ERNST CASSIRER OTRA VÍCTIMA DE MARTIN HEIDEGGER O LA
FILOSOFÍA AL SERVICIO DEL DECISIONISMO POLÍTICO IRRACIONAL Y VOLUNTARISTA
Ernst Cassirer reconocido filósofo germano
y judío nacido el 28 de julio de 1874 en Breslau (hoy Wroclaw, Polonia) --y falleció un 13 de abril de 1945 en Princeton, Nueva
York--, su padre fue un rico comerciante alemán Eduard Cassirer y Ernst integró
una pléyade de connotados pensadores alemanes; asumió una sólida formación
humanista en las universidades de Berlín, Leipzig, Munich, Heidelberg y
Marburgo. Estudió derecho a partir de 1892 pero luego abandonó dichos estudios
y se adentró en la Literatura alemana y filosofía en la famosa Universidad de
Berlín, sin embargo para 1896 se pasó a la Universidad de Marburgo donde
engrosó las filas del neokantismo de la escuela
de Marburgo, para 1899 se doctora bajo la férula filosófica de Paul Natorp con una tesis sobre Descartes. Sus trabajos residen en los problemas
gnoseológicos y epistemológicos en y para el idealismo crítico. Fue muy leída su obra Filosofía de las formas simbólicas del campo de la filosofía de la
cultura. También investigó sobre la epistemología, la filosofía de la
ciencia, la historia de la filosofía, teoría del conocimiento.
Y es que Cassirer se concentró en la transformación
del dato sensible en símbolo numérico y cuando avanzó en sus investigaciones
sobre la sustancia y la función, descubrió cómo el simbolismo algebraico es
constituyente en la base de las ciencias. Fue precisamente ese concepto de
función en su concepción lo que le permitió asentar una interpretación más
amplia y gruesa, más allá de lo físico, abarcando a todas las actividades
humanas como creadoras de símbolos liderando así los estudios de antropología
filosófica.
Precisamente esta filosofía de las formas simbólicas es
el nodo central de la Escuela de
Marburgo o neokantismo donde Cassirer fue un connotado líder. La
cultura humana se funda entonces en
actividad simbólica que busca superar la inmediatez o presentismo del
dato natural y sensible y dicha actividad simbólica genera esquemas autónomos. Así
es como Cassirer funda su
antropología filosófica como crítica no sólo del conocimiento sino también como
crítica de la cultura, ya que racionaliza
críticamente todas las creaciones del hombre: los monumentos y los documentos
del pasado asumen, más allá de su mera existencia física, un significado y
símbolo que los anima.
Y para demostrar sus
constructos filosóficos Cassirer se
avoca a las investigaciones historiográficas, tal como fueron sus reconocidos trabajos
sobre el Renacimiento y la Ilustración.
Para Cassirer entonces el lenguaje
simbólico se diferencia del lenguaje
discursivo toda vez que el simbólico busca la totalidad y el discursivo tiende
a la fragmentación. Su teoría de las
formas simbólicas afirma que el hombre no vive en un universo físico sino
simbólico racionalmente hablando, por lo tanto el hombre no accede directamente
a las cosas sino que utiliza una compleja red decodificadora simbólica para ello
y así es como ordena conceptualmente lo que se llama realidad: el hombre es animal simbólico -exclusivamente
no es un animal racional-, por lo tanto el ser humano es creador y consumidor
de símbolos que organizan su vida y relaciones. En ese sentido, Cassirer considera al mito, la
religión, el arte, el lenguaje e incluso el conocimiento, como "formas simbólicas" vale
decir, herramientas interpretativas y/o decodificadoras que nos ayudan a
comprender el medio racional y emotivo de todo ser humano.
Cassirer explícitamente marca distancia entonces del sicologismo (igual actitud filosófica
tuvo el sabio Husserl) y en su
versión filosófica las cardinales categorías propias de la intuición mítica son: participación
y semejanza. En concreto: el
pensamiento mítico o "la intuición
y el sentimiento vital mitológicos" tiende compulsivamente a la unidad
indiferenciada, busca participar como parte en la esencia del todo; en tal
virtud lo que es similar o parecido no solo 'se parece', sino que 'es'.
Para 1902 contrajo
nupcias con su prima Toni Bony con la cual tuvo tres hijos. Sus trabajos sobre Leibniz fueron premiados dos veces sin
embargo sólo pudo conseguir el grado de Habilitation en 1906 con sus
estudios sobre el conocimiento y así
poder dictar durante 13 años en la Universidad de Berlín especializándose en la
Teoría del Conocimiento.
Cuando Hitler llega al poder en Alemania
inmediatamente Ernst Cassirer huye y
entre 1933-35 fue profesor en la Universidad de Oxford y entre 1935-41 estuvo
en la Universidad de Goteborg en Suecia y se hizo ciudadano sueco desde 1939. Sin
embargo abandonó Suecia y se fue a EE. UU., siendo rechazado por la Universidad
de Harvard pero admitido por la Universidad de Yale donde impartió clases de
1941 a 1943, y en la Universidad de Columbia (New York) estuvo desde 1943 hasta
su muerte por ataque cardiaco mortal en dicho campus universitario.
Cassirer prestó su inteligencia e investigaciones en la
célebre edición kantiana a principios de siglo, siendo suya la introducción de
dicha colección de la referencia convirtiéndose en lectura obligatoria clásica. Luego se concentró filosóficamente en
el Renacimiento y en la Ilustración siendo producto de ello dos trabajos clásicos, y también colaboró
con el Instituo Warburg.
La obra del judío Cassirer fue revalorada posteriormente
con la generación estructuralista, y
releída y revitalizada a fines del siglo XX. Sin duda Cassirer deja
su marca y su potencia racional en la historia
de las ideas poniendo énfasis en el tema del lenguaje, el mito y la ciencia
moderna y contemporánea como expresiones potentes de la cultura europea.
En la historia de la filosofía contemporánea
existe un punto de quiebre y lucha de escuelas y generaciones en la famosa POLÉMICA DE DAVOS sostenida entre Cassirer y Heidegger, entre el idealismo romántico clásico alemán contra el
decisionismo fenomenológico, fue en
Davos, --donde que la familia de
Heidegger no permitió que se publicase la documentación de tan famosa
polémica, y fue ahí-- donde Heidegger se
negó a darle la mano a su brillante oponente al final de dicha polémica. Ernst Cassirer sostenía que el hombre
es un 'animal simbólico' y que utiliza precisamente los símbolos
para configurar el mundo cultural y en este sistema de símbolos el espíritu
humano se expresa vía el lenguaje, el mito, la religión y la ciencia tal como
ya reseñamos líneas arriba. En y con Cassirer
la Crítica de la razón (obra
profunda y alabada de Kant) se
convierte en una Crítica de la cultura,
y ahí tenemos el gran aporte de Ernst
Cassirer como ya advertimos, mientras
del otro lado estaba el recio Heidegger que
combatía precisamente la cultura y el romanticismo de Goethe y el clasicismo alemán en su misma raíz con un seco y
ríspido decisionismo que se
fundamenta en la originalidad de su pensamiento y en la firmeza de sus acciones.
Y precisamente sobre esta
célebre y legendaria polémica de Davos
el filósofo marxista --de la reconocida Escuela
de Franfurt y que sigue brindando lecciones de filosofía hoy por hoy-- como
es Jürgen Habermas no la pasa por
alto y la grafica y la anota y la interpreta en las siguiente citas que nos
permitimos alcanzar y notar:
“… en 1929 cuando tuvo lugar en Davos la famosa disputa entre
Cassirer y Heidegger. El tema era Kant; en realidad, de lo que se discutía era
el fin de una época. El enfrentamiento de escuelas quedó desplazado por el de
generaciones: Cassirer representaba el mundo al que también pertenecía Husserl,
contra el gran discípulo de éste; el mundo culto del humanismo europeo contra
un decisionismo que apelaba a la originalidad del pensamiento, cuya radicalidad
atacaba, efectivamente, a la cultura de Goethe en sus raíces.”
(…)
Heidegger polemizaba contra la actitud superficial de un
hombre que se limitaba a utilizar las obras del espíritu; él Heidegger, quería
‘volver a contrastarlas con la dureza del destino’. Al final de la discusión,
Heidegger rechazó la (pág. 47) mano que le extendía su adversario. Como una
continuación de aquello nos suena hoy lo que Heidegger proclamaba cuatro años
después en Leipzig, en nombre del partido de Hitler, en la manifestación
electoral de la ciencia alemana:
“Hemos renegado de la idolatría de un pensamiento sin raíces
y sin poder. Estamos asistiendo al final de la filosofía a su servicio (…) el
arrojo originario que nos empuja a crecer en el enfrentamiento con el ente o hacernos
añicos en él, es el resorte más íntimo que mueve el preguntar propio de la
ciencia de un pueblo. Pues ese arrojo nos atrae hacia adelante, rompe con lo
pasado y se atreve a lo inacostumbrado y a lo imprevisible.”
‘Y a lo imprevisible hubo de plegarse Cassirer en ese mismo
instante. La emigración lo llevó finalmente a Estados Unidos, después de pasar
por Suiza e Inglaterra. Allí escribió su última obra sobre ‘El mito del
Estado’; el último capítulo habla de la técnica de los mitos políticos modernos.
El libro termina con un comentario a una leyenda babilónica:
“El mundo de la cultura humana no pudo surgir hasta que no
fueron vencidas y superadas las tinieblas del mito. Pero los monstruos míticos
no fueron aniquilados definitivamente.”
‘Esta victoria de Heidegger sobre la humana intelectualidad
de Cassirer, por dudosa que pueda ser, debe su inexorabilidad a que aquél logra
poner al descubierto una debilidad real de la posición humanista.” (pág. 48. “I
El Idealismo alemán de los filósofos judíos (1961)’ en ‘Perfiles filosófico-políticos’ de Jürgen
Habermas, editorial Taurus, versión castellana de Manuel Jiménez Redondo,
traducido de la tercera edición alemana, aumentada, España 2000)
Nótese claramente aquí
que el choque entre dos sólidas posiciones culturales, filosóficas y políticas
alemanas es potente, dramática y trascendente; culturalmente Ernst Cassirer y los filósofos e
intelectuales judíos se acogían al estatuto de Goethe para hacer valer sus libertades y derechos filosóficos,
culturales y políticos por ello se declaraban idealistas racionalistas e
inclusive románticos clásicos alemanes, filosóficamente el idealismo alemán
había llegado a su techo y las nuevas generaciones y las revolucionarias
escuelas tomaron el sentido contrario al idealismo, Husserl ya había declarado con énfasis que le causaba náuseas el
idealismo alemán y su crecido discípulo Heidegger
con mucho mayor razón al adscribirse al nazismo intelectual, el decisionismo en su vertiente
fenomenológica quería desollar al idealismo romántico alemán y la oportunidad
se dio en el plano material, síquico y objetivista en el contexto del ascenso
electoral y político de Hitler al
poder en Alemania. Políticamente el judío Cassirer
no tenía ningún respaldo ni amparo ni blindaje políticos, era la víctima en
potencia y era el objeto del odio nazi y su filosofía romántica con toda su
potencia racional no le sirvió absolutamente de nada salvo para decidir salir
de suelo germano.
El decisionismo
fenomenológico que agitó y practicó
Heidegger fue puntual, ostensible y políticamente efectivo y eficaz, la
filosofía política al servicio directo de la política también en esta
oportunidad sirvió de motor, justificación y combustible para cometer toda
clase de decisiones empujadas a servir a una idea a una cúpula y a un caudillo:
eliminación de opositores, persecución del pensamiento y de la cultura enemiga,
imposición de medidas contra toda tradición y racionalidad, etc., etc.
La política se
racionaliza en teoría pero en la praxis es agonal, trágica, irracional y se
alimenta del voluntarismo, y el decisionismo
fenomenológico de Heidegger caía
como anillo al dedo a la tromba política sin tasa ni medida que fue el nazismo
político tal como ahora conocemos bien y documentadamente en exceso.
Ernst Cassirer cobró venganza de Heidegger en el plano filosófico e
intelectual ya que se refirió a las tinieblas
del mito y a los monstruos míticos,
las tinieblas del mito las tendió y las explayó calculada y racionalmente Hitler y Joseph Goebels con sus medios de comunicación social seguido del
manejo experto y hábil de la mente
mítica humana en general y con ello se comprobó la veracidad y certeza de
las propuestas antropológicas filosóficas de Cassirer en todas sus líneas y en cuanto a los monstruos míticos
pues, quedó demostrado que estos no han sido aniquilados definitivamente y que
anidan, se alimentan y se esconden en toda caverna obscura de la política
decisionista de toda coordenada y latitud y altitud.
Lima, 25 de setiembre del
2013
Jaime Del Castillo Jaramillo
Abogado egresado de la
U.N.M.S.M. con más de 20 años de ejercicio profesional y cuenta con estudio
jurídico abierto; politólogo con más de 20 años de ejercicio profesional;
periodista, fundador y director del programa radial y televisivo ‘Yo, Sí Opino’
(censurado en TV y cerrado cinco veces en radio); Maestría en Ciencia Política
con la tesis “Pensamiento Político peruano insuficiente y epidérmico causa de
nuestro subdesarrollo político”; Post Grado internacional en Ciencia Política
otorgado por la UCES - Universidad Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos
Aires-Argentina graduado con la tesis: “Crisis terminal de los Partidos
Políticos en el Perú”; catedrático universitario de ‘Historia del Pensamiento
Político”, “Filosofía Política”, “Metodología de la investigación en Ciencia
Política”, “Realidad Nacional”; “Análisis Político”, “Ciencia Política”, etc.;
blogger, comunicador social, articulista y conferencista.
Fundador, ideólogo y
Presidente de “Foro Republicano”
http://fororepublicanoperu.blogspot.com
@jaimedelcastill
yeagob2@gmail.com
https://www.facebook.com/jdelcastillojaramillo
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