Héctor Lavoe o el ícono de Fania. Fania el temible monstruo tirano,
despiadado y devorador engendrado por Massucci y Pacheco
El ‘único hombre que respira
debajo del agua’ nació en Ponce, en la popular barriada de Machuelitos, Puerto
Rico, vio la luz del mundo un 30 de setiembre de 1946, y su llegada a este
valle de lágrimas engrosó a una numerosa familia de ocho vástagos. Su madre
doña Francisca ‘Panchita’ Martínez fue cultora de la música popular boricua,
cantaba destacablemente. Su padre don Luis Pérez era músico profesional tocando
guitarra con tríos musicales. Héctor Pérez Martínez vivió rodeado de música
popular siempre. Su abuelo don Juan Martínez era cantante de controversias
guajiras o jibaritas, o sea era recitador o declamador campesino. Su tío, era también
músico, que ejecutaba el tres. A sus escasos tres años de nacido, el jibarito
de Ponce, se quedó huérfano de madre, su progenitora murió de tuberculosis,
doña ‘Panchita’ se fue a cantar bombas y plenas con Pedro Flores y Bobby Capó.
El inquieto Héctor imitaba a
varios artistas del momento, y por ahí empieza a soltar sus primeros impulsos y
arremetidas artísticas de amateurs, de niño destacó al imitar al cantante
jibarito Chuito el de Bayamón, y tuvo mayor suerte después, imitando al gran
Odilio Gonzáles, y al legendario y denominado ‘El Jefe’, es decir el ‘inquieto
anacobero’ Daniel Santos, por lo tanto, ya estamos a inicios de los años 50’.
Su padre, apostó por su formación
musical académica, al percibir su vena artística a flor de piel, y por eso lo
matricula en la Escuela de Música ‘Juan Morel Campos’, ahí Héctor tiene como
compañeros de carpeta a los niños Papo Lucca, y a José Febles. Papo Lucca tenía
su destino musical asegurado de hecho, con la orquesta que su padre don Quique,
manejaba de antiguo en Ponce, y la guía y el ojo y la mano del padre fue
suficiente para que Papo llegara a donde ha llegado. El caso de José Febles, es
el expediente del inteligente músico de vena, pero que como muchos, se entregó
al maldito vicio de las drogas y llegó a extremos nauseabundos de perdición,
pero luego pudo recuperarse, y demostrar su gran valía musical como trompetista
y arreglista, conforme ahora está registrado, y que en otro momento
desarrollaré en específico.
Corría el año 1956 y, Héctor iba más
por obligación, a sus clases en la escuela de música, que por convicción, y de
sus lecciones de saxofón y trombón, se escapaba para irse a ‘chivatear’ al rio
Portugués con la muchachada de su entorno. Don Luis Pérez, se veía obligado a
propinarle severas cuerizas al enterarse que su niño Héctor, le mentía y no
ponía empeño y concentración en su formación académica musical.
Sin embargo, Héctor optaba
siempre por el atajo, y la criollada o viveza como le llamamos en Perú, en
materia de las rutas musicales, y para 1959, se le detecta colaborando con
grupos musicales ponceños, en ciertos establecimientos nocturnos, donde le
pagaban dieciocho dólares por noche.
Cuando contaba con escasos 17
años de edad, y para 1963 decide irse de Puerto Rico en contra de la voluntad de
su padre, y vuela hacia la gran manzana, siendo recibido por su hermana
Priscilla en el Bronx, siendo que Héctor comprueba la vida ruda y dura de la
calle en ‘El Barrio’ del alto Manhattan: la pobreza, la delincuencia, la
drogadicción, la miseria social en que vivían los latinos en New York.
Pero Héctor, persiste en vivir
vinculado a la música y al relajo, --no se preocupó de ir a las prestigiosas
escuelas de música en New York, como lo hicieron Tito Puente y otros grandes de
la Salsa--; fue su amigo Roberto García quien lo acerca a cierto grupo musical
desconocido, donde interpreta regularmente el bolero ‘Tus ojos’ en la prueba, y
lo aceptan bajo contrato en la gran manzana. Para 1964, consigue otro trabajo
con la orquesta ‘New Yorker’ de Rusell Cohen. Y en 1965 graba con este último
grupo el tema ‘Está de bala’ o ‘Mi china me botó’ donde la voz de Héctor Lavoe
es evidentemente nasal y pronunciadamente chillona (parecida voz tenía Ismael
Miranda, quien también sería usado por FANIA), y obviamente no se le percibe
ninguna formación académica vocal.
Precisamente esa vocalización
callejera, de mordiente herida y de tiple palomilla o bandolera, de voz
obviamente nasal y lastimera de Héctor Lavoe, será la que explotará después
Jerry Massucci y Johnny Pacheco con FANIA, para lograr seducir y captar y
amarrar comercialmente, a los segmentos sociales marginales de los suburbios y
barriadas que no tenía un ídolo o un ícono a quien aferrarse, recordemos que
los años 60’ y 70’ fueron años muy agitados y de cambios en los EE.UU., sobre
todo por el bloqueo contra Cuba, que cambia radicalmente los ejes culturales,
políticos, sociales y musicales en la gran manzana, donde que, los primeros que
se imponen, son las mafias, que viran y empiezan a tomar, repartirse y lotizar
los espacios de mercados y negocios que se abandonaron tras el bloqueo contra
cubita la bella, --recordemos que las grandes disqueras establecidas en Cuba
como sucursales de las centrales en los EE.UU., fueron cerradas, y eso dejó
todo un hueco y vacío del principal insumo musical del que se alimentaban los
negocios millonarios en New York, por lo tanto, se dejó un gran mercado y
espacio, que las mafias inmediatamente tomaron y aprovecharon--; los
enfrentamientos sociales fueron salvajes y sangrientos, el racismo llegó a
niveles insoportables de asesinatos y de masacre; habían asesinado al gran
líder mundial y presidente católico de los EE.UU., don John Fitzgerald Kennedy,
luego corre la misma suerte su hermano en plena campaña electoral presidencial;
asesinan al líder negro Martin Luther King Jr., el abanderado de los derechos
ciudadanos y sociales; aparecen como reacción, pandillas y sectas negras
violentas, como ‘Los Panteras Negras’, los ‘Black Power’, etc., y sus líderes
como Malcolm X, etc.,; el rock insurge con fuerza; la píldora y la liberación
femenina; Woodstock y el hipismo y la drogadicción; la guerra de Vietnam, etc.,
y por cierto, las mafias italianas, latinas, irlandesas, judías empiezan a
lotizar sus nuevos negocios, en todo ese ambiente de agitación, confusión,
convulsión, cambio y anarquía, se necesitaban nuevos referentes, y precisamente
el judío Jerry Massucci entiende bien, que tiene que ganar dinero y mucho, en
el espacio que la mafia judía había lotizado: las disqueras, los salones de
baile, los burdeles, la droga, los garitos, el contrabando, los sindicatos.
Hector Lavoe fue utilizado y fue
vendido, por la disquera FANIA, como el ícono de esas masas aplastadas,
abandonadas, perseguidas, ultrajadas, asesinadas y masacradas por el sistema
racista y discriminador en los EE.UU., y Héctor Lavoe encajaba muy bien en ese
contexto, era latino, para empezar, su hablar era de jibarito o de provinciano,
su personalidad era la de un tipo relajado y palomilla de barrio, su voz era
nasal y chillona como la de un inmigrante desempleado llorón y quejoso, y sus
letras eran precisamente dirigidas a ese segmento, fue un posicionamiento
perfecto y comercial primordialmente, para las masas pobres, marginadas y
emergentes que necesitan un héroe, un santo, un ídolo y referente. De ser un
cantante de quinta fila, de ser un músico frustrado, de ser un obscuro latino,
pasó a ser un héroe musical gracias a la mafia FANIA, que se encargó de
venderlo como el SUPERSTAR, que la gente pobre, aplastada y marginal
necesitaba.
Héctor Lavoe como cantante no
tenía ni para empezar, al lado de Chivirico Dávila, Machito, Julián Llanos,
Johnny Colón, Tito Rodríguez, etc., y otros monstruos que estaban ya en el
firmamento musical de la gran manzana. Héctor Lavoe nació con suerte artística,
el resto lo hizo su carisma y la publicidad monopólica agresiva y mafiosa de
FANIA.
Y para que confirmemos, lo
afirmado líneas arriba, recordemos pues, que para ese año de 1965, Hector
Lavoe, ante la falta de trabajo y de éxito, apoya o colabora o se arrima a su
paisano Eugenio ‘Kako’ Bastard, pero haciendo coros, y solamente cantaba un
tema, eso lo ratificó su amigo de infancia Papo Lucca en sendos documentos que
giran en las redes sociales, ‘Kako’ tenía en su gran orquesta, a dos grandes del
canto y del soneo y del bolero: Julián Llanos y Chivirico Dávila, los mismos
que eran estrellas en su momento, mientras Héctor Lavoe era un simple y
silvestre ‘greenhorn’ o novato, periférico y saltaperico.
Cuando el desconocido Willie
Colon, estaba buscando un cantante para su reciente e ignota banda de barrio,
pues Johnny Pacheco le comunicó que Hector Lavoe estaba errabundo y buscando
donde poder cantar. La disquera FANIA ya estaba creada y Pacheco estaba
ocupadísimo en vender sus propios discos, donde quiera que fuere, el mismo
zorro plateado cuenta que en su auto cargaba sus LPs, para llevarlos a vender
doquiera que fuese, como si de empanadas o de chupetes se tratase.
Mientras tanto, el socio de
Johnny Pacheco, el judío abogado Jerry Massucci, que no sabía nada de nada de
música, solamente estaba dedicado a pensar, crear y concretar las estrategias
de cómo ganar dinero abundante y rápido, pisando la cabeza de quien sea, y cómo
sea, y al precio que sea. Esa fue la “alta filosofía” FANIA, que se aplicó en
adelante, de manera impía, inclemente, irreverente y malevamente. Y lo más
importante y la clave central de todo: se iban a enriquecer multimillonariamente
pero SIN PAGAR UN CENTAVO DE REGALÍAS A NADIE, o sea, era un negocio redondo
para las mafias. Mientras en Cuba, los genios creadores de los géneros
musicales que serían explotados en los EE.UU., pasaban hambre, miseria, y
encierro o secuestro, pues, la mafia se enriquecía a manos llenas sin pagarles
un centavo por los derechos de autor, y encima: FIDEL CASTRO SOSPECHOSAMENTE
ELIMINA EL COPYRIGHTS, como si la mafia hubiese negociado directamente con él.
Jerry Masucci y Johnny Pacheco
astutamente, encuentran al héroe de la historia que necesitaban, para crear el mito
y levantar su disquera y hacer millones: Héctor Lavoe, quien en ese contexto, y
en ese punto de quiebre, representa el drama de un hombre con suerte artística,
pero que en lo personal sufrió muchas desgracias de todo orden y tipo. Héctor
Lavoe, en verdad de verdades, fue el rostro amable y la presencia carismática
artística, que escondía tras sí y con su careta, al terrible monstruo tirano,
despiadado, temible y devorador llamado FANIA, obviamente que la relajada y
dúctil personalidad de Héctor Lavoe encajaba perfectamente en la
filosofía-FANIA como es muy fácil deducir y colegir, y como ya hemos adelantado
líneas arriba. Y vamos a desarrollar el presente extremo.
Precisión:
Como petición de principio, tengo
que nuevamente establecer, que para nosotros SALSA es: Música cubana matriz
universal y sus derivados. Cuba es la única en el mundo, que ha creado los
insumos musicales universales y matrices, con los cuales se hace ‘SALSA’, vale
decir: Solamente Cuba, es la ÚNICA creadora, repito, de los siguientes GÉNEROS
MUSICALES (y además, de magistrales formatos orquestales): son montuno, cha cha
chá, mozambique, bolero, la rumba, el guaguancó, el mambo, la guaracha, etc.,
que son géneros musicales que alimentaron y alimentan hasta hoy, a lo que mal
se denomina como ‘SALSA’, los derivados y combinaciones (jazz, soul, blues,
etc.) se dieron mayormente en New York con el aporte nuyoricans, como ya está
probado, las derivaciones con el shing-a-ling, boogaloo, etc., etc. Y que quede
bien claro: LA SALSA NO ES GÉNERO MUSICAL, y como el mismo Johnny Pacheco ha
declarado y está bien documentado, la SALSA solamente es un nombre comercial o
etiqueta para vender los géneros musicales cubanos.
Continuamos entonces:
Como la disquera FANIA recién
había sido fundada, y empezaba a tejer sus redes, pues el judío Jerry Masucci
tenía que darle cabida y tribuna a los artistas no consagrados y que no
estuviesen fichados por las otras disqueras de la otra orilla o de la
competencia, y fue así y solo así, que la pésima, chirriante e inexperta banda
de barrio de Willie Colon, empieza a grabar con FANIA, y no fue, porque tenga
algún mérito o calidad musical de primer nivel, todo lo contrario.
La maleva estrategia mercantil del
calculador judío Jerry Masucci y su voraz disquera FANIA, fue empezar a
socavar, boicotear, cercar y aislar, a las grandes estrellas consagradas de la
SALSA elegante, señorial, profesional, y que venían cosechando éxitos desde los
años 40’, y sobre todo, bien posicionadas, y que por cierto y relievantemente,
se llevaban todo el dinero del rubro y mercado del baile y de la música
bailable de ritmos cubanos, y a manos llenas, y por todo lo alto; FANIA
entonces, tenía al frente y en la otra orilla, a dioses y semidioses de la
música salsa, habían Zéus, Júpiter y Neptunos de la salsa, había un olimpo
inalcanzable de grandes estrellas y maestros de maestros de la salsa: la
maquiavélica y perversa labor de Jerry Massucci y su disquera FANIA fue
invisibilizarlos, aislarlos, acallarlos, someterlos, ningunearlos, ahogarlos,
aburrirlos, a esos dioses y semidioses de la salsa antedichos, y hacerlo
impíamente, sin clemencia, sin respeto, sin claudicaciones, los motivaba, la
ambición desmedida, la avaricia, la angurria de dinero abundante y fácil y al
precio que sea y como sea.
Tomen nota de los bravos de
bravos, y de los grandes de grandes que estaban en vigencia y al frente de
FANIA: Charlie Palmieri y sus amigos músicos de primer nivel, es decir, las
‘Estrellas Alegre’, quienes era competencia directa y frontal de Johnny Pacheco
en ese momento, por lo tanto, todo el sello o disquera ALEGRE ya estaban
señalados como enemigos jurados de FANIA y tenían que ser llevados a la
desgracia: Charlie Palmieri, Dioris Valladares, Joe Quijano, Chivirico Dávila, Orlando
Marín, Chombo Silva, Kako Bastard, etc., por otro lado, tenían al frente a los
dioses: Machito, Graciela (Graciela rechazó firmar con FANIA y expresó que
Jerry Massucci era un abogado bandolero o mejor dicho que era un gangster), y
Mario Bauzá como los pioneros y padres del Latin Jazz y todos sus amigos
músicos; por otro lado estaba el rey del timbal Tito Puente (Tito Puente fue
acercado a FANIA porque compraron la disquera donde grababa), también Yayo el
indio, Joey Pastrana, Pete Rodríguez, Johnny Colón, los hermanos Lebrón, Joe
Cuba Sextet, The New Swing Sextet, y muchos, muchos más, que eran potencias
musicales. A todos ellos los tenía que aplastar FANIA, no tenían otra, el judío
Jerry Massucci quería el dinero que esos dioses y semidioses de la salsa, se
llevaban a manos llenas todas las semanas, así de simple y de sencillo.
FANIA era nada de nada, en
holocausto de la verdad y la historia, y la única manera de surgir y ganar
dinero, era aplastando, amedrentando, y ninguneando, y acallando e
invisibilizando, a esos monstruos de la salsa, previos a FANIA, y a la vez
imponiendo a nuevos rostros (no tanto voces, por eso hicieron película al
estilo Holliwood), aunque no tengan formación académica musical o experiencia:
¿Cómo lo hicieron?.
Por su lado JOHNNY PACHECO y su
sello FANIA dio inicio a su agresiva MATANCERIZACIÓN de la salsa faniática,
metiendo a embutir el ‘tumbao añejo’ y el ‘nuevo tumbao añejo’ y por años de
años y sin solución de continuidad, hasta que el público llegó a la naúsea y el
hartazgo. Perjudicando gravemente con ello el desarrollo, crecimiento y salud
de la salsa universal.
De otro lado, el sello FANIA
ahogó paralelamente toda expresión nueva, mató toda flor en mata, cortó toda
espiga buena, acalló todo trinar de pájaro lindo, monopolizó todo cantar,
sonear, pensar, crear musicalmente; todo era dominado o sometido por FANIA, --(Bobby
Cruz cuenta como los amenazaron de muerte en New York, y tuvieron que huir
despavoridos a Puerto Rico, cuando recién empezaban a sonar fuerte con Richie
Ray, fue la mafia judía de un sello que luego fue comprado por FANIA, o sea, ya
había una campaña delincuencial mafiosa judía que había lotizado para sí los
sellos disqueros, aprovechando el bloqueo a Cuba y el cierre de las grandes
disqueras, tanto en Cuba como en EE.UU., como lo explicamos líneas arriba,
también el gran cantante cubano Justo Betancourt fue amenazado de muerte,
cuando empezó a sonar muy bien con “Borincuba” en Puerto Rico; Rudy Calzado, el
gran cantante cubano, fue expulsado de New York y se fue huyendo a California,
como muchos otros músicos y cantantes, temerosos de sucumbir o morir en las
garras y colmillos de la temible bestia de FANIA)—.
Ahora está más que probado, que
FANIA tenía matones y delincuentes a su servicio, que FANIA compró radios,
disqueras, locutores, periodistas, etc., y todo lo que se pueda imaginar lo
copó FANIA con la finalidad de que solamente se escuchen a sus artistas y nada
más que a sus artistas, y no solamente en New York o Puerto Rico, y su
estrategia fue tan fuerte y sistemática y por años, que hasta el día de hoy
muchas personas de distintas edades creen erradamente que FANIA es la creadora
de la SALSA y que la SALSA nació con ellos y que las ESTRELLAS FANIA son las
mejores y únicas del mundo, y esto no es así, porque dentro de las ‘estrellas’
FANIA habían muchos mediocres, pero que a punta de publicidad monopólica y
engañosa y con trucos de sonido, se convirtieron en ‘estrellas’ FANIA, ese
punto lo desarrollaré en otro trabajo y momento.
Es en ese contexto arriba explicado,
y solamente en ese contexto, que se puede explicar las fotografías desafiantes
y fuera de toda elegancia, responsabilidad y respeto del desconocido pero
ambicioso Willie Colon en sus primeros LPs, donde aparece abierta y
explícitamente vestido como gangster o mafioso o delincuente, y es que FANIA se
preocupó en mandar un mensaje claro y directo a los demás, o a sus competidores
directos, de que ellos eran gangsters o mafiosos de verdad, y que no se podía
jugar con su argolla o compañía. Willie Colon y Hector Lavoe encarnaron la
‘filosofía-FANIA’ con su vestimenta y con su estilo, de ‘malote’ o de
‘Hustlers’ o de delincuentes o mafiosos temibles y peligrosos, y les dio
resultados, sobre todo porque en New York las mafias no son literatura o
novela, son carne, hueso, sangre, balas y muerte. Y no solamente fueron fotos y
portadas de álbumes, también fueron temas musicales explícitos sobre esa
tendencia maleva, gangsteril y amenazadora.
En esa lógica, y clara estrategia
mercantil material temible de FANIA, en 1966, los desconocidos pero muy
anéticamente hambrientos de fama: William Anthony Colon y Hector Lavoe graban
el LP ‘EL MALO’, --(hasta en el nombre fueron osadamente explícitos)--, donde
el dúo es apadrinado por toda la maquinaria y batería mafiosa FANIA.
Y si queda duda de lo que estamos
aquí desarrollando, preguntamos: ¿Porqué del obscuro anonimato, porqué sin
tener estudios académicos musicales de nada, porqué sin tener experiencia
musical, porqué sin tener cartel y pergamino musical, porqué sin ganarle a
nadie en el amplio campo de los titanes de la salsa, --previos a FANIA--,
porqué, tanto Willie Colón como Hector Lavoe fueron ascendidos en un santiamén,
de simples y obscuros palomillas de barrio a ESTRELLAS-FANIA?. O, ¿Es que Ud.,
amable lector, podría afirmar con seriedad, responsabilidad y honestidad que
Willie Colón y Hector Lavoe eran superiores musicalmente hablando con respecto
a Charlie Palmieri, Dioris Valladares, Joe Quijano, Yayo el Indio, Chivirico
Dávila, Orlando Marín, Chombo Silva, Kako Bastard, etc., o, de repente eran
superiores a Machito, Graciela y Mario Bauzá como pioneros y padres del Latin
Jazz; o de repente eran superiores al rey del timbal Tito Puente, o, superiores
a Joey Pastrana, Pete Rodríguez, Johnny Colón, los hermanos Lebrón, Joe Cuba
Sextet, The New Swing Sextet, y muchos, muchos más, que eran eminencias
musicales en ese momento como ya está más que probado?.
Y si de repente, el primer LP de
los irreverentes Willie Colon y Hector Lavoe, -acotado líneas arriba-, fue una
simple o mera casualidad, pues, nos remitimos al segundo LP, del año 1968,
titulado ‘The Hustler’ donde el nombre expreso, reza e implica, directa y
explícitamente, el concepto de contrabandista, mafioso, delincuente, y la foto
de la portada te lo dice osadamente, o sea, queda muy claro, y en forma
ostensible, palmaria y directamente, la retorcida política de FANIA
acostumbrada a imponer SUS estilos musicales y SU formato mercantil musical,
pues es evidente que a los palomillas de barrio, Willie Colón y Hector Lavoe,
--quienes querían figurar a como dé lugar--, los manejaron y moldearon a su
antojo, por parte de la disquera FANIA en mención, que les abriría camino en el
difícil mundo musical neoyorkino, y sobre todo, que les haría ganar dinero al
costo que sea.
Y si de repente, el segundo LP de
los nóveles Willie Colon y Hector Lavoe, -acotado líneas arriba-, fue una
simple o mera casualidad también, pues, nos remitimos al tercer LP, del año
1969, titulado ‘Guisando’ donde el nombre expreso, reza e implica, directa y
explícitamente, el concepto de vago, timador y delincuente, y la portada te lo
dice también osadamente; de igual factura y firme estrategia fue el cuarto y
quinto álbum, donde que el LP ‘The Big Break’ con carátula portando la boleta
de captura del FBI, fue incautado por la autoridad policial en términos reales;
de igual factura e intención estratégica fue el sexto álbum ‘El Juicio’ y el
último del dúo Colón-Lavoe ‘Lo mato si no compra este LP’. Luego la historia es
conocida, el irresponsable Hector Lavoe no supo asimilar una fama súbita que no
merecía, y entró al mundo de las drogas
inducido por Ismael Miranda, y destrozó su vida para siempre.
Héctor Lavoe o el drama de un
hombre con suerte artística, y quien fuera el rostro amable y la presencia
carismática, que escondía tras sí, al terrible monstruo tirano, despiadado,
temible y devorador llamado FANIA, lo dejo ahí.
Lima, 16 de mayo del 2015
Jaime Del Castillo Jaramillo
Abogado egresado de la U.N.M.S.M.
con más de 25 años de ejercicio profesional y cuenta con estudio jurídico
abierto; politólogo con más de 20 años de ejercicio profesional; periodista,
fundador y director del programa radial y televisivo ‘Yo, Sí Opino’ (censurado
en TV y cerrado cinco veces en radio); Maestría en Ciencia Política con la
tesis “Pensamiento Político peruano insuficiente y epidérmico causa de nuestro
subdesarrollo político”; Post Grado internacional en Ciencia Política otorgado
por la UCES – Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos
Aires-Argentina graduado con la tesis: “Crisis terminal de los Partidos
Políticos en el Perú”; catedrático universitario de ‘Historia del Pensamiento
Político”, “Filosofía Política”, “Metodología de la investigación en Ciencia
Política”, “Realidad Nacional”; “Análisis Político”, “Ciencia Política”, etc.;
blogger, comunicador social, articulista y conferencista.
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