Inseguridad ciudadana es inteligencia delincuencial. Familias, barrios y autoridades delincuentes y nada de inteligencia de los operadores legales antidelincuencia en Perú, al contrario, impera la brutalidad jurídica y criminológica. Mi artículo en el portal madrileño @Neupic para el mundo
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Inseguridad ciudadana es inteligencia delincuencial
Familias, barrios, y autoridades
delincuentes, y nada de inteligencia de los operadores legales antidelincuencia
en Perú al contrario, impera la brutalidad jurídica y criminológica
Lo advertí muchas veces
y hace quinquenios, desde cuando era catedrático universitario del curso de
Sociología Jurídica en Lima: el delincuente es inteligente y está obligado a
ser inteligente, para poder subsistir y enriquecerse fácilmente y sobrevivir fuera
y dentro de prisión. Por lo tanto, conocer a fondo las puertas falsas de la ley
y conocer el lado flaco o débil de la autoridad estatal anti-delincuencial para
doblegarlo a su favor, es su trabajo primordial y su fuente de poder y
enriquecimiento. Tiene que ser inteligente el delincuente y renovarse y su
actividad ilícita lo obliga a ello. El derecho penal liberal que nos rige es
del siglo XIX: ¿No es una estupidez mantener esos principios jurídicos penales
liberales vetustos, escleróticos y decrépitos hoy?.
El delincuente de hoy,
tiene un arma mucho más poderosa, para incitarlo al crimen de toda laya y al
homicidio o asesinato brutal y salvaje: la droga. Familias enteras entregadas a
la drogadicción se puede constatar hoy y ellos son los núcleos duros
reproductores de la delincuencia, esos familiares delincuentes se encargan de
potenciar las extorsiones, de llevar droga, celulares e informaciones a los
penales, de pagar al juez y fiscal y policía corrupto, y muchísimas actividades
delictivas más, en grupos familiares.
El delincuente de hoy,
--está probado--, se forma también en el seno de su misma familia delincuente,
por eso es que, un grave indicador de ello: es el bullyng en los colegios y los
ataques de niños en contra de sus compañeros y de sus propios maestros con saña
y perversidad, como tenemos noticias de ello diariamente.
El delincuente con las
nuevas tecnologías que brinda la informática y la cibernética, se ha
reinventado y ha creado nuevas formas y modalidades delictivas que el mundo hoy
conoce. El delincuente ingresa a las páginas webs oficiales del Estado y
correos oficiales estatales y conoce de los secretos que le atañen y con eso
burla a la ley con seguridad y eficacia y comete delitos con toda impunidad
magistral.
El delincuente se ha
preocupado en enviar a universidades de todo tipo a sus hijos, entenados y
familiares y se ha potenciado intelectual y profesionalmente y está infiltrado
en todas las instancias burocráticas, por lo tanto, el delincuente sabe más de
los secretos de Estado, que los mismos ministros y asesores presidenciales.
El delincuente se ha
preocupado en cooptar y captar a policías (todavía los hay honestos y decentes)
y convertirlos también en delincuentes, sometiéndolos con el poder del dinero abundante
y es obvio y constatable, que diariamente delinquen juntos y en complicidad, muchas
veces con el consentimiento y asentimiento de venales partidos políticos o por
asesores presidenciales llamados 'Asesores en sico-sociales' los mismos que
aplauden la aguda inseguridad ciudadana porque con ello la sociedad civil vive
presa del temor y terror y ya no se preocupa de los asuntos públicos que
manejan los políticos corruptos de turno en el poder.
Acaso no sabemos y no lo
vemos día con día en Lima, que existen barrios completos, donde casi todos los
vecinos son consumidores de droga asolapados, por lo tanto, la misma vecindad
protege a sus abastecedores de droga de las capturas policiales y ellos mismos
promueven la venta de la droga a toda hora; harto sabido es que todo negocio o
‘fiesta’ o ‘evento’ en dichos barrios de drogadictos, no es sino pretexto, para
consumir droga desde el anciano hasta el nene con pantalón corto. ¿Eso no lo
sabe la policía?.
El narcotraficante está
obligado a pagar millonadas a policías, fiscales, jueces, alcaides, periodistas
y todo burócrata vinculado a su actividad delictiva en general. Por ejemplo, el
larguísimo Estado de Emergencia en el puerto del Callao de hoy, so pretexto de
combatir a la delincuencia, es una vergüenza absoluta y una ofensa al Perú: No
se ha capturado ni un solo pez gordo o capo de la droga, solamente se captura a
drogadictos pezuñentos y de mínima monta, cuando sabemos bien que por el puerto
del Callao, se exportan toneladas de droga, como también por el aeropuerto y
por todos los puertos del litoral peruano. ¿La policía no lo sabe?, ¿Se ha
investigado los signos exteriores de riqueza de jueces, fiscales, policías y
militares en esas zonas rojas, donde pasa obligatoriamente la droga?. Lo dejo
ahí.
El narcotraficante,
ahora fabrica partidos políticos y mantiene y aúpa a parlamentarios,
periodistas, líderes políticos y demás personajes del entorno oficial o estatal
‘anticorrupción’ y una de las fachadas más usadas y manidas, son las
‘universidades’, --creadas a partir del maldito fujimorato de los años 90’--, y
que las convierte en inmensas, intrépidas y temerarias lavanderías, con las
cuales somete a jueces y fiscales y policías y periodistas ‘contratándolos’ con
honores y obviamente, pagándoles por planilla ‘universitaria’ por no hacer nada
en dichas ‘universidades’; pagándoles por mantenerlos en impunidad crónica a
los criminales de su entorno y de regalo generoso: reparten y regalan títulos,
maestrías y doctorados a los familiares y amigos y ahijados del político, juez,
fiscal y policía corrupto de esa ‘familia’ universitaria. Eso es de
conocimiento público y denunciado muchas veces ¿Por qué no se cierran dichas
universidades-lavandería y se envían presos a todos esos lavadores y
corruptos?.
Eso y muchísimo,
muchísimo más, ha logrado hacer e implementar el delincuente de hoy, --(trata
de blancas, esclavismo infantil, minería ilegal, tala ilegal, contrabando, burdeles,
apuestas, tráfico mercantil, etc., etc.)--, con ello se prueba y se comprueba,
la inteligencia delincuencial que está siempre cinco pasos más adelante que el
sistema anticorrupción de los presentes Estados desfasados en dicha materia.
Los operadores judiciales y fiscales y policiales no dan los resultados que se
esperan, porque el delincuente es más inteligente que ellos y los tiene
sometidos con el dinero sucio.
El tema es, que la
probada inteligencia delincuencial, ha sometido ampliamente y con alevosía y
ventaja, a la brutalidad e inoperatividad de los operadores estatales
anticorrupción y anti-delincuenciales. La inseguridad ciudadana no va a
terminar, si seguimos secuestrados, por esa brutalidad legal y estatal, que no
nos protege, sino todo lo contrario.
El jurista, fiscal y
juez, siguen huachafamente engolados y acartonados, con sus títulos, maestrías
y doctorados en y de derecho penal y demás, cuando ese derecho penal liberal ya
no sirve para nada, está desfasado y el delincuente lo conoce más y mejor, que
el mismo abogado, juez y fiscal mencionado. Y lo que se ha verificado ahora, es
que la partidocracia mafiosa, con sus universidades-lavandería hace rato que ya
colocaron y promovieron hasta lo más alto, a sus ‘graduados’, tanto en el PJ,
como en el MP y otras instancias estatales.
Ese derecho penal
liberal no sirve absolutamente, lo repito y lo vuelvo a repetir. Es más, cuando
expuse mi examen para optar el grado profesional de abogado, en mi amada alma
mater la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, expliqué detallada y
técnicamente ante mi jurado, advirtiendo que el código penal vigente en 1989
era “la biblia del delincuente”, porque los supuestos ‘juristas’ o ‘lumina
juris’ habían confeccionado un novísimo código penal peruano, tomando en
consideración los últimos avances en materia de derecho penal aparecidos en
otros países y realidades, pero todo ello, era inoperante en nuestro medio, a
mi modesto criterio; siendo estudiante de derecho entonces, advertí, minutos
antes de ser abogado, que ese código penal es ‘la biblia del delincuente’
porque con ese código penal peruano el delincuente se veía y se sentía
protegido por la ley, para delinquir con más impunidad y fuerza y vigor. Y así
fue exactamente tal como lo advertí, en mi examen de grado antes mencionado.
Nuestros Estados de hoy,
están a punto de colapsar y devenir en Estados Fallidos, debido a que tienen
instituciones podridas por dentro; carcomidas por el narcotráfico, la
corrupción y la mediocridad. La inseguridad ciudadana es el reflejo de la
corrupción y complicidad del político mañoso y falaz y de sus partidos
sostenidos y mantenidos por los narcotraficantes. Lo dejo ahí.
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