lunes, 13 de octubre de 2014

Japón y su “Revolución Meiji”: la Revolución asiática que destrozó las teorías capitalistas liberales europeas y las errabundas teorías marxistas y leninistas, despreciando las salidas socialistas y comunistas









Japón y su “Revolución Meiji”: la Revolución asiática que destrozó las teorías capitalistas liberales europeas y las errabundas teorías marxistas y leninistas, despreciando las salidas socialistas y comunistas



Para culminar el siglo XIX, Japón, milagrosamente pasa a ser un país industrializado, con una economía próspera y en franco desarrollo, y con sus fuerzas armadas competentes para medirse en cualquier batalla o guerra con Europa. El siglo XX conoció a otra gran potencia mundial, en el Asia.


Japón, logró su revolución eficaz, a partir de 1850, en adelante, superando su estructura socioeconómica arcaica y sobre todo feudal. En 50 años en redondo, cambió revolucionariamente, gracias a la actitud inteligente, patriota y progresista de sus élites, convirtiéndose en potencia mundial. A este período se le conoce como la era Meiji o periodo Meiji (23/10/1868---30/07/1912) donde se comprende los 45 años del reinado del emperador japonés de la mencionada dinastía. El nombre Meiji, significa: "Era de culto a las reglas."


La ‘Revolución Meiji’, para empezar, rompió el viejo esquema del aislamiento internacional político y económico del Japón; se eliminó el ancestral poder feudal, que mantenía el atraso y el aislamiento de mercados internos. La tradicional posición sagrada, decorativa y sin autoridad del Emperador japonés, cambió a la de un liderazgo activo y progresista y con poder efectivo.


Recordemos, que para 1853 el gobierno norteamericano presionó al Japón para que abriese sus mercados al comercio internacional, luego lo hicieron Reino Unido y Holanda, el ingreso masivo de productos extranjeros al mercado japonés causó serios impactos, y la llegada obligatoria de poderosos mercaderes extranjeros, respaldados por sus respectivos gobiernos liberales o capitalistas, agresivos e imperialistas, puso en alerta y en jaque, a las élites japonesas, que temían una inminente invasión o desmembración, o conversión rápida del Japón en colonia imperialista del liberalismo europeo.


El pueblo japonés, inteligentemente entendió del peligro inminente de su sometimiento político y económico, y respaldó a su Emperador Meiji, dejando en el descrédito a los señores feudales, que comerciaban felices y avariciosos con los mercaderes extranjeros, y altamente posibles futuros amos del Japón. Esta actitud nacionalista del pueblo japonés, impulsa y facilita el cambio revolucionario. Fue una reacción patriota, y una gran lección de amor propio, tradicional honor y orgullo nacional, que el Japón Meiji dio al mundo entero, y del cual debemos sacar nuestras propias conclusiones.


Es en ese contexto, de la hora gloriosa del pueblo nacionalista japonés, que su líder, el emperador Mutsu-Hito Meiji dio un golpe de Estado en 1868, tomando las riendas absolutas del poder y obligando a los poderosos señores feudales, a entregar sus tierras al Estado, y con sabiduría y tino, convirtió a los antiguos feudos en provincias, y no solamente eso, a los señores feudales los nombró gobernadores a sueldo del Estado Meiji.


Al mismo tiempo, el pueblo fue liberado de la antigua servidumbre feudal, y se les asignó tierras para su cultivo directo y administración, --la misma Emperatriz, visitaba los arrozales de los nuevos propietarios, en las nuevas provincias--. Así mismo, se estableció la educación obligatoria para todo el pueblo japonés. Y el servicio militar, ya no sería privado, sino a favor del Estado. Y con esas iniciales medidas empezó el despegue revolucionario.


En concreto, la primera reforma fundamental, fue la promulgación de la Carta de juramento de 1868, donde se sujeta a la oligarquía Meiji para que se una, respalde, y de el envión necesario para ganar legitimidad y el soporte económico-financiero en pro del nuevo gobierno imperial con liderazgo político-constitucional. Los cinco estatutos, o políticas de Estado, consistían en:


1)      Establecimiento de asambleas deliberativas, se introduce principios democráticos.
2)      Integración de toda la nación, respaldando al Estado.
3)      Sustitución de las "costumbres nocivas" por "leyes naturales".
4)      Búsqueda internacional del conocimiento, se enviaron a los jóvenes a educarse.
5)      Fortalecimiento de los cimientos de la regla imperial, las tradiciones siguen firmes.


Con el Juramento aludido ut supra, se buscaba acabar con los exclusivismos y fueros políticos independientes, y se impulsó participación democrática en el gobierno. Para implementar los estatutos del Juramento, fueron elaborados once artículos constitucionales. Además de proveer un nuevo Consejo de Estado, cuerpo legislativo y sistema de rango para los nobles y oficiales, se limitó la permanencia en los cargos a cuatro años, se permitió la votación pública, se estableció un nuevo sistema de impuestos y se establecieron nuevas leyes locales administrativas.


Recordemos, que para 1889 se realizó el formal acto de promulgación de la Constitución por el mismo Emperador Meiji, donde se combinaron inteligentemente, los principios de dominio político central y el reconocimiento de libertades para el pueblo japonés; recordemos el Edicto Imperial, de 1890, que a la letra decía:

“Sabed todos, súbditos nuestros: Nuestros antepasados Imperiales han fundado Nuestro Imperio sobre una base amplia y eterna. Tal es la gloria del carácter fundamental de Nuestro Imperio y esa es la fuente de nuestra educación. Preocupaos siempre por el bien público y por los intereses comunes, respetad siempre la Constitución y someteos a las leyes. De esta forma protegeréis y mantendréis siempre la prosperidad de Nuestro Trono Imperial, nacido al tiempo que el cielo y la tierra …”


Japón empezó su ruta industrial, no con el carbón y el hierro, sino con la seda y el algodón, que requerían abundante mano de obra, acometiendo así al desempleo, y generando muchas industrias con pocas maquinarias complicadas y europeas. Esta acumulación capitalista japonesa primeva, luego sería dirigida hacia otros rubros industriales más complejos.


Recordemos, que para 1871 salió la primera misión japonesa al extranjero liderada por el príncipe Iwakura en calidad de embajador plenipotenciario, partiendo de Yokohama, hacia los EE.UU., y luego hacia Europa. El Japón Meiji, se abrió al mundo.


La juventud japonesa, inmediatamente salió a otros países desarrollados a educarse, para regresar luego, y aplicar sus conocimientos, y usar correctamente las tecnologías de punta, que impulsen y continúen el desarrollo industrial y económico general japonés.


Toda esta ‘Revolución Meiji’ se realizó transformando al Japón, pero sin alterar sus tradiciones y costumbres, es decir, conjugaron con sabiduría: tradición y modernidad.


Bueno es precisar que, la estructura económica y producción del país era básicamente agraria al comenzar la ‘Revolución Meiji’, por lo tanto decidieron aplicar dos estrategias para imprimirle desarrollo a Japón: emplear a 3.000 maestros extranjeros especializados en la enseñanza del inglés, las ciencias, ingeniería, la milicia y la navegación; y como se ha dicho, se envió a estudiantes japoneses al extranjero, dando cumplimiento a lo dispuesto en el quinto y último artículo de la Carta de juramento de 1868: El “conocimiento será buscado a través del mundo para consolidar los cimientos de la regla imperial.”


La ‘Revolución Meiji’ fue solventada y monitoreada muy de cerca, por el propio gobierno imperial, y por las élites y grupos de poder comprometidos, destacándose las grandes casas zaibatsu, como la Mitsui y Mitsubishi.


Trajeron tecnología occidental, y el Japón Meiji fue expandiéndose gradualmente a gran parte del mercado asiático de manufacturas, comenzando por los textiles. Se impulsó así el comercio internacional, aplicando la estrategia de importar materia prima y exportar productos con valor agregado.


En el aspecto estrictamente económico-financiero, reformaron la actividad con moneda unificada basada en el yen, modernizaron la banca, el comercio y nueva estructura de impuestos, aplicaron la bolsa de valores, y una vasta red de comunicaciones. Se consolidó la nueva estructura institucional económica-financiera para 1890, siendo que, ya el gobierno Meiji había entregado gran parte del control directo de los procesos de modernización, por razones presupuestarias básicamente.


El gobierno Meiji, hizo la modernización en el campo empresarial, usando "fábricas modelo" para facilitar la transición la modernidad. Después de veinte años de la era Meiji, la industria económica se expandió rápidamente hasta cerca del 1920 con grandes inversiones privadas. Aprovecharon económicamente las guerras y privilegiaron la planificación económica, de tal forma que Japón surgió como una de las principales naciones industriales tras la Primera Guerra Mundial.


Los líderes Meiji militares modernizaron la nación, haciendo cableado telegráfico a las ciudades más importantes, construyendo ferrocarriles, astilleros, fábricas de municiones, minas, e inclusive instalaciones para fabricación de textiles, fábricas de otros rubros, y estaciones experimentales para la agricultura. Centralmente, reforzaron el tema de la seguridad nacional, constituyendo ejército permanente, con amplio sistema de reserva, y con servicio militar obligatorio. Se analizaron los sistemas militares extranjeros, y se contrataron instructores castrenses foráneos, enviándose cadetes a las escuelas militares y navales de Europa y Estados Unidos.


En suma, la ‘Revolución Meiji’ deja muchas lecciones tanto para la Europa de economía liberal, como para la ideología marxista o leninista, o socialista o comunista, ya que el camino que eligió el Japón de la dinastía Meiji, fue el compromiso de sus élites para con su patria y su nación, en base al honor, la tradición y la defensa de la soberanía y la independencia económica y política, y así  llevaron de la mano, hacia el desarrollo y al progreso al Japón al comenzar el siglo XX.


Japón Meiji, no necesitó de la ideología del individualismo egoísta y perverso del homo economicus europeo, --fue todo lo contrario absolutamente--, Japón Meiji, despreció a la ideología del liberalismo, donde se privilegia al mercado cruel y avaricioso y demoledor de vidas humanas, e impío e inclemente con las necesidades sociales. Japón Meiji tampoco aplicó doctrinas totalitarias comunistas; o hipocresías parlamentarias socialistas; ni menos echó mano del errado marxismo o el leninismo como organización política; siendo que, en verdad de verdades el marxismo como teoría social, económica, histórica y política, fue destrozado e invalidado absolutamente, y en todas sus líneas, por la realidad japonesa bajo comentario.


Aquí tenemos el ejemplo histórico universal, de cómo las élites realmente nacionalistas y patriotas, pueden construir potencias económicas, industriales y comerciales y tecnológicas, con sólo sincerar, coordinar y unificar, sus esfuerzos, inteligencias, energías y voluntades. Y que no se necesitan ideologías o teorías o doctrinas extranjeras, para hacer los cambios trascendentales y profundos y permanentes. La inexistencia del parlamento liberal capitalista, fue clave también, para el desarrollo del Japón Meiji, hasta llegar a ser una respetada potencia económica industrial de espectro mundial a partir del siglo XX, hasta la fecha.

Lima, 13 de octubre del 2014

Jaime Del Castillo Jaramillo

Abogado egresado de la U.N.M.S.M. con más de 20 años de ejercicio profesional y cuenta con estudio jurídico abierto; politólogo con más de 20 años de ejercicio profesional; periodista, fundador y director del programa radial y televisivo ‘Yo, Sí Opino’ (censurado en TV y cerrado cinco veces en radio); Maestría en Ciencia Política con la tesis “Pensamiento Político peruano insuficiente y epidérmico causa de nuestro subdesarrollo político”; Post Grado internacional en Ciencia Política otorgado por la UCES – Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos Aires-Argentina graduado con la tesis: “Crisis terminal de los Partidos Políticos en el Perú”; catedrático universitario de ‘Historia del Pensamiento Político”, “Filosofía Política”, “Metodología de la investigación en Ciencia Política”, “Realidad Nacional”; “Análisis Político”, “Ciencia Política”, etc.; blogger, comunicador social, articulista y conferencista.
Fundador, ideólogo y Presidente de “Foro Republicano”
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