Las Revoluciones Chinas y la brutal dictadura Maoísta.
Lecciones sobre el cerebro político y el fusil en las revoluciones triunfantes,
para la Ciencia Política
El fin de la IGM trajo la impactante y popular Revolución rusa y luego y casi
inmediatamente sobrevino el ‘Octubre
Rojo’ que instauró la brutal y sangrienta dictadura de Lenín secundado por sus conmilitones los bolcheviques comunistas en la inmensa Rusia continental, pues,
en forma similar, el fin de la Segunda
Guerra Mundial trajo el triunfo definitivo de los comunistas en el otro
inmenso continente, tal como es la Revolución
en China.
Pero la Revolución China no se hizo en un solo
acto, fue todo un largo proceso, y sus grandes líneas históricas más
importantes, y para el presente propósito serían las siguientes:
1)
Primera Revolución China de 1911. Cuando
las fuerzas revolucionarias convergieron y se derrocó al tradicional y arcaico Imperio
milenario, y se estableció por primera vez la República en 1912. Esta gesta también
fue conocida como Revolución china de
1911 o la Revolución de Xinhai.
2)
Reacción Parlamentarista China de 1913.
Donde el Parlamento ya constituido, y los rebeldes partidarios del
parlamentarismo, atentaron contra el gobierno autoritario de Yuan Shikai, fracasando en su rebelión.
3)
Segunda Revolución china o la Gran Guerra civil de 1927 a 1950. Aquí
tenemos el anárquico y sangriento período de lucha y guerra entre las fuerzas
nacionalistas del Partido Nacionalista
o Kuomintang de Chiang Kai-shek, contra el Partido
Comunista quienes se enfrentaron hasta la victoria final en contra el
gobierno nacionalista.
Veamos pues, en
este orden las revoluciones chinas y
la Gran Revolución China Maoista:
1)
Primera Revolución China de 1911, o
también conocida como la Revolución de
Xinhai
Para el siglo
XIX China estaba aislada y gobernada por Emperadores en decadencia, con
economía arcaica y con una inmensa masa de campesinos pobres y explotados
miserablemente por las potencias extranjeras enclavadas en China y que se
beneficiaban con la mano de obra abundante y barata de los humildes y sufridos
campesinos pobres, asimismo, esta masa inmensa de campesinos famélicos eran
explotados por los propios oligarcas chinos y por sus corrompidos funcionarios
estatales.
La Primera Revolución china o Revolución de Xinhai, es la rebelión
contra la última dinastía Imperial manchú de los Qing, y la inmediata constitución de la primera República de China.
Recordemos que la monarquía Imperial era de estructura feudal en lo económico,
político, militar y económico, y tenía una antigüedad de al menos 4000 años,
antes que la Revolución instaurase
la primera República con
aspiraciones democráticas.
La Revolución se expresó con la inicial
batalla del 10 de octubre de 1911, y culminó el proceso revolucionario con la
abdicación del Emperador Puyi el 12
de febrero de 1912. Esta primera revolución china, también conocida como la Revolución Xinhai, se llama así, porque
dicha palabra significa "cuarenta y
ocho", que es el nombre del año 1911, según el calendario agrícola
chino tradicional.
Como lo
adelantamos, para 1911 estalló la revolución popular y el decadente Imperio
Chino cayó y se proclamó la República. República que tuvo corta duración, ya
que el nuevo gobierno no pudo controlar la situación ni mucho menos solucionó
los urgentes problemas reclamados y la crisis política se agravó.
El milenario
Imperio Chino no sólo cayó, sino que peligrosamente se fragmentó y en diez años
sufrieron anarquía, anomia y caos, con los ‘Señores
de la guerra’, los mismos que eran militares de mentalidad arcaica que se
declararon independientes en sus propios feudos e inclusive entre ellos desarrollaron
intestinas luchas unos contra otros, es ahí, en medio de esa vorágine de caos,
inestabilidad, guerra y abusos, donde fermenta el cultivo de la Revolución, y luego, China post revolucionaria
cambiará irreversiblemente, después del pillaje, la ruina, la guerra y la
anarquía.
En 1919, aparece
un movimiento conformado por estudiantes e intelectuales, miembros de la clase
media que buscaban regenerar y reformar profundamente a China, este movimiento
renovador y revolucionario se expande a las más importantes y grandes ciudades,
realmente los revolucionarios nacionalistas buscaban occidentalizar rápidamente
a China, ya que consideraban que la organización política tradicional había
traído desgracia y pérdida de la dignidad nacional.
Esta primera
revolución china entonces, se enmarca entre el 10 de octubre de 1911, hasta el
1 de enero de 1912, y su causa directa fue el levantamiento armado de Wuchang, teniendo como resultado la
derrota de la Dinastía Qing y el
establecimiento de la primera República de China.
Recordemos que
la famosa Guerra del Opio (1839 – 1842)
demostró que el arcaico y tradicional Imperio Chino no era tan fuerte y que
fácilmente se podía vulnerar. Y esta experiencia histórica la van a leer y
asumir hasta sus últimas consecuencias los revolucionarios venideros.
Normalmente, se
cree que la Primera Guerra del Opio es
el punto de partida de la historia moderna de China, ya que en ese tiempo nace
un movimiento de intelectuales y oficiales militares chinos nacionalistas que
pensaban hacer cambios profundos, para
impulsar el desarrollo sostenible, por ejemplo, el Movimiento Ziqiang que desde 1860 hasta 1890 tuvo actividad
comprometida y estaba empeñado en estudiar la ciencia y los modos de producción
de occidente para asimilarlo en su continente y así poder promover la industrialización
y el comercio y transformar a la China feudal de su evo.
Es importante
destacar y anotar en forma precisa que, la actividad de los militares chinos comprometidos con el
progreso y bienestar de su patria fue muy notable, decidida y valiente, a
diferencia de otros países y en diferentes etapas históricas, donde los
militares vegetan por décadas y solamente piensan en recibir gollerías,
alabanzas, favores y jugosas pensiones a su retiro, sin interesarles el
bienestar y progreso de sus países; pues en China fue todo lo contrario, y no se hubiese caminado hacia el progreso firme
y sostenido que ahora podemos percibir y conocer del gigante asiático, sin el
apoyo, compromiso y respaldo decidido, firme, consecuente y valiente de los
militares chinos progresistas, y por cierto de su pueblo, que no dudó un
instante en tomar las armas para cambiar la situación económica y política de
su país al costo de sus vidas; ya está establecido que murieron millones de
chinos combatiendo, y las tropas de ambos lados eran de decenas de miles y de
centenas de miles.
También, se no
puede dejar de relievar los esfuerzos de algunos sectores progresistas de la
misma dinastía manchú Qing, que quería reformarse y reformar a China, pero su
grave derrota en la Primera Guerra
Sino-Japonesa truncó sus planes.
Recordemos que
luego de 1895, las élites nacionalistas exigieron acelerar reformas de gran
envergadura, y algunas de ellas, querían imitar los cambios verificados en
Japón y Rusia con respecto a la transformación en los sistemas de trabajo
administrativo y social bajo éstos regímenes imperiales. La reforma, llamada de
los Cien
Días, --por su corta duración--, tenía el apoyo del Emperador Guangxu y se inició en 1898. Ciento
tres días después, la reforma fue paralizada, porque los conservadores
monárquicos efectuaron un golpe de estado, para proteger sus intereses y
mantener a la China feudal intacta. Los reformistas fueron exiliados, pero los
que quedaron, pugnaban por tener una Monarquía Constitucional similar a la
del Reino Unido, con la familia imperial regentando en el sistema político,
pero orientado al gobierno democrático.
Después del
golpe de la Rebelión de los Bóxers,
y de la Alianza de las Ocho Naciones,
el gobierno manchú Qing, ahora liderado por la Emperatriz viuda Cixi, reinició las reformas de los
Cien Días. Entre los cambios, destaca la abolición de la Examinación imperial
el 2 de septiembre de 1905. Asimismo, hay que destacar que el gobierno comenzó
a construir colegios hasta aproximadamente 60.000 hasta el momento que estalla
la Primera Revolución o Revolución
Xinhai.
El 1 de
septiembre de 1906 el gobierno Qing bajo presión, anunció senda campaña
constitucionalista, y por cierto, los constitucionalistas en cada provincia
presionaron al gobierno para que forme gabinete. En mayo de 1911, la monarquía
manchú presenta al primer ministro del recién formado gabinete y se le anuncia
como Príncipe Qing, y como quiera que 9 de los 13 miembros del gabinete eran de
la dinastía gobernante Manchú, y los otros 7 eran de la familia imperial y
ninguno extraído del pueblo, pues se decepcionaron los constitucionalistas de
las diversas provincias y pasaron a apoyar a la revolución para transformar
China.
Recordemos
también que, después de 1890, apareció una sostenida y agresiva campaña contra
los Manchúes y los libros escritos
por la enemiga dinastía Ming
sirvieron de pretexto para los revolucionarios; el más destacado revolucionario
Sun Yat-sen, exigía reformas
políticas y económicas, y por cierto, la mayoría de los revolucionarios
pregonaban el "rechazo Manchú"
al unísono. Cuando cayó la dinastía manchú Qing, el lema de la revolución
cambió también radicalmente, ya que luego se agitaba la "armonía entre todas las razas" buscando lograr
estabilidad y consenso, luego de la revolución.
Asimismo, es
importante denotar que en esa coyuntura se fundan los partidos políticos Kuo Min Tang o Partido Nacionalista Chino
fundado por Sun Yat Sen, y, el Kun Chang Tang o el Partido Comunista chino-PCCh,
fundado por Li Ta Chao y Chou En Lay.
Es importante
destacar que el revolucionario Sun
Yat-sen ejerció influencia revolucionaria sobre los ejércitos monárquicos
apostados en la ciudad de Wuchang,
siendo que dicha ciudad a principios del siglo XX, era una de las tres ciudades
más importantes de la provincia de Hubei,
y sobre todo la ciudad de Wuchang (las
otras dos eran Hanyang y Hankou) adquirió importancia
estratégica-militar porque ahí se producían las armas con que la dinastía Qing
estaba equipando a su nuevo ejército, y precisamente estos ejércitos
monárquicos fueron los que apoyaron en su momento a la Primera Revolución.
La revolución
antimonárquica o primera revolución
china, se preparaba muy silenciosamente entre las filas del ejército de
Wuchang, y se descubren los preparativos revolucionarios muy ocasionalmente por
la policía, cuando estalla fortuitamente una bomba en la ciudad de Hankou (muy cerca de Wuchang) el 9 de
octubre de 1911, de no haber sido así, el estallido revolucionario se hubiese
realizado en otra fecha muy posterior. Lo que la policía descubrió, obligó
inmediatamente a los militares antimonárquicos del Octavo Batallón de
Ingenieros, a tomar las armas y sublevarse, derrocando definitivamente a los
representantes del Imperio que se encontraba en Wuchang, esta gesta se conoce
históricamente como “el levantamiento de
Wuchang” verificado el 10 de octubre de 1911, y aquí comienza la Primera Revolución, la misma que
desencadenó gran oleada de insurrecciones, levantamientos y de actos de
rebeldía en contra de la corte imperial manchú Qing de Pekín.
El 11 de octubre
entonces, cayó en poder de los revolucionarios la ciudad de Hanyang y al día siguiente cayó Hankou, en suma, cayó la triple ciudad
dividida por los ríos Yangtsé y Han, y por cierto un vital punto estratégico-militar-político
ubicado en el centro de China, en Wuchang.
Al momento de
estallar la Primera Revolución en
Wuchang, el líder nacionalista Sun
Yat-sen se encontraba en Estados Unidos, consiguiendo apoyo financiero para
la revolución y que logró rápidamente porque el Gobierno chino manchú, se había
ganado enemigos ya que en 1909 fueron asesinados muchos misioneros.
Otro factor que
ayudó eficientemente a la victoria de la Primera
Revolución, fue que el gobierno imperial se demoró mucho en reprimir el estallido
revolucionario, lo que dio más confianza a los insurrectos, a ese factor, se
sumó otro favorable, que los ejércitos provinciales vecinos se iban adicionando,
como fue el caso de los ejércitos de las provincias de Shaanxi y Hunan, que se
sublevaron y se sumaron a los revolucionarios de Wuchang el 22 de octubre, a
ello se agrega otro factor importante, que el pueblo apoyó a la revolución, con
los estudiantes y trabajadores de las ciudades.
Para afrontar
esta situación, más que crítica y angustiosa para la dinastía manchú, llamaron
a Yuan Shikai, quien ya había
ejercido cargo político ministerial en Beiyang, --y que le precedía la fama de
prestigioso militar que había estado en la Primera Guerra Sino-japonesa--, y le
dieron el comando del poderoso Ejército del Norte de Beiyang, para organizar la
ofensiva contra los rebeldes del sur. En ese contexto revolucionario, para el
30 de octubre tuvieron lugar otras sublevaciones, en Kunming, --provincia de Yunnan--,
ciudad que fue tomada, y se sumaron otras dos provincias a la revolución,
Shanxi y Jiangxi. Y por si fuera poco, el 1 de noviembre se constituyó el
gobierno militar de Yunnan, y, el 3 de noviembre la provincia de Jiangsu se sumó
también a la revolución, mientras que el 22 de noviembre lo hizo Sichuan y el
12 de diciembre Shandong.
El Ejército del
Norte de Beiyang se decidió a atacar la ciudad revolucionaria de Hankou y la
tomó. Pero el astuto militar Yuan Shikai
empezó a negociar secretamente con los revolucionarios, quienes seguían
avanzando, y los militares monárquicos terminaron por impacientarse y exigieron
a la corte imperial que aceptase las "doce
reclamaciones" revolucionarias,
que exigían la instauración del régimen parlamentario, y por cierto, la
reducción de poderes del Imperio con la figura de primer ministro. La corte
manchú, cercada, acosada, repudiada y con respaldo castrense mellado, no tuvo
otra salida que aceptar las condiciones impuestas, y el cazurro militar Yuan Shikai asumió el cargo de Primer Ministro por parte del Imperio
Qing.
La revolución
siguió creciendo en y con apoyo popular, tan es así que comenzando el mes de
diciembre, la importante ciudad de
Nankín fue sometida, en esos días Sun
Yat-sen volvía de su exilio, luego de su largo periplo por Estados Unidos y
Europa a fin de recaudar fondos para la revolución, como ya se adelantó. Los
revolucionarios, concentrados en Nankín proclamaron la República de China el 30
de diciembre de 1911, y eligieron a Sun
Yat-sen como el presidente provisional, y se señaló el 1° de enero de 1912
como día primero de la nueva era republicana china, comenzándose a utilizar el
calendario occidental.
La Primera Revolución entonces culminó el
12 de febrero de 1912, cuando el último emperador manchú de la dinastía Qing,
el niño Puyi, oficialmente abdicó
bajo la presión del sagaz militar Yuan
Shikai, el mismo que había negociado con los revolucionarios, forzar la
abdicación del emperador a cambio de ocupar el cargo de Presidente de la República, alta envestidura que detentaba Sun Yat-sen.
Para el mes de
marzo de 1912 se promulgó la constitución de carácter parlamentaria, con
elecciones tanto para el parlamento como para la presidencia de la República,
las primeras elecciones se realizarían dentro del plazo de diez meses. El líder
Sun Yat-sen, se presentaría en las
elecciones, con su partido político Guómíndǎng,
más conocido en occidente como "Kuomintang"
(KMT). Pasadas las elecciones el año 1913, el ladino Yuan Shikai se negó a dejar el poder, y por lo tanto se verificaron
guerras entre facciones del ejército leales a Yuan Shikai y al KMT. Finalmente
el KMT fue derrotado y Sun Yat-sen fue enviado al exilio, pero
el gobierno de Yuan se transformó en terrible tiranía, hasta que en 1915
cometió el grave error de restituir el carácter de "Imperial" a su patético gobierno, y para el 1° de enero
de 1916 se hizo ascender al trono como emperador en farsa grotesca, y tan solo
tres meses después, cediendo a las presiones populares y de importantes
sectores, abolió nuevamente la monarquía. Yuan
Shikai muere el 6 de junio abandonado por sus seguidores como era lógico de
suponer.
2)
Reacción Parlamentarista China de 1913
La Reacción Parlamentarista China de 1913, fue el alzamiento fracasado del verano de 1913
de los partidarios del gobierno parlamentario en contra del autoritarismo de Yuan Shikai.
Cuando el astuto
militar Yuan Shikai se hace del
poder como presidente de la nueva República de China a comienzos de 1912, --y con
una serie de artimañas y tretas--, pues su gobierno nunca tuvo mentalidad e
intenciones republicanas, muy al contrario buscó afianzarse en el poder
retrasando la convocatoria para las elecciones parlamentarias que estipulaba la
flamante constitución republicana.
Como quiera que
las disputas bélicas en el marco revolucionario, habían provocado fuertes
gastos, --además del dispendio monárquico consabido--, por lo tanto, la República
estaba en bancarrota, Yuan Shikai ya
en el poder, urdió como mantenerse sin ser perturbado, y echó mano de las
finanzas públicas, negociando abultado préstamo con el extranjero para poder
así someter al parlamento cualquiera que fuese su resultado y, efectivamente,
cuando las elecciones de 1913 arrojaron el resultado de su derrota, pues Yuan Shikai, --que ya había contraído
el préstamo internacional sin la aprobación del nuevo Parlamento, que recién se
reuniría el 7 de abril de 1913--, les demostró desafiantemente al Parlamento que
no necesitaba de ellos, y que los dineros públicos que había conseguido le permitirían
seguir controlando la política nacional, a pesar de la oposición electa tras los
comicios.
La protesta inútil
e infértil por parte del Parlamento no se hizo esperar. Vinieron los combates
entre las fuerzas gubernativas de Yuan
y los rebeldes que se le oponían en la provincia de Jiangxi que comenzaron el
10 de julio. La campaña fue corta pues los rebeldes del sur estaban mal armados
y carecían de dinero y de pertrechos de guerra adecuados, y se enfrentaron a
las potentes tropas del gobierno central que estaban bien pagadas y
avitualladas, y obviamente comandadas por un prestigioso y hábil militar como
era el mismo Yuan Shikai. Los
diversos focos rebeldes no estaban preparados, además, no estaban coordinados
estratégicamente, y fueron cayendo uno a uno derrotados.
La marina de
guerra, que simpatizaba inicialmente con los rebeldes, se mantuvo neutral en el
momento decisivo, porque astutamente fueron sobornados por el Gobierno de Yuan Shikai. Pasados los dos meses de
rebelión y sin dinero alguno para presentar oposición y guerra, los cabecillas
desaparecieron huyendo hacia el extranjero.
Era muy
previsible que Yuan Shikai
aprovechando su estentórea victoria sobre los rebeldes, procediese a disolver
del Parlamento, el mismo que había coordinado con los rebeldes obviamente, y que
se hallaba preparando otra Constitución que recortaría trascendentalmente su
poder.
Yuan Shikai desplegó toda
su astucia y sagacidad para mantenerse en el poder a como dé lugar, y para ello
soborna a parte del parlamento, y logra que se apruebe el procedimiento para la
elección de presidente y mediante el expediente del soborno y la intimidación
logró ser elegido para la más alta magistratura —ya que era Presidente pero provisional—,
evento oficial de alto rango que se verifica el 10 de octubre de 1913. Para el
4 de noviembre, emitió sendo decreto para desalojar a los diputados
nacionalistas KMT y los radicales, disolviendo de esa manera al Parlamento ya
que no alcanzaba ya el quórum para ser tal.
La imprevisión,
el romanticismo y la falta de recursos económicos, hizo fracasar a la rebelión
parlamentarista en contra el tirano Yuan
Shikai, el mismo que aprovechó ese fracaso para controlar el poder en China
hasta su farsa grotesca de proclamarse emperador a finales de 1915, acto que no
fue aceptado hasta por sus antiguos protegidos que controlaban las provincias.
Su muerte no llevó al restablecimiento del gobierno constitucional y
parlamentario, sino que aparecieron ‘los
señores de la guerra’ en multitud de regiones controladas por caudillos
militares, muchos de ellos antiguos partidarios de Yuan.
Recordemos
también que los revolucionarios huidos hasta 1916, aprovecharon el intento de
proclamarse emperador de Yuan para regresar al país y, tras el fracaso del restablecimiento
del Parlamento en Pekín, organizaron un errabundo Movimiento de Protección de
la Constitución con Sun Yatsen a la
cabeza.
3)
Segunda Revolución china o Gran Guerra civil de 1927 a 1950
A manera de
breve resumen de lo que evaluaremos aquí, diremos que, las mayores fuerzas
políticas existentes eran:
El Kuomintang que era nacionalista y
democrático, por un lado; y el Partido Comunista, por el otro lado.
Estos partidos
políticos entran en alianza para 1923, organizando ejército y conjuntamente
aniquilaron a los ‘señores de la guerra’,
logrando reunificar China y por cierto, establecieron un gobierno central.
Pero la unión
del Kuomintang y del Partido Comunista no podía durar mucho,
sus ideologías eran disímiles.
El Kuomintang seguía una ruta conservadora
favoreciendo a la oligarquía terrateniente.
Y el Partido
Comunista de Mao Zedong (1893-1976)
quería cambios profundos e intensos en lo social y en lo económico. Mao era un
líder carismático, era un revolucionario comunista que tenía la idea fija de
adaptar el marxismo-leninismo para China y por lo tanto estaba convencido que a
su país se le exigía mucho más que en otro lugar, una estrecha unión de la clase
obrera con los campesinos, e incluso con las distintas burguesías, a esa forma
de leer el marxismo-leninismo se le llamó ‘maoismo’.
Para 1946 se
rompe la alianza y entran a guerra abierta, y al parecer el Kuomintang podría
vencer porque el ejército dirigido por Jiang
Jieshi (Chiang Kai-chek 1876-1975) recibía apoyo norteamericano y era más
fuerte, pero no olvidemos que había corrupción dentro del ejército del
Kuomintang, además que Chiang controlaba las ciudades y los comunistas
controlaban casi todas las zonas rurales que rodeaban las ciudades, y la
estrategia comunista fue acosar y bloquear a las ciudades y luego tomarlas,
estrategia militar que a la larga les dio resultados, y es que el ejército rojo
de Mao trabajo estratégicamente y se ganó el apoyo de los campesinos o
agricultores porque conforme iban avanzando iban haciendo la reforma agraria.
En 1949 se acaba
la guerra civil venciendo el ejército rojo de Mao, y por lo tanto toda China
quedó al mando del gobierno central dictatorial maoísta, quien empezó sus actos
de gobierno enjuiciando sumariamente a los latifundistas y ejecutándolos.
La gran guerra
civil china entonces, se da desde abril de 1927 hasta mayo de 1950 con la
participación del Ejército de Liberación Nacional del Partido
Comunista (denominado Ejército Popular
de Liberación desde 1946) en contra del Ejército Nacional Revolucionario del Kuomintang, y se inicia como
se dijo, en 1927, después de la Expedición
del Norte, cuando la agrupación nacionalista del KMT, dirigida por Chiang Kai-shek, depuró a los
comunistas de la alianza formada entre el KMT y el PCCh, y culmina con el
izamiento de la bandera de la República Popular China y el exilio de los
nacionalistas a la isla de Taiwán.
La guerra civil
china acabó, como se dijo, en 1950 con la culminación no oficial de los enfrentamientos,
quedando finalmente bajo control comunista la China continental (incluida la
isla de Hainan), donde se instauró el nuevo régimen de la República Popular China, mientras los nacionalistas controlaban los
territorios insulares de Taiwán, Pescadores, y varias islas costeras de la
provincia de Fujian.
Recordemos que Sun Yat-sen, líder del Kuomintang (KMT), buscaba apoyo de
potencias extranjeras para doblegar a los señores de la guerra que controlaban
el norte de China, cuando cae la dinastía manchú Qing. Las potencias capitalistas
no quisieron prestarle ayuda, porque precisamente el régimen feudal era el que
ellos explotaban fácilmente con abundante mano de obra barata y gran cantidad
de comercio. En vista de esa negativa, para 1921 Sun Yat-sen acudió a la Unión Soviética emporio y líder del
comunismo mundial, y Moscú aplicó pragmatismo político, apoyando ambiguamente
tanto al KMT de Sun como al recién fundado Partido
Comunista de China (PCCh). Los soviéticos comunistas pródigos en apoyo y
recursos para sus aliados, solamente querían al gigante asiático alineado a sus
intereses y poco les interesaba cuál de los dos bandos venciese, obviamente que
entre el KMT y el PCCh se encendió la hoguera de la mezquindad, la división y
la ambición por tener el control total y absoluto y así gozar del apoyo,
favores y regalos abundantes de los rusos comunistas.
Para 1923, con la
declaración conjunta en Shanghái, de Sun
Yat-Sen y de Rusia comunista, se confirma la alianza internacional que
prestará ayuda para la unificación nacional de China. En esa lógica llegó a
China el agente de la Komintern Mijaíl
Borodin con varios asesores soviéticos y apoyaron la reorganización del KMT según las directivas del Partido
Comunista de la Unión Soviética.
Mientras tanto,
el PCCh había recibido instrucciones de la Komintern rusa de cooperar con el
KMT, siempre que los partidos mantuviesen sus identidades, y formaron así el
Primer Frente Unido entre los dos partidos. Y es que la realidad política del PCCh
era magra, era un grupúsculo en aquel contexto: solo tenían 300 miembros para
1922, y para 1925 solamente llegaron a 1.500 militantes, mientras que el KMT ya
tenía 150.000 miembros en 1922. Los números pesaban a favor del KMT, socio relativamente
directo de Rusia.
El KMT entonces,
con el aval del partido comunista ruso logró crear en Moscú la Universidad Sun Yat-sen donde se formarían los
cuadros políticos chinos bajo la escuela comunista rusa, además los soviéticos les
crearon sendo instituto político para la formación de propagandistas en
técnicas de movilización de masas; y para 1923 enviaron a Chiang Kai-shek a Moscú para capacitarlo en temas militares y
políticos durante varios meses.
Recordemos que Chiang Kai-shek era un estrecho colaborador de Sun Yat-sen desde los días de la Sociedad de la Alianza, el movimiento político precursor del KMT. Cuando regresó Chiang Kai-shek de Rusia terminando el año 1923, impulsó la creación de la Academia Militar de Whampoa en las afueras de Cantón, que era la ciudad sede del Gobierno durante la alianza KMT-PCCh. Y como no podía ser de otra manera, para 1924, Chiang Kai-shek dirige la academia militar y con ello despega su ascenso como sucesor de Sun Yat-sen y líder del KMT, y por cierto, se prefiguraba como el cuadro idóneo para la unificación de toda China bajo el gobierno nacionalista.
Sólo unos meses
después de la repentina muerte del líder Sun
Yat-sen, asume la conducción el inmediato líder del movimiento KMT Chiang Kai-shek, y en su calidad de
comandante en jefe del Ejército Nacional
Revolucionario dio inicio a la Expedición del Norte que había sido
postergada, había llegado la hora de los señores de la guerra y se buscaba la
unificación final de China bajo el mando del KMT.
Los señores de
la guerra tenían grandes ejércitos y poseían y dominaban grandes territorios,
pero eran muy inestables y tendían a hacer alianzas y guerras entre sí
caprichosamente, de tal manera que se debilitaban y no amenazaban conjuntamente
al gobierno del KMT, y de esa manera debilitaban el poder chino ante la
agresión nipona. Obviamente que era una necesidad someter a los señores de la
guerra para poder frenar en unidad nacional al expansionismo japonés.
Antes de atacar
a los señores de la guerra, Chiang
Kai-shek consideró importante consolidar su poder interno en primer lugar,
y empezó con su propio partido, ya que para 1926 el KMT estaba dividido en alas
de derecha e izquierda, mientras que los comunistas también crecían por su lado.
En marzo de 1926, a raíz de un intento de secuestro Chiang Kai-shek licenció a los consultores soviéticos, y neutralizó al PCCh en la dirección central, y tomó
el poder preeminente del KMT. La Unión Soviética aplicando pragmatismo político,
y evitando la ruptura entre Chiang y el PCCh, ordenó que los comunistas
facilitaran la Expedición del Norte.
La expedición contra los señores de la guerra finalmente fue iniciada por
Chiang en Cantón en julio de 1926 y duró hasta 1928, participaron más de
250.000 soldados nacionalistas.
Para comienzos
de 1927, los enfrentamientos entre el KMT y el PCCh se profundizaron y dio
lugar a la división en la alianza revolucionaria. El PCCh y los izquierdistas
del KMT trasladaron la sede del Gobierno nacionalista de Cantón a Wuhan.
Mientras tanto Chiang, --cuya conducción de la Expedición del Norte estaba
avanzando exitosamente--, se dispuso a
destruir el aparato del PCCh en Shanghái, para ello astutamente Chiang con la
ayuda de civiles de dudosa reputación, tomaron por sorpresa a los comunistas y
unionistas en Shanghai bajo el pretexto de que eran nocivos por
desestabilizadores y agitadores profesionales, los arrestaron y ejecutaron por
centenares, el 12 de abril de 1927.
Esta purga
ahondó y agudizó la separación entre Chiang y el nuevo gobierno de Wuhan de
Wang Jingwei (pelea que ganó Chiang
Kai-shek), motivo de ello Chiang fue expulsado del KMT pero inmediatamente
creó gobierno de cabecera rival en Nankín. En ese momento China contaba con
tres capitales políticas o de gobierno: el régimen de los señores de la guerra
reconocido internacionalmente y afincado en Pekín; los comunistas e
izquierdistas del KMT en Wuhan; y el régimen cívico-militar de los nacionalistas
en Nankín, que ganaría el sitial de capital de las fuerzas nacionalistas
durante la década siguiente.
Las instrucciones
de la Komintern rusa no daban pie con bola,
a pesar que ordenaron al PCCh promover alzamientos armados en las
ciudades y en el campo, siempre fracasaron en las ciudades como Nanchang,
Changsha, Shantou y Cantón, y los campesinos de la provincia de Hunan se
rebelaron en la gesta conocida como el Levantamiento
de la Cosecha de Otoño, dicha insurrección fue dirigida por Mao Zedong. Y por si fuera poco, a
mediados de 1927 el PCCh había sido expulsado de Wuhan por sus ex - aliados de
la izquierda del KMT, los mismos que en su momento fueron derrocados por el régimen militar.
El KMT reinició hostilidades contra los
señores de la guerra y así pudo capturar su sede principal Pekín (que fue rebautizada
como Beiping) ya era junio de 1928, y a partir del dominio de Pekín, la mayor
parte del este de China quedó bajo dominio de Chiang y ahora el Gobierno de
Nankín pasó a ser reconocido internacionalmente como el gobierno legítimo de
China. Con estos triunfos, los nacionalistas declararon que habían logrado la
primera fase de los tres puntos de la doctrina de Sun Yat-sen para la revolución, a saber, unificación militar,
tutela política y democracia constitucional, por lo tanto el KMT anunciaba que
se iniciaría la segunda fase.
Sin embargo el
KMT y su segunda fase, tuvo que frenarse hasta 1930, debido a la Guerra de las Grandes Planicies donde
con un poderoso ejército de 600.000 nacionalistas se pudo vencer a los señores
de la guerra, esta larga y cruenta guerra duró entre mayo y noviembre de ese
año y costó la vida de 300.000 combatientes. A resultas de ello, se sometió el
norte y centro de China y el control nacionalista se fortaleció, los restantes
señores de la guerra serían derrotados por la invasión japonesa de Manchuria al
año siguiente.
Como quiera que Chiang Kai-shek golpeó a los comunistas
y los sacó de las zonas urbanas, estos huyeron hacia la zona rural y
continuaron con sus actos de expansión de su ideología y de sus fuerzas, e
iniciaron la Revolución Agraria en
la clandestinidad, donde urdieron el alzamiento militar de Nanchang del 1° de
agosto de 1927, encabezada por He Long
y Zhou Enlai con apoyo de jefes
militares como Zhu De, Ye Ting y Liu Boncheng, a este 1° de agosto lo llamaron el comienzo de la lucha
armada de su partido y la fundación del Ejército
Rojo Chino.
Las fuerzas nacionalistas
de Chiang atacaron a los comunistas, no
los exterminaron, pero sí los dañaron seriamente, ya que en 1928, el minúsculo
Ejército Rojo abandonó las montañas Jinggang y se dirigieron al oeste estableciéndose
en las montañas vecinas de las provincias de Jiangxi y Fujian donde se
estableció gobierno provisional el 7 de noviembre de 1931 proclamándose la República Soviética de China con Mao Zedong como presidente.
Chiang Kai-shek se salvó
de otro golpe para sacarlo del poder, y reinició la persecución contra los
comunistas, y para ello atacó los focos de su actividad en Hubei, Shanxi,
Gansu, Henan, Anhui y Honghu, y nunca necesitó más de 100.000 soldados para tener
éxito en contra de los comunistas.
Pero cuando Chiang Kai-shek quiso arrasar con el soviet de Jiangxi, donde se hallaban
concentradas las principales fuerzas comunistas, lideradas por Mao Zedong y el
comandante en jefe del Ejército Rojo Zhu
De, pues simplemente fracasó, arremetió hasta por cinco veces, con muchas
bajas.
Para el mes de octubre
de 1934 los comunistas decidieron ejecutar su retirada con 86.000 hombres hacia
el oeste, escapando de los ejércitos del KMT que los perseguían. Esta retirada
o huida comunista, que terminó cuando llegaron con tan solo 8.000 hombres al
pueblo de Yan'an, --centro del Soviet de Bao'an en Shaanxi--, esta
retirada militar y política, se prolongó
durante un año y los extensos 6.000 kilómetros, siendo conocida universalmente
como la Larga Marcha. Precisamente
en esta jornada político-militar fue que Mao
Zedong se consolida como máximo líder comunista en la Reunión de Zunyi, que se realizó en un punto dentro de la Larga Marcha. Mientras
huían los comunistas, su Primer Ejército Rojo confiscó propiedades y armas de
los señores y terratenientes locales, reclutando a los campesinos y a la gente
pobre, ganando adeptos entre el pueblo.
Recordemos el
famoso poema de Mao, titulado ‘La larga Marcha’:
“Los obstáculos
de la Larga Marcha no
Arredran a los
soldados rojos
Diez mil mares,
mil montes
No es nada para
ellos.
Las sinuosas
montañas de Wu Lin,
Pequeñas olas
que fluctúan.
La impetuosa
corriente del Wu Mon,
Como un pequeño
charco
Cálidas brumas
del rio Kin Sha
Cayendo al
precipicio
Frías cadenas de
hierro
Del puente sobre
el Ta tu
Qué bella la
montaña de Mien Shan
Con sus mil lis
de nieve.
Pasado todo
esto,
Los tres
ejércitos sonríen.”
El ejército
comunista que quedó en el soviet de
Jiangxi (unos 28.000 hombres), fueron arrasados por las tropas
nacionalistas, cuando el 10 de noviembre entraron a Ruijin.
Poco después de
la llegada del Primer Ejército Rojo
a Shaanxi, también arribaron otras fuerzas comunistas de diferentes puntos de
China: el Segundo Ejército Rojo, al
mando del comandante He Long, y el Cuarto Ejército Rojo, al mando del
comandante Zhang Guotao.
Recordemos que
las rivalidades entre los nacionalistas de Chiang
y PCCh de Mao eran profundas e intestinas, se odiaban profundamente, por eso
es que cuando se dio la invasión y ocupación de Manchuria por los japoneses, Chiang Kai-shek obstinadamente se opuso
a formar alianza con los comunistas para combatir conjuntamente contra los
nipones, ya que consideraba a los mencionados comunistas como una amenaza mayor,
como un peligro al que había que erradicar.
La invasión
japonesa obligó al PCCh a reagruparse en el norte, en su base de Yan'an, ciudad
desde la cual controlaban una parte de Shaanxi y de Mongolia Interior, así como
la totalidad de Gansu y Ningxia.
Mientras que el poder de Chiang Kai-shek se había debilitado y mantenía
bajo control sobre el sur de China desde la nueva capital provisional de
Chongqing, ya que había sido expulsado de su capital Nankin y de Wuhan, respectivamente.
En el declive de
su poder, Chiang Kai-shek y su terca
posición de no aliarse con los comunistas para enfrentar a Japón, provoca que sus
generales Zhang Xueliang y Yang Hucheng, el 12 de diciembre de 1936 lo
secuestren y le conminen a firmar senda tregua con los comunistas. Este
episodio pasaría a conocerse como el Incidente
de Xi'an. Los dos partidos entonces, acordaron suspender las hostilidades y
formaron un Segundo Frente Unido que
hiciese frente a los japoneses.
Sin embargo la
alianza fracasó nuevamente. La colaboración y la coordinación entre el KMT y el
PCCh se centró en lo meramente formal durante toda la Segunda Guerra
Mundial.
El lanzamiento
de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki y la entrada de la URSS en la
Guerra del Pacífico llevaron a los nipones a una rendición más rápida de lo que
los chinos habían pensado. En los términos de la rendición incondicional del
Japón, dictados por los Estados Unidos, a las tropas japonesas se les ordenó
entregarse al KMT y no a los comunistas, ya que EE.UU. terminada la IIGM se
cuidaba de no permitir el avance del comunismo mundial.
El final rápido
de la SGM en Asia Oriental, provocó la llegada de más de 1.500.000 de hombres
del Ejército Rojo ruso comunista hacia las provincias manchúes, con el
propósito de tomar las posiciones japonesas y recibir la rendición de 700.000
efectivos nipones rendidos y establecidos en la región. Ese mismo año Chiang
Kai-shek sabía que no estaba en capacidad de evitar que el PCCh se hiciera con
Manchuria después de la retirada de los soviéticos y para evitarlo llegó a un
acuerdo con los rusos comunistas, de tal manera que éstos retrasaran su
retirada hasta que el KMT hubiera trasladado a la región a una cantidad
suficiente de sus mejores hombres y equipos. Los comunistas soviéticos
aprovecharon su prolongada estancia para desmantelar todo el parque industrial
manchú y trasladarlo a su país devastado por la guerra. También apoyaron el
establecimiento del PCCh en las zonas rurales manchúes.
El general George Marshall llegó a China con la
intención de lograr conformar gobierno aliado de los EE.UU., y por lo tanto tomó
parte en las negociaciones para un cese de las hostilidades entre el KMT y el
PCCh y propuso que se formara gobierno de coalición con todas las facciones
políticas y militares de China. Obviamente que los comunistas representados por Zhou Enlai, no aceptaron y menos los
enviados de Chiang Kai-shek, nadie estaba dispuesto a ceder, y menos en los
territorios cedidos luego de la rendición japonesa. La tregua finalmente
fracasó en la primavera de 1946 y aunque las conversaciones siguieron, Marshall recibió órdenes de retirarse
para enero de 1947.
Al fracasar las
conversaciones de paz se volvió a la guerra de gran expansión dentro de China.
Los comunistas la denominaron la Guerra
de Liberación y sus ejércitos pasaron a llamarse desde 1946, Ejército Popular de Liberación (EPL). Los
soviéticos apoyaron pero muy débilmente a los comunistas chinos, mientras que
los Estados Unidos asistieron a los nacionalistas con excedentes de sus pertrechos
militares avaluados en centenares de millones de dólares y además les brindaron
generosos préstamos por otros cientos de millones de dólares en equipo militar.
A decir verdad,
el gobierno nacionalista de Chiang
ya había perdido legitimidad popular, además de ello el gobierno nacionalista
estaba signado por la corrupción desenfrenada, asimismo, no olvidar que había
caos político y económico por la propia coyuntura, y para colmo de males se
presentó la indeseable hiperinflación, por todo ello, terminando 1948 las
expectativas del nacionalismo eran nada halagadoras.
En el campo
militar, los ejércitos del KMT,
cayeron en la indisciplina y falta de moral, condición totalmente distinta al EPL del comunismo, quienes con su
comandante en jefe Zhu De, estaban
firmemente afincados en las zonas rurales del norte y el nordeste (Manchuria). También
es cierto que la superioridad numérica de hombres y armas era de los
nacionalistas, además que controlaban
territorios mayores y gozaban de poderoso apoyo internacional, sin
embargo el ejército nacionalista estaba afectado por la prolongada guerra
contra los japoneses y desgastados por las propias obligaciones del gobierno.
El ejército
comunista o EPL con su disciplina y
mejor moral y organización estratégica iban ganando terreno a los ejércitos
nacionalistas y para enero de 1949, Beiping
fue tomada por los comunistas sin disparar un tiro y se le devolvió su antiguo
nombre de Pekín.
El resto de las
importantes ciudades fueron cayendo entre abril y noviembre a manos del PCCh
sin resistencia casi. La estrategia comunista les dio resultados exitosos, ya
que las zonas agrarias bajo control comunista, muchas rodeaban a las
principales ciudades, siendo que estas últimas, simplemente fueron asediadas y
bloqueadas y luego fueron tomadas finalmente.
Para el mes de abril,
y luego de exitosas campañas en el sur por parte de los comunistas, el EPL cruza el río Yangtsé y ocupa la
histórica ciudad de Nankin. Y para mayo, cae Shanghai en poder de los
comunistas y en octubre cae también la ciudad de Cantón, y estando en Cantón,
el ELP rodeó las colonias británicas de Hong Kong y la portuguesa de Macao,
pero nunca las ocupó, astutamente consideraron los comunistas que no era el
momento de abrirse nuevos frentes, y menos en el plano internacional donde no
tenían gran respaldo.
Luego, las
fuerzas regulares del EPL ocuparon la isla de Hainan y avanzaron hasta la
frontera con la Indochina Francesa y la provincia de Yunnan, siendo que en
dicha zona encontraron el apoyo de la guerrilla comunista que venía luchando en
las provincias de Guangdong y Guangxi
desde 1945 y que ya habían liberado muchos territorios. Además se encontraron
con las combatientes fuerzas comunistas-nacionalistas del Vietminh del líder
vietnamita Ho Chi Minh y del
comandante Vo Nguyen Giap, quienes
estaban en guerra abierta contra los franceses y refugiados se hallaban en
territorio chino. El EPL posteriormente apoyaría a los comunistas vietnamitas.
Luego de largas
jornadas y guerras sangrientas, el PCCh venció absolutamente a las fuerzas
nacionalistas y el 1° de octubre de 1949, Mao
Tse-tung proclama al mundo el nacimiento de la República Popular China.
Para diciembre
del mismo año, Chiang Kai-shek se
parapetó en Taipéi en la isla de Taiwán, y la declaró como capital provisional
de la República de China y siguió argumentando
que su gobierno era la única autoridad legítima en China. Poco después reingresará
al continente, para seguir la lucha contra Mao. Y para el mes de mayo de 1950, quedaron
rodeados y atrapados en la ciudad de Chengdu, --capital de la provincia de
Sichuan--, cientos de miles de soldados nacionalistas, más dos millones de
refugiados, principalmente gente del Gobierno y del mundo de los negocios con
el mismo Chiang Kai-shek, quienes huyeron de la China continental hacia la isla
de Taiwán, atrás solamente quedaban algunos focos menores y aislados de
resistencia anticomunista.
Mao se demoró en atacar y
aplastar finalmente al gobierno de Chiang en la
misma isla de Taiwán, y no aprovechó que inicialmente los Estados Unidos
dejaron de apoyar firmemente al gobierno de Chiang Kai-shek en su agonía. Pero
la coyuntura política cambió radicalmente tras la invasión de Corea del Sur por
tropas norcoreanas para junio de 1950, iniciándose la Guerra de Corea (donde el
gobierno de Manuel Odría vendió
minerales a Corea y con esos ingresos hizo grandes obras públicas en todo el
Perú). Con ese avance agresivo del comunismo en Asia, los Estados Unidos
intervinieron para frenarlos, y el presidente estadounidense Harry S. Truman dio orden a la VII
Flota de los Estados Unidos de que evitara cualquier posible invasión comunista
a Taiwán.
Mao ya en el
poder absoluto, eliminó toda oposición, para luego empezar el proceso de
industrialización de China, suprimiendo toda propiedad privada y colectivizando
la tierra agrícola con el sistema de las ‘Comunas
Populares’, siendo que dichas comunas populares no solamente eran tierras
agrícolas comunales sino que también cumplirían el papel de unidades
administrativas y militares, con sus propias escuelas, milicia y burocracia,
dicho método fue aplicado extensa e intensamente, y ya para 1958 comprendía a
más de nueve décimas partes del total de la población rural de China, todo un
sistema hegemónico. Pero que al final fue un fracaso total, la hambruna llegó,
y la crisis y la desesperación también, millones murieron, provocando que
nazcan núcleos de poder resistente al poder de Mao dentro de la propia cúpula
central comunista, que fueron trabajando lenta pero firmemente en su contra.
No olvidemos,
que la Revolución China pasó por
varios procesos también, por ejemplo, el sistema de las comunas populares fue
siendo abandonado por inidóneo y fallido, y con la muerte del gran líder Mao en 1976, se verificó un cambio de
orientación política inmediata, donde China se abrió al mundo y asimismo
empezaron a revisar profunda e intensamente los principios ideológicos
maoístas.
La Revolución Cultural, es la etapa de radicalización política de culto
personalista dogmático organizada durante el período de gobierno de Mao a
partir de 1966. Donde Mao se dio
cuenta que estaba siendo rodeado por sus opositores dentro de la propia cúpula
partidaria y que en breve lo sacarían del poder, y lo que hizo fue manipular a
la juventud comunista adicta a su persona, y con la Banda de los Cuatro que dirigió su esposa, y una guardia militar
dogmática y maoísta extrema, ataca en toda China a sus opositores y con la sola
acusación de traicionar los principios ideológicos maoístas los asesinaban por
centenares y miles de miles, fue toda una purga masiva, salvaje y sangrienta
para imponer el poder errabundo y fallido del maoísmo.
En realidad, la Revolución Cultural fue la radicalización
dogmática y brutal de la revolución china maoista, donde Mao, apoyado por un sector dirigente extremista del partido (Banda de los Cuatro), generó una
gigantesca movilización estudiantil (Guardias rojos) para desacreditar y
arrinconar al sector de “la derecha, y pro-capitalista” y encabezada
por Liu Shaoqi, Peng Zhen y Deng Xiaoping,
quienes estaban operando dentro del aparato del propio Partido Comunista Chino.
Esta movilización política fue a nivel nacional, incluyendo al campo agrícola,
y llegó a expandirse hasta la clase obrera y, finalmente, a los soldados del
Ejército Popular, convirtiéndose en un cuestionamiento y denuncia y presión
generalizada contra las autoridades del Partido, el mismo que amenazaba con
escapársele de las manos. Este proceso por su propia lógica dio lugar a la
conformación de Comités Populares de obreros, soldados y cuadros del partido por
cerca de la mitad del país, los cuales funcionaban como órganos de doble poder
popular en las distintas tareas de administración y gobierno; situación que Mao logró encauzar, situándolos bajo la
dirección del Partido.
Esta situación dura,
crítica y sangrienta, duró hasta 1976, luego del fallecimiento de Mao, momento en que un golpe de Estado
militar encabezado por Deng Xiaoping,
con una dura represión, restauró en el poder a la facción encabezada por él
mismo, procediéndose al arresto de la Banda
de los Cuatro y la vuelta al statu quo, emprendiendo los cambios en la
economía que, bajo el nombre de socialismo con características de mercado,
iniciarían la vuelta a la economía de mercado capitalista.
La Reforma Económica china, o el gran
proceso de transformaciones económicas, comienza en 1978 con Deng Xiaoping, y es lo que hoy
conocemos.
La Reforma Económica China, es prácticamente
la APERTURA de la economía
continental del gigante asiático, es un giro totalmente absoluto y contrario a
lo que Mao pregonaba e imponía con
su poder represivo e ideológico y político; y a este nuevo programa de reformas
económicas se le llamó "Socialismo con características
chinas", y que comenzó en diciembre de 1978, y dirigido por el
mismo Deng Xiaoping y su equipo de
reformistas de confianza.
La primera meta
económica y más importante para el partido comunista que dirigía Deng, era transformar y mover y
remover, a la inmóvil, retrógrada y empobrecida economía planificada de China,
en una economía de mercado, buscando generar crecimiento económico para
favorecer el bienestar de los ciudadanos chinos.
Recordemos que Mao fue insensible, e inhumano y
perverso gobernante en el plano económico, ya que sus medidas y programas
dictadas desde el aparato del partido comunista, fueron desastrosos y mortales
para millones de chinos, las cifras están ahí: por ejemplo, desde 1949 hasta
1978, las fallidas, terribles y desastrosas "colectivizaciones" de Mao; el forzado y malevo Gran Salto Adelante; y la sangrienta y
vengativa Revolución Cultural;
devastaron absolutamente y hasta la médula, a la débil economía china, donde se
perdió y destruyó gran parte de la milenaria cultura tradicional, además de la
brutal caída masiva del nivel de vida.
Precisemos que,
la economía china con Mao, se
estancó prolongadamente en forma grave y fue interrumpida brutalmente por la
hambruna del Gran Salto Adelante
maoista, que mató de 30 a 40 millones de chinos; y por cierto, las sangrientas
y espantosas purgas de la Revolución
Cultural de culto a la personalidad de Mao,
frenaron peligrosamente a la economía china. Está más que probado, que los
chinos habitantes de las ciudades urbanas no experimentaron crecimiento en el
nivel de vida desde 1957 en adelante, y los campesinos no estaban mejor en los
70’ que en los 30’, asimismo está
probado que, los niveles de pago promedio en el sector servicio excedían los
salarios de la educación superior.
También está
probado, que el movimiento económico de China era inferior comparado con sus
vecinos del Asia Oriental, como Japón, Corea y hasta la rival República de
China de Chiang Kai-shek. La ciencia
de la economía ha probado que con el maoísmo la actividad económica china
era ineficiente.
Luego de la
muerte de Mao, ya con Deng en las riendas del poder del
partido comunista y desde 1978, las reformas económicas empezaron en dos fases:
La primera fase, culminando los 70’ y principios de los 80’, donde se ordenó la
descolectivización de la agricultura y la propiedad individual en la conducción
de tierras rurales; asimismo se dispuso la apertura de China a la inversión
extranjera; y el permiso para que los emprendedores inicien negocios y empresas.
Sin embargo, bueno es tener en cuenta, que la mayoría de las industrias
permanecieron estatizadas bajo el comando del partido comunista.
La segunda fase
de la reforma económica china, se dio a finales de los 80’ y 90’, y ordenaba la
privatización y contratación de la mayor parte de la industria estatizada;
además, se dispuso también el levantamiento del control de precios; asimismo se
aplicaron políticas proteccionistas y regulaciones, aunque también es cierto
que los monopolios públicos en
sectores como la banca y el petróleo permanecieron.
El sector
privado floreció y creció notablemente en China, llegando a imprimir casi el
70% del PIB para el 2005, todo un gran logro si lo comparamos con otras
naciones del capitalismo occidental. Recordemos que desde 1978 hasta el 2010, China
tuvo un crecimiento sin precedentes, con el aumento de su economía global en
9,5% anual, todo un récord y milagro económico. La economía China ascendió y
llegó a ser, la segunda más grande e importante del mundo, y exactamente atrás
de EE.UU., nada más y nada menos.
Lecciones del cerebro y del fusil en las revoluciones
triunfantes
No se puede
hablar de Revoluciones, ni de Procesos Revolucionarios, ni de Cambios Sociales y Políticos, ni de transformaciones
económicas y políticas profundas,
desde el punto de vista de la Ciencia
Política, si es que no se pasa
también por las lecciones que ha dejado la gran revolución china en general.
Al igual que en
Rusia, en China tenemos dimensiones continentales geopolíticamente hablando,
donde los conceptos occidentales de Democracia,
República, Sistema y Régimen Político y Derechos
y Libertades, --(la Filosofía Política requiere de nuevos
parámetros y conceptos y referentes en el siglo
XXI)--, quedan sobrando por la magnitud colosal del espacio geográfico, por
los gigantescos campos militares; y por los disímiles y complejos escenarios
políticos, que a su vez exigen maquinarias sofisticadas y eficaces de control político; si el control social ya resulta todo un reto
y proceso complejo y difícil; pues el control
político es un gran problema para el político hábil, inteligente y eficaz,
que se ve obligado a crear o a formar parte de maquinarias políticas inmensas
donde la palabra ética, moral y desarrollo pierden color, olor y forma.
Es bueno
precisar que China no tuvo una sola revolución definitiva, sino tuvo muchas
Revoluciones, insurrecciones y Rebeliones, dirigidas y conducidas por civiles y
militares nacionalistas, que llevaron hasta las últimas consecuencias su
posición y principios revolucionarios tal como lo hemos revisado brevemente
aquí, y por lo tanto Mao en China,
al igual que Lenin en Rusia, nunca
fueron los líderes nacionales o continentales y absolutos de revoluciones
únicas y definitivas, el caso de Lenin
ya lo estudiamos en otro trabajo y envío anterior. Y el caso de Mao lo hemos visto en las líneas ut
supra, donde se evidencia que el partido comunista chino fue una
minoría insignificante en el verdadero proceso revolucionario chino de magnitudes
continentales.
También hemos
verificado, que Mao y el partido
comunista chino ascienden al poder más por los errores y corrupción del
gobierno nacionalista del KMT de Chiang
que por los propios méritos del partido comunista; fue el propio desgaste de la
guerra contra el Japón; el desgaste del propio gobierno nacionalista en su
pésima gestión pública, y sus torpes coqueteos con los latifundistas, y la nula
acción para ejecutar la anhelada Reforma
Agraria (lo que los comunistas ejecutaban y hacían con sus tropas, en las
zonas rurales bajo su dominio), lo que facilita la llegada gradual, militar y
sangrienta al poder central del comunismo maoista en China.
Asimismo, hemos
verificado que el pivote o eje central del posicionamiento, crecimiento, expansión,
difusión, toma y ascenso al poder central del comunismo maoista ha sido por y
gracias al ejército revolucionario
disciplinado y consecuente, y también a sus idóneas estrategias militares, sin
ese requisito, era imposible cualquier triunfo de las fuerzas políticas en
contienda en el proceso revolucionario chino.
Es más, la gran
lección de las revoluciones chinas, es que tanto por el lado de los nacionalistas de Chiang, como por el lado del comunismo
de Mao, sin ejércitos dispuestos a guerrear hasta las últimas consecuencias no
se hubiese desarrollado proceso revolucionario alguno.
Una lección que
me parece primera en cuanto a las revoluciones chinas es que: La combinación de
cerebro y fusil, ha sido fundamental para que el comunismo chino se haga del
poder central en el gigante asiático. El pensamiento
sin fusil, sin ejército, sin estrategia queda solamente como mera ilusión y
devaneo tonto, infértil e inútil, por más buen pensamiento político que se
tenga o que se disponga; y de otro lado, el fusil y la milicia sin un buen
conductor y estratega, hábil, valiente e inteligente, se convierte en un
elefante blanco peligroso y que hunde a la desgracia.
La gran lección
aquí, es que la unidad del cerebro y
del fusil son necesarios, y el militar no se ha hecho para pensar y diseñar
sistemas y regímenes políticos, ni para dirigir reformas ni gobiernos ni hacer gobernabilidad,
eso es algo que muchos no quieren aprender ni asumir; el militar tiene una
formación especial y específica, donde es castrado civilmente, precisamente
para que su formación se centre y se concentre en los secretos castrenses y su
profesión militar, y muchos ilusos creen que con los altos rangos militares ya
están listos para poder dirigir a la sociedad civil y eso es falso, la historia
lo ha comprobado mil veces. Los militares por más inteligentes que sean, tienen
limitaciones para comprender y actuar en medio de la sociedad civil y
dirigirla. Ni los genios militares de Alejandro
Magno, ni Julio Cesar, ni Napoleón Bonaparte pudieron construir
obras perennes de sistemas políticos, lo que escribieron para la vida civil y
política fue con y sobre arena, pero lo que hicieron para las páginas
castrenses fue escrito en piedra.
Asimismo, el cerebro político se forma en la
sociedad civil, procede de las canteras universitarias o de la escuela de la
movilidad social, el cerebro político se forja en y con sensibilidad social, se
labra en el sufrimiento de las crisis políticas y económicas, y su voluntad
política se pule en el día a día de y con su pueblo doliente y oprimido, el cerebro político se nutre y se
fortalece en creatividad, con la experiencia y con el conocimiento universal de
hombres y cosas. El cerebro político
sabe unir sus intereses, a los intereses más relevantes y pugnaces, y hacerlos
triunfar.
Las Revoluciones políticas triunfantes
siempre han llevado esa combinación de cerebro y fusil, siempre han sido
pivoteados al éxito, por el político
y el militar, tal fue el caso de la Revolución liberal en Inglaterra,
nadie podrá negar el cerebro político y
militar de Oliverio Cromwell y
la primera y única República
instaurada en la tierra del Rey Arturo. Nadie podrá negar el potente cerebro político de los liberales para
poder imponerse con argumentos y alta filosofía política y diseñar su propio
régimen de poder y protector de sus intereses como es el Parlamento liberal y que sirvió de paradigma al mundo entero, pero
también es cierto que sus creaciones políticas modernas fueron acompañadas al
unísono con potencia bélica que
inclusive tomó y expolió y explotó económicamente diferentes porciones del
mundo. El cerebro y el fusil hicieron el imperio inglés y sus émulos europeos
siguieron esa ruta.
Que otra cosa no
es sino la Revolución Norteamericana
y Francesa: acaso George Washington no era un simple
granjero metido a militar por la circunstancia revolucionaria, pero que supo
cerebralmente hacer alianzas políticas internas e internacionales (el genio
republicano norteamericano Benjamin
Franklin en Francia) para llevar a los intereses oligárquicos nativos a
independizarse de su padre el propio imperio inglés, pero usando reciamente la
pólvora, el fusil y la espada, para triunfar y hacer exitosa la gran revolución plutocrática esclavista
del nuevo mundo. Y acaso la Revolución Francesa no fue la
combinación perfecta de los cerebrales enciclopedistas y del hijo predilecto
republicano Napoleón Bonaparte, el
mismo que cañoneó inclementemente a la población civil insurrecta cuando la República estaba en peligro, y que con
su genio militar trascendental llevó a la República
a los más altos podios y sitiales paradigmáticos universales de su tiempo:
Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Que otra cosa no
fue sino la Revolución Mexicana,
acaso el fusil no lo puso el pueblo
con sus hijos predilectos Emiliano
Zapata y Pancho Villa al frente
y con otros muchos generales con galones de tierra y con quepís de paja y con
ojotas raídas, y con sus aguerridas tropas extraídas de la entraña de la
indiada y el campesinado neto, y acompañados por sus amadas ‘Adelitas’ bien pertrechadas de
voluntad guerrera y de fusiles, balas y pistolas, y acaso el cerebro político no lo pusieron Francisco Madero educado en París en
economía y comercio, y otros cuadros políticos revolucionarios de la clase
media educada mexicana.
Acaso la Revolución Rusa en su versión de ‘Octubre Rojo’ no fue la combinación
idónea entre el cerebro político y
el fusil, acaso podemos negar las
calidades del cerebral revolucionario
marxista judío Lenin, el mismo que
se había devorado bibliotecas enteras y conocía bien a su pueblo y a sus
problemas económicos y políticos continentales, y acaso no fue León Trotski (además de ser un lúcido y
cerebral cuadro político marxista) la representación del fusil cuando dirigió exitosamente al temible e implacable Ejército Rojo comunista que recorrió
por tres años toda Rusia imponiendo autoridad, revolución y fuerza en contra de
los contrarrevolucionarios, repartiendo muerte y pólvora y destrucción.
Las Revoluciones Chinas triunfaron sobre el
milenario Imperio porque se combinaron el cerebro
político y el fusil. Recordemos
que en la propia y decadente dinastía manchú ya había serias intenciones, por
parte de los más lúcidos funcionarios chinos, de reformar el gobierno
monárquico imperial; pero recordemos también que fueron los intelectuales chinos de la clase media
(Sun Yat-sen y otros), en alianza
con los militares patriotas quienes
comienzan a levantar la tienda revolucionaria que cambiará China para siempre.
Cuando Mao llega al poder aupado por el
poderoso y aguerrido Ejército Rojo
comunista, era considerado un gran estratega político y líder carismático,
pero, Mao no era el líder que
necesitaba la Gran China Continental para sus grandes transformaciones idóneas
y profundas, Mao no estaba preparado
para dirigir a un gran continente con tanto potencial para comandar al mundo en
varios aspectos de la vida y relación internacionales.
Mao elimina
sangrientamente al pensamiento opositor y creativo, Mao aplasta brutalmente la flor de la creatividad económica, Mao exilia al diseño cerebral e
innovador que China necesitaba con urgencia y prontitud para despegar
mundialmente para asombro de occidente.
Mao se encierra en su propio enanismo mental marxista, y hace retroceder a
la infancia de la historia a todo su continente en materia económica y
financiera, y cultural.
Ya en el poder
central y con el temible y aplastante aparato del partido comunista en sus
manos, el cerebro político se esfumó
y solamente quedó el fusil para
mantener y respaldar los caprichos personales y los devaneos políticos enanos y
ramplones de un marxista mediocre y testarudo como Mao, por lo tanto, el maoísmo no podía durar en el poder mucho
tiempo, había destruido la economía y las finanzas, y China estaba estancada y
hundida y peligrosamente inmóvil; y la Revolución
Cultural o el culto a la personalidad de Mao, solamente fue un terrible estertor agónico y doliente y de
chillido sangriento y brutal que no tenía futuro ni fertilidad. Deng Xiaoping cerebralmente lidera la
nueva revolución transformadora china, y sabe que Mao ya no tiene viabilidad, ni espacio valedero positivo, y lo
cerca y lo ahorca políticamente hasta su muerte en 1976, luego eliminan a la
esposa impertinente de Mao que
dirigía la asesina, dogmática y brutal ‘Banda
de los Cuatro’ y limpian así el camino para que nuevamente el cerebro político y el fusil en combinación idónea diseñen,
planifiquen y florezcan la nueva China para el mundo, y eso es lo que ahora
contemplamos en el día a día, la China reformada sin maoísmo brutal y dogmático.
Lima, 28 de octubre del 2014
Jaime Del Castillo Jaramillo
Abogado egresado de la U.N.M.S.M. con más de 20 años
de ejercicio profesional y cuenta con estudio jurídico abierto; politólogo con
más de 20 años de ejercicio profesional; periodista, fundador y director del
programa radial y televisivo ‘Yo, Sí Opino’ (censurado en TV y cerrado cinco
veces en radio); Maestría en Ciencia Política con la tesis “Pensamiento
Político peruano insuficiente y epidérmico causa de nuestro subdesarrollo
político”; Post Grado internacional en Ciencia Política otorgado por la UCES –
Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos Aires-Argentina
graduado con la tesis: “Crisis terminal de los Partidos Políticos en el Perú”;
catedrático universitario de ‘Historia del Pensamiento Político”, “Filosofía
Política”, “Metodología de la investigación en Ciencia Política”, “Realidad
Nacional”; “Análisis Político”, “Ciencia Política”, etc.; blogger, comunicador
social, articulista y conferencista.
Fundador, ideólogo y Presidente de “Foro Republicano”
http://fororepublicanoperuano.blogspot.com
@jaimedelcastill
yeagob2@gmail.com
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