Inseguridad
ciudadana es mafia policial principalmente. Delincuente, narco y mafia policial
son una y la misma cosa. Generales y Comisarias policiales, no sirven
absolutamente en Perú. Mi artículo en el portal madrileño @Neupic para el mundo
https://neupic.com/articles/inseguridad-ciudadana-es-mafia-policial-principalmente
Inseguridad ciudadana es mafia policial principalmente
Delincuente, narco y
mafia policial son una y la misma cosa. Generales y Comisarias policiales no
sirven absolutamente en Perú
Buenas intenciones aparentemente,
le vemos al flamante ministro del interior Carlos Basombrío (CB), al anunciar
sus inmediatas medidas, a fin de combatir supuestamente la terrible inseguridad
ciudadana que sufrimos día a día en Perú; pero en verdad de verdades, nos huele
a continuismo solamente, con otro pantalón, zapatos y camisa, pero continuismo
puro y duro, y no más.
Al parecer al gobierno
de PPK ya lo frenaron los grupos de poder delincuencial disfrazados de
autoridad; al parecer las terribles y temibles mafias policiales ya metieron
mano en palacio de gobierno y al ministro del interior CB que parecía un torito
bravo y antes de juramentar el cargo, ahora parece un buey cansado y a las
pocas horas de juramentar su cartera.
CB declaró, antes de
asumir su despacho ministerial, que volvería a reinstalar a la tan alabada:
Policía de Investigaciones del Perú, es decir, la tan respetada PIP, pero
ahora, con el fajín ministerial ceñido, se ha callado en mil idiomas;
también dijo CB, --antes de asumir el
mencionado ministerio--, que habían muchos generales en la Policía Nacional del
Perú (PNP) y que haría una reforma policial profunda en dicha materia, pero una
vez juramentado como ministro por PPK, se olvidó absolutamente del tema.
Les advertí, sobre el
temible sentido común de PPK, eso significa que los cambios de opinión y de
dirección, súbitos y sobre la marcha de PPK como de sus ministros, van a ser
pan de cada día, como que el sol sale todas las mañanas; les advertí y les dije
que, recién conocerían a PPK y a sus voceros y secretarios o ministros, que
responden obviamente a su política.
Les advertí, que el
fujimorismo como el ppkausismo, son en el fondo lo mismo: ‘Ley del Mercado’ o
liberalismo o neoliberalismo puro y duro y a secas, --aunque cholo o
folklórico--, en consecuencia, les interesa un pepino la seguridad ciudadana,
porque eso no da dinero o millonadas, o mejor dicho, no hay inversiones y
negocios en la línea que a esos círculos ‘liberales’ les gusta, por eso es que
al liberalismo y al neoliberalismo, solamente les interesa los negocios
obscuros o escondidos dentro del sector interior y que mueven millones de
dólares y que pueden reportar ganancias oblicuamente –“solapa” le dicen también--,
a los hombres de gobierno de turno; así ha crecido los Estados Unidos en el sector
de gobierno interior y así se fortaleció también y en forma sólida y segura, la
poderosa y multimillonaria mafia norteamericana con su vieja y bien estudiada
saga, con ribetes de leyenda y de novela y películas mil. Esa es la dura y pura
realidad y probado y comprobado amplia y palmariamente. A buen entendedor pocas
palabras.
Está claro y probado,
que con el Narcoestado naranja de Alberto Kenya Inomoto y Vladimiro Montesinos
en los terribles años 90’ y cuando fueron gobierno, corrompieron hasta la
náusea a las FFAA y a la PNP y al periodismo y al PJ/MP y a todo el aparato
estatal; vale decir, el fujimorato puso al servicio del narcotráfico y de las
mafias organizadas, toda la institucionalidad republicana, lamentablemente eso
no ha cambiado mucho, salvo algunos maquillajes, para engañar incautos.
La inseguridad ciudadana
de hoy, es la real y material herencia del primer alanato y del fujimorato sin
lugar a dudas. Cuando asumió su primer gobierno Alan García Pérez (AGP) inoculó
la depredadora bacteria estrellada de la corrupción y mafias policiales:
unificó a la policía nacional (PNP), para evitar que existan efectivos poderes
policiales investigativos (PIP), asegurando así, que no enviaran a prisión a
los miles de militantes del Partido
Aprista Peruano (PAP) que ingresaron al gobierno aprista para robar, desfalcar
y faenar descaradamente en contra del Estado peruano, como que así fue y está
más que probado.
Fue el maldito alanato, el
mismo que castró a la poderosa y eficiente PIP y para ello hundió, desapareció
y fundió a los cerebros policiales investigadores, los mismos que hacían
temblar a las mafias criminales a nivel nacional, en su lugar, levantaron y
promovieron y ascendieron, a mequetrefes, imbéciles y serviles en los altos
mandos policiales, para así dejar que se consoliden las mafias policiales
vinculadas al narcotráfico y a otros núcleos delincuenciales, que ya venían
operando en bajísima escala, pero a partir del gobierno alanista, se
politizaron dichas mafias y se empoderaron y el Perú se desgració en ese sector
público, eso está más que probado hoy.
No solamente eso, el
corruptísimo alanato, usó las escuelas policiales de Lima y las nuevas escuelas
policiales regionales, como puertas anchas y abiertas para que ingresen a la institución
policial: delincuentes convictos y confesos; hijos, entenados y sobrinos de
narcotraficantes; ahijados de criminales de alta monta; súmese a ello, la gran
cantidad de policías drogadictos a nivel nacional y que se han infiltrado en la
institución tutelar del Estado bajo comento.
Esas mafias policiales
son delincuencia pura, que trabaja de la mano con las organizaciones criminales
y a nivel nacional, en el hoy por hoy, --aunque es bueno adelantarnos en
afirmar, que todavía existen policías honestos y dignos y aun trabajando a
duras penas en su amada institución--, y ello se agrava, con el sistema
policial militarizado y rígido, en complicidad con el político corrupto o
narco; de esa forma se completa la corruptísima asociación ilícita para delinquir
de amplio espectro, dentro de la propia institución policial.
Eso quiere decir, que también
existen generales corruptos y narcos en muchos casos, esos generales mafiosos
tienen sus ‘confiables’ equipos policiales con ‘leales’ oficiales y suboficiales
que redondean la maquinaria viciosa que incrementa la inseguridad ciudadana,
porque están en tratos directos con el narcotraficante y con organizaciones
delincuenciales. Como abogado litigante, con más de un cuarto de siglo de
experiencia en temas penales, he visto el rostro del horrible y macabro
monstruo muchas veces y sería largo explayarme en el punto: solamente visiten
hoy, las comisarías PNP de Lima y Callao, entre otras regiones del interior del
país y verán alrededor de dichas comisarias, autos de lujo o nuevos o
camionetas 4x4, que pertenecen a policías, que con las justas ganan para comer
y mantener mínima familia. Ni que decir, de sus casas y departamentos de lujo y
de los negocios que manejan fuera de la institución policial. ¿Quién investiga
a los policías corruptos?.
Si el ministro del
interior CB, no disuelve esa mafiosa organización policial, --protegida en el
hoy por hoy, por muchos partidos políticos y parlamentarios, vinculados también
a terribles mafias--, plagada de
generales de la derrota y reyezuelos de la inseguridad ciudadana y en vez de
esa tonta y sosa e ineficiente cachaquería policial, la cambia por cerebros
policiales, empezando por reinstalar a la gloriosa PIP, pero con nuevo formato,
donde se incluyan a profesionales en distintas áreas, en un sistema distinto y
diferente de meritocracia en efectividad policial, pero en calles; aunado a una
intensa y sistemática aplicación de tecnología policial de prevención y combate
del delito, pero debidamente monitoreado por contrainteligencia policial de
nuevo cuño, pues creo que no hará mucho el nuevo ministro CB y será paseado y
mecido y engañado el nuevo hombre de PPK al frente del MININTER, tal y como es
su especialidad preferida de todas esas temibles y terribles mafias policiales
bajo comento. Lo dejo ahí.
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