin élite
intelectual LIBERAL O REVOLUCIONARIA
pues fue todo lo contrario, no tuvimos tampoco una élite de poder económico
patriota o liberal o republicano o revolucionario fue todo lo contrario,
asimismo queda demostrado que NO ERAMOS
UNA NACIÓN en modo alguno por lo tanto NO
EXISTE SOBERANÍA NACIONAL EN REALIDAD, estábamos lejos de ello, no
teníamos nuestro territorio nacional definido aún, había multitud antes que
población y por lo tanto los criollos oportunistas se auparon al nuevo poder
emergente y se formó la REPÚBLICA sin
nación, sin territorios y sin gobierno para todos los peruanos, y eso
no es ESTADO en puridad de verdad.
Todo fue
postizo, precario, falaz y contradictorio
e incoherente y el Perú entonces quedó dividido en Perú formal y legal por un lado y Perú profundo y mestizo por el otro, con todo lo horrible y
espantoso que la injusticia social y política y económica que eso conlleva, por
eso se explica hasta hoy el odio racial, la discriminación social endémica, la
inequidad social y la poderosa corrupción, el odio entre peruanos, el
entreguismo descarado, la falta de nacionalismo de las élites y la pervivencia de MUCHAS NACIONES que aún
no se ponen de acuerdo en un modelo de REPÚBLICA que incluya a todos con
un proyecto nacional, todo eso y mucho más quiere revertir FORO REPUBLICANO por
el bien del Perú impulsando una II República donde se corrijan todos estos
males, vicios, corruptelas y agravios.
Lima, 22 de agosto del 2010
JAIME DEL CASTILLO JARAMILLO
(Corregida y aumentada por el autor el 05/09/2013)
Abogado
egresado de la U.N.M.S.M. con más de 20 años de ejercicio profesional y cuenta
con estudio jurídico abierto; politólogo con más de 20 años de ejercicio
profesional; periodista, fundador y director del programa radial y televisivo
‘Yo, Sí Opino’ (censurado en TV y cerrado cinco veces en radio); Maestría en
Ciencia Política con la tesis “Pensamiento Político peruano insuficiente y
epidérmico causa de nuestro subdesarrollo político”; Post Grado internacional
en Ciencia Política otorgado por la UCES - Universidad Ciencias Empresariales y
Sociales de Buenos Aires-Argentina graduado con la tesis: “Crisis terminal de
los Partidos Políticos en el Perú”; catedrático universitario de ‘Historia del
Pensamiento Político”, “Filosofía Política”, “Metodología de la investigación
en Ciencia Política”, “Realidad Nacional”; “Análisis Político”, “Ciencia
Política”, etc.; blogger, comunicador social, articulista y conferencista.
Fundador, ideólogo y Presidente de” Foro Republicano”
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