miércoles, 22 de junio de 2016

Blues: el podio para el lamento o la picardía sexual. Bessie Smith fue condenada por usar famosas letras de blues con doble sentido sexual; en Cuba también hicieron lo mismo. Historia del Jazz. Parte IV






Blues: el podio para el lamento o la picardía sexual


Bessie Smith fue condenada por usar famosas letras de blues con doble sentido sexual; en Cuba también hicieron lo mismo. Historia del Jazz. Parte IV




Por:    Jaime Del Castillo Jaramillo






El blues tiene sus orígenes más remotos en el siglo XIX, y fueron los primevos y originales: los country blues, los mismos que emergen en los años veinte decimonónicos. Y los créditos se otorgan creo, sin discusión alguna, a las primeras grabaciones conocidas y se puede decir modernas, de músicos como: Robert Leroy Johnson ‘El Rey del Blues del Delta’ (Hazlehurt, Misissipi, 8/5/1911- Greenwood, Misissipi, 16/8/1938), “Blind” Lemon Henry Jefferson, ‘Rey del Country Blues’  (Coutchman, Texas, 24/9/1893- Chicago, Illinois, 19/12/1929), Charlie Patton ‘El Padre del Delta Blues’ (4/1891, Bolton, Misisipi -28/04/1934, Indianola, Misisipi), Son House o Eddie James House Jr., (Lyon, Misisipi 21/3/1902- Detroit, Míchigan 19/10/1988), y Leadbelly o Huddie William Ledbetter (Mooringsport, Luisiana 20/1/1888 - Nueva York, 6/12/1949), entre otros.



“Blues” en el idioma inglés, significa cualquier canción que manifieste tristeza o congoja; pero musicalmente: blues, es estructura dividida en segmentos de doce compases, y basada en armonías de tónica dominante y subdominante. Famosos y célebres son los blue notes donde que en los primeros blues se usaba tanto de la tercera mayor como de la menor en la línea vocal unido a la séptima disminuida; para otros, la quinta disminuida, esa usanza tuvo más tarde la misma importancia que la blue note.



Esta característica y personalidad única del Blue Note, es un efecto musical que no se puede manifestar en la notación, sin embargo es uno de los sonidos más lastimeros de la música del siglo XX, y de ahí su originalidad, autenticidad, especificidad y autonomía musical. Obviamente, que la potente riqueza y fuerza emocional del blue note trascendió del blues directamente hacia el jazz, y por cierto, para otras formas de música popular.



Originalmente, el blues usaba una estrofa-base en la que la cabeza de los versos  se exponía, y luego se repetía, y finalmente, viene seguido de otro verso que rima con los dos anteriores. Esta estructura-base musical del blues permite manifestar frontalmente y en forma clara y contundente la queja, la pena o el lamento, y además permitía la belleza de la licencia poética; además la estrofa del blues no solamente puede ocupar doce compases, sino  también doce y medio, trece, quince o incluso más.






La autonomía, personalidad, originalidad y alma del Blues, se expresa desde el mismo momento en que para un músico de la tradición europea occidental, las licencias poéticas y musicales en la extensión de la forma del Blues devienen en netamente inconcebibles e inaceptables para el músico tradicional de escuela occidental europea, al destruir frontal y radicalmente el concepto de oro, según el cual toda canción debe tener una extensión predeterminada y ésta debe ser la misma cada vez que se interprete. Eso no se obedece o no se cumple con el blues.





El Blues, por cierto, nace con otras procedencias y genes y elementos e insumos, los mismos que se hicieron música original y única, y no tenía otro destino y camino que levantarse y emerger sólidamente como género musical, precisamente por eso: por su autonomía, belleza, originalidad y personalidad propia.



En la típica música del Blues, no era importante, ni cardinal, ni fundamental, lograr compacto sonido musical de grupo, sino que, la clave de todo estaba en crear en la música del Blues, una poderosa y definida expresión personal, en la cual la métrica personalísima se hacía unidad con las pausas naturales que empleamos en nuestra rutinaria respiración y el habla.




Es bueno dejar sentado aquí que, el blues clásico comenzó a tomar elementos del mundo del jazz, y eso se debió a que muchos músicos se iniciaron tanto en el Blues como en el Jazz, así mismo, no se puede soslayar la influencia que ejerció también los minstrel shows, el circo, el espectáculo de variedades y otros tipos de música ambulante que era muy propia en el sur de los Estados Unidos de América.




Con el devenir y el posicionamiento del Blues, se verifica la consolidación de las bases maestras y estructurales de esta música, tales como los arreglos, los solos, las introducciones, y la llamada y respuesta, las mismas que adquirieron carácter estandarizado y profesional.



No solamente variaron los contenidos del Blues, también cambiaron las formas, por ejemplo, la versión masculina en el country blues, tendrá como seria competidora en el género hermano del blues clásico a la versión femenina; que hizo valer la diferencia entre sexos, el gran tema importante y muy recurrente en el espíritu de las modernas letras de blues.






El Blues fue ascendiendo en movilidad social y cultural: del lejano campo agrícola, o de las sucias y peligrosas calles urbanas, o de las malolientes tabernas y lupanares, ascendió a mejores ubicaciones, tales como teatros, carpas de espectáculos, barracones populares o salones de actos, y ya era un preferido en el espectáculo de masas, condición que se consolida y se dispara o despega con las grabaciones técnicas e industriales del blues, vale decir: la masificación musical se afinca y se expande y se consolida, por ejemplo, para 1920 la General Phonograph Company alcanzó ventas millonarias con la grabación de música blues a cargo de la artista negra Mamie Smith (6/5/1883, Cincinnati, Ohio – 16/9/1946, Staten Island, Nueva York), conocida como  la «primera dama del blues», fue además de cantante, bailarina, pianista y actriz norteamericana.





La diva negra Mamie Smith obtuvo en su debut y en el primer mes de su grabación, el respaldo de 75,000 discos vendidos, y para su primer año logró vender más de un millón de placas discográficas. Estos impactantes resultados en ventas efectivas y con dinero contante y sonante, convenció a muchos empresarios y a otras compañías disqueras a entrar con fuerza en este mercado incipiente del Blues, y que prometía anchas y gordas bolsas millonarias en ganancias.



No podemos dejar de mencionar y reseñar que los discos grabados por cantantes negros fueron llamados: “Los race records” (o mejor dicho, los discos de raza). Pero aun así, las grabaciones continuaron y continuaron, y las ventas iban viento en popa, solamente para acotar y abonar en este punto: que corriendo el año de 1926 se verificaron en toda Norteamérica, más de 300 grabaciones de blues y de gospel, donde destacaban gran mayoría de cantantes negras; y como quiera que el cómodo y razonable precio de 50 o 75 centavos de dólar por placa discográfica era muy accesible para las grandes masas, pues impulsaron rápidamente las ventas, y para 1927 el número de discos publicados para ventas ascendió de 300 a 500 unidades, y con mucho optimismo.



Los codiciosos empresarios y las voraces compañías disqueras sedientas de más ganancias económicas, no pusieron ningún reparo en invertir en los famosos, proactivos e inescrupulosos “cazatalentos” quienes iban a la búsqueda, ubicación y captación de músicos negros prometedores y con talento y futuro, y tanto fue así, que por ejemplo: los gerentes de diferentes industrias discográficas ordenaron y financiaron no menos de
700 expediciones solamente para Atlanta, y a fines de los dorados años 20’, peinaron de arriba hacia abajo, las ciudades de Memphis, Dallas y Nueva Orleans,  entre otras ciudades más, y muy visitadas en los conocidos viajes de los aludidos y audaces cazatalentos.




Gertrude “Ma” Rainey o Gertrude Malissa Nix Pridgett Rainey, conocida como Ma Rainey (Columbus, Georgia 26/4/1886 – 22/12/1939, Rome, Georgia), famosa cantante negra del blues clásico, y la pionera en hacerlo con acompañamiento de piano o con senda orquesta de jazz. Y era la encarnación de la nueva generación de profesionales cantantes del blues. Se inició junto a su esposo Will, la diva ‘Ma’ Rainey recorría el sur norteamericano presentando espectáculos de minstrels itinerante.




‘Ma’ Rainey se hizo muy famosa porque grabó generosamente y en la mitad de los locos años veinte; su inconfundible, potente y vibrante voz de contralto, quedó eternizada en más de un centenar de discos y sorprendentemente en menos de cinco años. A diferencia de los cantantes de country blues, quienes eran solistas por antonomasia, pues nuestra ‘Ma’ Rainey tuvo la suerte y la astucia de grabar con los más grandes músicos de jazz de su evo, tales como Louis Armstrong y Coleman Hawkins.



Bessie Smith (Chattanooga, Tennessee 15/4/1894 – Clarksdale, Misisipi 26/9/1937), conocida como la "Emperatriz del blues", fue la cantante más popular de los locos años 20’ y de los críticos años 30’ y por cierto, la cantante más influyente para las generaciones que la siguieron. De hecho, fue la protegida de la gran ‘Ma’ Rainey; y es que Bessie Smith a sus escasos nueve añitos de edad empezó a cantar y bailar en la dura calle a cambio de algunas monedas o propinas, y siendo jovencita, integró el espectáculo itinerante de la mencionada ‘Ma’ Rainey.





La voz extraordinaria y penetrantemente resonante de la gran Bessie Smith le abrió las puertas de la fama, no solamente eso, superó a la diva y su mentora ‘Ma’ Rainey en cuanto a la variedad y coloratura de su invención melódica, y en cuanto a su impresionante dominio de la extraordinaria afinación y en la profundidad expresiva y emotiva de su canto.



Cuando se independiza, la Smith es contratada para el circuito teatral de Milton Starr, es decir, cayó en las negras garras del otrora y tristemente célebre TOBA o el “Theatre Owner’s Booking Agency” (Agencia de Contratación para Empresarios Teatrales), donde los artistas negros eran cruel e indignamente explotados, por lo tanto la Smith se inició con una miserable paga de ínfimos e insultantes dos dólares y medio semanales, y era parte del conocido Pete Werley’s Minstrel Show.




Sin embargo, Bessie Smith esperaba su gran oportunidad y momento, conocedora de la calidad de su voz e interpretación del blues, fue así que para 1923 grabó la placa: “Down Hearted Blues” y gatilló así, su carrera musical directo a la fama y al estrellato; este disco vendió más de medio millón de placas en breves meses, y como no podía ser de otra manera, la Smith empezó a grabar regularmente, y ahora sí, actuaba pero cobrando altos honorarios que alcanzaban hasta los dos mil dólares semanales.



El Blues no solamente era lamento y queja y dolor, también algunas de sus letras al igual que la música cubana tenían doble sentido sexual, y precisamente ese filo de la navaja no gustó a determinado público norteamericano,  si bien es cierto que coadyuvó para la rápida venta de discos, también es cierto que el Blues recibió execraciones, y Bessie Smith estuvo en el ojo de la tormenta, ya que ciertos sectores sociales y religiosos de la clase media negra sobre todo, condenaba ese lado ‘cuestionable’ del Blues.



Entre 1910 y 1930 aparecen las primeras partituras de consumo popular del Blues, bajo la influencia de compositores del neoyorquino barrio de Tin Pan Alley, donde se agrupaba asimismo, la industria musical de liderazgo nacional, Tin Pan Alley significaba en su momento de oro: la propia industria de la música popular y comercial.


Tin Pan Alley ostentaba compositores como W. C. Handy o William Christopher Handy (Florence, Alabama, 16/11/1873 – 28/3/1958, Nueva York), quien fuera compositor y músico de blues, y hasta fue considerado como "The Father of the Blues". Handy fue uno de los compositores más influyentes de los Estados Unidos, y como quiera que era natural de Alabama, se inspiraba en sus años mozos recordando la troupe itinerante de minstrels cuando componía blues, fueron muy populares sus canciones “Memphis Blues” (1912), “St. Louis Blues” (1914) y “Beale Street Blues” (1916).



W.C. Handy se trasladó a Nueva York para 1917, destacándose no solamente como compositor, sino también como defensor de la música popular afroamericana, y obviamente  como intérprete musical, así como editor musical y dueño de una compañía discográfica.




Bessie Smith se benefició con muchas buenas composiciones de W.C. Handy, y además estableció sólidos vínculos con el jazz, dejando valiosas grabaciones con los grandes maestros Louis Armstrong, Benny Goodman, Coleman Hawkins, James P. Johnson, Jack Teagarden y Fletcher Henderson, entre otros.

(Fin de la cuarta parte)




Lima,  21 de junio del 2016


Jaime Del Castillo Jaramillo

Abogado egresado de la U.N.M.S.M. con más de 25 años de ejercicio profesional y cuenta con estudio jurídico abierto; politólogo con más de 20 años de ejercicio profesional; periodista, fundador y director del programa radial y televisivo ‘Yo, Sí Opino’ (censurado en TV y cerrado cinco veces en radio); Maestría en Ciencia Política con la tesis “Pensamiento Político peruano insuficiente y epidérmico causa de nuestro subdesarrollo político”; Post Grado internacional en Ciencia Política otorgado por la UCES – Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos Aires-Argentina graduado con la tesis: “Crisis terminal de los Partidos Políticos en el Perú”; catedrático universitario de ‘Historia del Pensamiento Político”, “Filosofía Política”, “Metodología de la investigación en Ciencia Política”, “Realidad Nacional”; “Análisis Político”, “Ciencia Política”, etc.; blogger, comunicador social, articulista y conferencista.
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