‘Democracia’ cosa mantecosa en manos de Giovanni
Sartori. República no es ‘Democracia’ excluyente, sin ‘pueblo’, sin poder, y
con elitista representación. Silencios, romanticismos y complacencias
reaccionarias en la Ciencia Política grande
Pretendo hacer
una breve relectura de la famosa obra, del célebre politólogo italiano Giovanni Sartori (GS): ‘Qué es la
Democracia?’, siendo su título original:
‘Democrazia Cosa é’, --traducida
por Miguel Angel Gonzáles Rodriguez y Maria Cristina Pestellini Laparelli
Salamon, ambos discípulos de GS y
con doctorados del Estado, por la Universidad de Florencia--, editado en México
por el Tribunal Federal Electoral, en 1993. Y recordemos que GS es reconocido por ser uno de los
más importantes politólogos occidentales del planeta; y es el gran animador del
debate teórico-político de nuestro tiempo; de lejos, es un experto en los
sistemas democráticos occidentales, brillante profesor de la Universidad de
Florencia, y en Columbia University en New York, y autor de innumerables libros
esenciales y siempre apreciados y consultados.
Y digo relectura,
porque hace más de una década que estudié a GS, (y ya habíamos revisado casi todas sus más importantes obras) cuando mis épocas de catedrático
universitario en ‘Ciencia Política’ y ‘Filosofía Política’, y la verdad de
las cosas, es que no me convencieron sus tesis ‘descriptivas y prescriptivas’
sobre la ‘Democracia’, y
precisamente por ello es que regreso nuevamente a esas añejas lecturas, para
señalar algunos puntos sobre la materia; y para calmar al moscardón de la
curiosidad, la observación y la contemplación filosófica, que me fastidiaba y
fastidiaba por quinquenios, a redactar algo en símbolo de protesta sudamericana
politológica contra las tesis equivocadas ‘descriptivas
y prescriptivas’ sobre la ‘Democracia’,
del célebre politólogo italiano GS de
la referencia. Asimismo, aprovecho la oportunidad, para modestamente darle
nuevo contenido y apreciación, a las afirmaciones y sesudas investigaciones del maestro de
maestros florentino de la referencia.
República Norteamericana como ‘Cosa Pública de la Raza
Blanca Esclavista’, que GS y Tocqueville no relievan. República es la opositora
y enemiga frontal de la ‘Democracia’
Y es que me
parece que el esfuerzo politológico de GS
en la obra bajo comento, es
extraordinario, revelador y fundamental, por la forma tan disciplinada y
poliédrica y transversal como aborda el tema de la ‘Democracia’; también por su
abordaje horizontal y vertical y polivalente, al estudiar a fondo el mencionado
concepto ‘Democracia’; pero me
parece también, que GS oblicuamente
nos desnudó, desmontó y mostró en su plenitud al concepto ‘Democracia´ como una cosa metafísica que no tiene referentes
pragmáticos o empíricos, ni en la misma Grecia Antigua, ya que inclusive lo que
se llamó ‘Democracia’ entre los
griegos, solamente pervivió ciento cincuenta años más o menos, como él mismo lo
expresa taxativamente en su obra bajo comentario, y en ese corto tiempo de
existencia histórica, es obvio que la ‘Democracia’
era una situación política inestable y en crisis crónica, o un régimen en
transición, y no un sistema sólido y recomendable y sano, con respecto a otros
sistemas y regímenes políticos que ya han sido estudiados por los grandes
filósofos y politólogos de hoy, por su duración, estabilidad y trascendencia.
Y recordemos que
la ‘Democracia’ en Grecia, se dio en
ciudades que no eran ESTADO como bien lo señala
taxativamente, y varias veces GS en
la obra que analizamos, --mientras que muchos filósofos-políticos y politólogos
afirman todo lo contrario, tal como es moneda corriente en la Ciencia Política
de hoy--. Y esto es fundamental y trascendental, toda vez que la ‘Democracia’ no fue una forma de
gobierno ni un régimen político dentro del ‘Estado’
en la Grecia Antigua. Y recordemos también, que ‘Democracia’ se dio con hombres que no eran ‘libres’ en el sentido que hoy lo conocemos, y en y con ciudades que tenían y contenían a
hombres que formaban parte consustancial de un sólido colectivo, a manera de
compartimiento-estanco, vale decir: eran un todo integrado; no como hoy, donde
el ‘HOMBRE’ es una cosa, el ‘CIUDADANO’ otra, y el ‘Patriota’ otra concepción diferente,
con respecto a los conceptos Estado,
Nación y Sistema políticos.
No solamente
eso, entre los grandes filósofos y estudiosos de los regímenes políticos de la antigüedad,
la ‘Democracia’ era considerada: el
gobierno de la gente ignorante o del populacho, o de la chusma, o de los
imprudentes. La República era la
forma de gobierno aceptada y sana, y celebrada y respetada, más no así la ‘Democracia’. La República es totalmente distinta y diferente con respecto a la Democracia, y muchos no lo saben, es
más, muchas constituciones políticas contemporáneas utilizan el concepto ‘República democrática’, --(como
es el caso peruano, demostrándose con ello o supina ignorancia o estafa
política descarada)--, cuando en verdad, son dos términos opuestos,
diametralmente enemigos e irreconciliables. Y precisamente en probanza de ello,
recordemos la siguiente cita muy puntual de GS, --que confirma todo lo que vengo afirmando--, donde sentencia
en forma taxativa que:
“Si la democracia ateniense virtualmente terminó en el
año 323 a.C., estaremos considerando un siglo y medio como máximo. Después casi
dos mil años ya casi no se habló de ‘democracia’, y cuando era recordada la
palabra era para usarla de modo derogatorio. En el ‘De Regimine Principium’, Sto. Tomás se expresa para todos: ‘cuando un régimen inicuo es conducido por
muchos (per multos) se le llama democracia’. Durante dos mil años, el
régimen óptimo, la forma ideal, ha sido llamada res publica, república. Y decir
república es muy diferente a decir democracia.”
El concepto ‘Democracia’ no pasa de ser una palabra
demagógica de los políticos de ayer y de hoy, agitada es cierto, cuando los
abusos e injusticias brutales y salvajes de los grupos dominantes se hacían
odiosos, insufribles e insoportables; y es cierto que, la ‘Democracia’ también era y es, un pretexto demagógico repetimos,
promovido y agitado por élites de poder o grupos dominantes, a fin de engañar y
estafar al pueblo, y en el fondo sirvió y sirve, para ocultar poder económico
dominante, o para encubrir a las aristocracias, o para esconder a las
plutocracias u oligarquías dominantes y elitistas, tanto en la Grecia Antigua
como en los tiempos modernos y contemporáneos; y cuando el célebre experto y
gran maestro GS, hace el calificado esfuerzo
intelectual, de gran monta y seña de analizarlo, pues la ‘Democracia’ se muestra y se presenta como una cosa mantecosa, que
se le resbala entre los dedos del maestro GS,
como es muy fácil percibir, de la misma lectura de la obra de la referencia.
Toda la experiencia politológica, y toda la potencia intelectual y lógica, del
maestro de maestros GS, sirve de muy
poco para esclarecer y establecer y fijar de una vez y para siempre que cosa es
la ‘Democracia’.
Y es cierto que,
sobre la ‘Democracia’ se han dicho
muchas estupideces, ayer y hoy, sobre todo los políticos y politicastros, y por
cierto, algunos académicos de muchas medallas y cartones (hasta
internacionales) pero de pocas neuronas respetables, y/o, por la consabida
conveniencia de no querer perder sus cátedras; porque también es cierto que
algunas universidades, son el cementerio de la creatividad, y/o la oculta cueva
de los oficialismos del sistema político y económico dominante. Por eso, asumo
y rescato, del buen GS su famosa
cita en la presentación mexicana de su obra bajo comento, sobre el buen abad Galiani que dijo: ‘je ne suis pour rien, je suis
pour qu’on ne déraisonne’. Que traducido por el propio GS significa: ‘No estoy en pro o en contra de esto o aquello; estoy en contra de las
estupideces’.
Repito
insistentemente: lo que muchos no saben, o no dicen, ni difunden, y otros ni
investigan, es que la República no es lo mismo que Democracia, absolutamente y en forma
tajante y categórica; es más, la Democracia
es un término menor, y peyorativo, con respecto a la República. Y para esclarecer y fijar ello, traemos otra cita
sentenciosa del maestro GS, quien
nos dice taxativamente, y al respecto que:
“Res publica es
‘cosa de todos’, mientras que la democracia estaba, en Aristóteles, por ‘cosa
de una parte’ (el demos como parte del
todo). Y si democracia alude al ‘poder de alguien’ (de una parte), res publica,
en cambio, alude al interés general, al bien común, res publica designa,
entonces, un sistema político de todos en el interés de todos. (…) En
substancia, ‘república’ se proyecta –semánticamente hablando- en un sistema
político uniformemente equilibrado y distribuido en todos sus componentes, en un
justo medio entre los dos extremos de la ‘cosa de uno solo’, por un lado, y de
la ‘cosa del pueblo’ por el otro”
La ‘Democracia’ en su acepción original
griega, se refería al dominio político de una parte de la sociedad: el ‘demos’ o pueblo, --de ahí nace el
rechazo que le causaba la ‘Democracia’
al mismo Platón y al mismo Aristóteles--, excluyendo por cierto: a
las clases altas, y/o a la aristocracia
u oligarquía, y/o a otros sectores medios,
y/o segmentos sociales neutros. Democracia
era el punto extremo, o la deformación como sistema y régimen político que
busca el bienestar general. ‘Democracia’
era el tosco y grosero gobierno del pueblo o de los pobres, en contra de la aristocracia y/o oligarquía y/o plutocracia,
etc.; por eso mismo, es que Democracia
era una propuesta peligrosa y dañina, que traía convulsión, agitación,
inestabilidad y conflictos; ahí está la razón de porqué era indeseable y no
recomendable la ‘Democracia’.
Mientras que la República, por
principio, y de suyo, y de siempre, tenía y tiene una connotación y razón de Estado, que abarcaba y comprendía, a
todos los miembros de una sociedad, con aspiración e intención firme de ser
nación y patria. Era la RES PÚBLICA,
o la cosa pública o de todos, sin excepciones.
Y para fijar
bien los conceptos, de una buena vez, y a fin que quede firmemente establecido
que ‘Democracia’ y ‘República’ no son lo mismo, si no, que
son conceptos opositores, son conceptos enfrentados total y absolutamente, leamos
la siguiente y oportuna cita de GS,
que es muy esclarecedora, donde taxativamente dice que:
“Históricamente la diferencia entre democracia y
república se convierte directamente en una oposición. Al final del siglo XVIII,
en 1795, Kant (1946, pp. 118-119) criticaba a quienes habían comenzado a ‘confundir la constitución republicana con
aquella democrática’, observando que –en cuanto al ejercicio del poder-
todo régimen es ‘republicano o despótico’,
y que la democracia, en el sentido propio de la palabra, ‘es necesariamente un despotismo’.
Desde hace muy
buen tiempo que vengo sosteniendo que la moderna ‘Democracia’ liberal, (con su modelo y sistema parlamentario inglés,
como contrafuerte político del poder absoluto del capitalismo comercial e
industrial), solamente ha sido y es un pretexto, para ocultar el dominio de las
élites, y de poder plutocrático u oligarquías, y que simplemente el capitalismo
comercial y luego industrial del siglo XVII al XIX, usaron el concepto ‘Democracia’ y/o República para esconder
su verdadero poder político-económico-social y militar, y pueden leerse mis
trabajos sobre las revoluciones modernas: Revolución
Inglesa, Francesa, Norteamericana,
Japonesa, Rusa, Mexicana y China;
donde explico y demuestro mi tesis, y con detalle, cómo es que fue ese proceso,
debidamente probado en la historia y en las ciencias sociales de hoy.
Recordemos que GS fue muy específico y taxativo en
afirmar, --en la obra que abordamos aquí--, que la noción: DEMOCRACIA SOCIAL fue creación intelectual y marco sociológico del
estudioso francés Alexis de Tocqueville, --obviamente que Tocqueville no entendió bien que cosa
es democracia, y al decir ‘democracia social’, estaba mezclando
antitéticos términos, en una terrible e inaceptable confusión aberrante--, cuando
así lo expresó taxativamente en su clásica obra ‘Democracia en América’, y ello fue en el contexto de su visita a
los Estados Unidos allá por 1831, siendo
que Tocqueville quedó impactado por
el estado social de la nueva República norteamericana, ya que en Europa no verificó
esas coordenadas sociales, y el mismo GS
se apresura en afirmar que, cuando la visita al nuevo mundo de Tocqueville, los Estados Unidos oficialmente se declaraban como República, en cuanto a
su sistema político, sin mencionar en modo alguno el término ‘DEMOCRACIA’.
Y las
calificadas razones, teóricamente limpias, y pulcramente intelectuales, y
brillantemente filosóficas-políticas, para deslindar doctrinariamente entre ‘República’ de ‘Democracia’ por parte de los señeros diseñadores de la histórica
y paradigmática Constitución Política
estadounidense, la tenemos bien compendiada y estudiada a fondo, en la
siguiente idónea cita pertinente de GS,
cuando afirma taxativamente que:
“Los
constituyentes estadounidenses no eran de diferente opinión, en el Federalista (número 10), Hamilton y
Madison llamaban ‘república’ al
sistema representativo y ‘democracia’
a la democracia directa. Esta última era definida como ‘una sociedad de pocos ciudadanos que se reúnen y administran de
persona la cosa pública’. Madison escribía que ‘las democracias han ofrecido siempre el espectáculo de turbulencias y
disidencias, se han manifestado siempre en contraste en toda forma de garantía
de las personas o las cosas, y han vivido una vida que ha sido tan breve,
cuanto violenta ha sido su muerte’. La Constitución de Estados Unidos fue
hecha a salvo de los riesgos de la democracia. También la Revolución Francesa
tenía en mente el ideal de República. La única excepción a la unanimidad fue
Rousseau; pero su excepción fue pequeña. Mientras que la ‘democracia’ fuese referida a Atenas, Rousseau estaba alineado; la
de Atenas fue una mala democracia. En cambio, él apreciaba a los espartanos y a
los romanos, que nunca fueron democracias.
Rousseau fue la excepción al usar la palabra en sentido apreciativo, aunque
subordinado a república. ‘Llamo República
(escribía) a todo Estado gobernado por leyes… porque sólo así gobierna el
interés público. Todo gobierno legítimo es republicano’ (El Contrato
social, II, 6)”.
Es más, cuando
se confecciona la Constitución Política republicana
norteamericana, los doctrinarios, --muy seguidores del célebre ginebrino J.J. Rosseau--, tuvieron presente, y en
forma muy clara, lo que es, y lo que significa el ‘Contrato Social’ de Rousseau,
por eso nos dice GS lo
siguiente, en la presente taxativa cita:
“Y en el capítulo dedicado a la democracia, Rousseau
advierte que la democracia es dificilísima y que ‘no hay gobierno tan expuesto a guerras civiles y agitaciones
intestinas como el gobierno democrático y popular.’ (ibid., III, 4).
Entonces, el tema de Rousseau no era, de ningún modo, la democracia: era el El
Contrato Social.”
Hasta aquí
entonces, tenemos fijados los conceptos doctrinarios, y teóricos políticos
elementales, y de punto de inicio. Ahora entremos al análisis del contexto
político, donde se usaron los términos y conceptos doctrinarios por cierto, pero
según sus coyunturas históricas y sus intereses económicos y políticos del
momento.
Me apresuro en
señalar aquí que, el concepto universal de
República que no puede eludir ningún doctrinario y teórico político
republicano es el de: ‘Res Pública o
Cosa de todos’, de tal manera que al crearse la nueva República de los Estados Unidos
a partir de 1776, se dejaba muy en claro que, para los revolucionarios
independentistas y para sus teóricos políticos, la importancia central,
esencial y cardinal para ellos, era el término República, pero como ‘Cosa
pública de todos los de raza blanca’; excluyéndose tácitamente a la raza negra o a los negros sean esclavos o no; esa es la razón también, a mi modesto
criterio y opinión, de por qué GS
descubre y revela, que a los doctrinarios republicanos estadounidenses no les
interesó en modo alguno el concepto ‘Democracia’,
es más, lo consideraron impertinente, inidóneo y perjudicial; su espíritu
racista, discriminador y esclavista, por parte las plutocracias que empujaron a
la revolución independentista norteamericana, iba en el sentido totalmente
contrario u opuesto a lo que se llama ‘Democracia’
o ‘poder del pueblo’ ya que absolutamente
y en forma radical, los negros no
eran ni seres humanos, ni nada parecido, simplemente eran cosas, u animales
para ellos, y sobre todo y ante todo, que servían gratis al enriquecimiento de
la plutocracia u oligarquía
terrateniente de raza blanca ahora independiente en los Estados Unidos, y
precisamente ese inhumano descaro, elegante perversidad y musculosa discriminación
racista, asesina y con sevicia, se convertirán en razón de Estado que provocarán
la sangrienta, larga y brutal, Guerra de
Secesión más adelante, y que marcará en un antes y un después, la historia
norteamericana para siempre.
Es así, como
confirmo mi tesis nuevamente, sobre la creación de la República plutocrática esclavista lockeana o liberal en los Estados
Unidos a partir de 1776, y una década antes del estallido de la legendaria,
potente y trascendente revolución republicana francesa de 1789. Aquí dejamos
también en evidencia, silencios y complacencias de GS y Tocqueville, para
menor gloria de la Ciencia Política
grande.
Y agrego que,
para el errado y desubicado marco teórico-sociológico de Tocqueville, la palabra democracia
en el contexto de la REPÚBLICA norteamericana,
significaba una sociedad caracterizada por la igualdad de condiciones, y guiada
por un ESPÍRITU IGUALITARIO,
--infértil romanticismo, para menor gloria de la Ciencia Política grande--. Pero
lo que no considera Tocqueville, --ni GS en el comentario pertinente de la
obra bajo comento--, fue el odioso y
profundo, e intenso RACISMO norteamericano,
--(incluyendo terribles crímenes de odio)--, y desde el arranque, en la nueva
República. Había espíritu igualitario, qué duda cabe, pero solamente entre los
miembros de raza blanca, más nunca
considerando a los negros, sean
esclavos o no. Hechos son hechos, lo demás es ilusión.
Queda claro
entonces que, para los filósofos y doctrinarios políticos de la inicial República norteamericana, la democracia no era un régimen ni sistema
político recomendable a seguir o continuar, menos aún, si en su seno engendraban,
fortalecían y promovían, el odioso racismo
en contra de los negros, sean
esclavos o no. Es más, para los teóricos y doctrinarios republicanos fundadores
del poderoso sistema político en y de los Estados Unidos, pues, la ‘Democracia’ era perniciosa y muy
peligrosa, si cundía o se anidaba, en la nueva nación y República de George Washington, --obviamente, que
darle status de hombre libre
al negro, significaba pérdidas
económicas millonarias, para la naciente e independiente plutocracia y
oligarquía terrateniente republicana estadounidense--.
Y esta posición
ideológica, teoría republicana y referencia política independentista
estadounidense, no es de poca monta, tratándose de una de las más poderosas
Repúblicas de todos los tiempos y hasta la fecha, a pesar de las mutaciones y
cambios que se dieron en su crecimiento y devenir y poderío mundial. No
solamente eso, recordemos que el mismo padre de la República norteamericana George Washington el legendario
granjero revolucionario, cuando se dirigió oficialmente al Congreso Nacional
advirtió en forma muy expresa, que su República no debería confiarse en los partidos políticos, porque los partidos
políticos significan división y partición, y que su nación y República podría
verse en serio peligro. Cuánta lúcida visión y sabias enseñanzas profundas, por
parte de estos políticos fundadores de la primera y gran República
del nuevo mundo desde 1776, para la Ciencia
Política.
Abundaremos, en
abono de nuestra postura, diciendo que, está más que claro, que el devenir
histórico de los Estados Unidos era
y es, totalmente diferente con respecto a la vieja Europa, y a la misma
Inglaterra o Reino Unido; en puridad de verdad, fueron los aventureros europeos
en el nuevo mundo, quienes se adueñaron de tierras ajenas y extrañas y las
colonizaron, los pionners tomaron en posesión y luego en propiedad, tierras que
no eran suyas, pero las reclamaron para sí, y para su Corona inglesa, y luego
viéndose espléndidamente enriquecidos y fijamente establecidos en prosperidad y
en promisión benéfica en dichas tierras del nuevo mundo,-- pero que trabajaron
y explotaron--, pues las convirtieron en el asiento de la nueva nación soberana
y en la nueva República norteamericana, ahora con hombres libres e
independientes, con respecto al Imperio británico, pues, simplemente, se
separaron de Inglaterra, cuales malos hijos que ya no querían ayudar a su madre
patria. Aquí no había lugar para ‘Democracia’,
aquí había lugar para la República, o
el paraíso de las oportunidades en igualdad social, pero solamente para la raza blanca, y odiando y explotando malevamente
a la raza negra, sean esclavos o no; y ese fue el “espíritu” en los Estados Unidos cuando empezó su
historia como República independiente.
Recordemos que,
los Estados Unidos cuando ya
República, no cargaban el peso y la enrevesada tradición histórica del mundo feudal europeo; la República de los Estados Unidos, es el
producto de la no existencia del obscuro
y extenso feudalismo europeo como historia inmediata anterior, y esto es
importante relievarlo, fijarlo y precisarlo, porque el PARLAMENTO es una creación del FEUDALISMO, el parlamento es una creación feudal, no apareció en la
época moderna o contemporánea, --así lo
desarrollé en mi anterior trabajo sobre la revolución burguesa capitalista en
Inglaterra, siendo que el emergente y moderno capitalismo inglés, se apropió y se
adueñó del Parlamento feudal, y le
dio nuevo contenido y funciones, precisamente, para impedir que cualquier poder
ejecutivo se atreva a fiscalizar, controlar, regular o someter al capitalismo--,
por lo tanto, las élites dominantes en la nueva República norteamericana, y/o la plutocracia esclavista
estadounidense republicana, astutamente, copian a su manera y requerimientos, a
la institución del Parlamento
capitalista inglés, --que no tenía ninguna tradición, ni referencia
política material y concreta, y previa, en los Estados Unidos en modo alguno--,
solamente para proteger sus intereses como capitalistas y hombres de negocios y
de riquezas, en potencia, en acción y en proyección.
En suma: la República norteamericana se crea, se
funda, y se constituye y se proclama, con la razonada y bien calculada intención
de proteger los intereses de los capitalistas y plutócratas esclavistas
fundadores, y a la vez, de darle al pueblo de raza blanca, todas las garantías y facilidades para desarrollar el “espíritu
de igualdad social”, --que tanto alaba Tocqueville--, al parecer, su lema republicano independiente
original era: ‘El sol alumbra para todos
los de raza blanca, nunca para los negros’.
Repito: la ‘Democracia’, no era necesaria, ni
pertinente, no tenía lugar ahí, porque a los negros nunca les darían poder
público político, ni mucho menos derechos y libertades, y, menos aún calidad de
ser humano; lo que esa sociedad
dominante de raza blanca reclamaba, era LIBERTAD y GARANTÍAS de
que las oportunidades eran iguales para todos, y que todos podían hacer
realidad su sueño, siempre que fuesen de raza blanca; eso fue, lo que no quiso
captar ni percibir, el sabio francés Alexis
de Tocqueville, quien toma la sesgada fotografía social que nos muestra en
su clásica obra: ‘Democracia en América’,
y a la que se refiere en forma precisa GS
en la obra bajo comentario. Romanticismos, silencios y complacencias, para
menor gloria de la Ciencia Política
grande.
Entonces, queda
claro que, los EE.UU., se convierten en República,
--alejando a la ‘Democracia’ de su
obra fundante y fundada--, para cercar y marcar la cancha, o el territorio
donde abundaban las riquezas, y el capitalismo original, deseaba sentar sus
reales con total y absoluta independencia, autonomía y autodeterminación, sin
externa injerencia de nadie, y sin pagar impuestos a ningún imperio opresor y/o
militar extranjero; y de paso, la REPÚBLICA
norteamericana es el sistema y el régimen y el marco político y jurídico y
social, donde los connacionales tienen todas las garantías y libertades y
derechos públicos, para hacer realidad el mundo de las oportunidades sin fin y
sin cortapisa, crean entonces una sociedad preocupada en cultivar y hacer
florecer el “espíritu de igualdad” para todos, menos para los negros, sean
esclavos o no, y a eso lo llama equivocadamente ‘democracia social’ el sociólogo francés Alexis de Tocqueville.
La nueva República estadounidense rechaza a las ARISTOCRACIAS en lo social,
--exclusivamente en lo social, y me apresuro en remarcarlo y remacharlo, porque
más adelante aparecerán los aristócratas multimillonarios monopolistas
norteamericanos: Andrew Carnegie en
el acero, John D. Rockefeller en el
petróleo, Cornelius Vanderbilt en
los ferrocarriles, J.P. Morgan en
las finanzas y en la energía--, el repudio a las aristocracias en lo social, y
en firme, y marcando así total diferencia y en directa oposición con la madre
patria Inglaterra, es lo que le da peso y perfil y personalidad a la nueva
República norteamericana, entonces tenemos a la NUEVA REPÚBLICA con estructura
social horizontal opuesta a todo verticalismo odioso y divisor; en Estados
Unidos nace la REPÚBLICA como un ethos
o como un nuevo modo de vivir y convivir como condición general de la sociedad;
es decir que, se privilegia la ‘igualdad
de estima’, donde todos se tratan como iguales, salvo a los negros, sean esclavos o no. Es la
República de las contradicciones, o la República de la mayoría dominante de
raza blanca, que impone su ideología y sus creencias haciéndolas pasar por
progreso, paz, felicidad y libertad.
Y precisamente,
la creación de la REPÚBLICA PARA Y DE LA
RAZA BLANCA, --(racista y discriminadora de gen, de oficio y de inicio)--, en
los nacientes Estados Unidos en 1776 hacia adelante, de espíritu y economía esclavista, con activa y potente
discriminación contra la raza negra, --(sea esclava o no)--, y contra otras
razas que amenacen la expansión y riquezas de la raza blanca, es lo que
demuestra la continuación cultural fundamentalista dominante europea en el
nuevo mundo; nos guste o no, aquí tenemos el nacimiento de la República plutocrática esclavista lockeana liberal,
--y que el gran sociólogo francés Alexis
de Tocqueville, en su clásica obra ‘Democracia en América’ y con tanta
perspicacia e inteligencia, no desarrolla, ni relieva, ni tampoco GS--, tal como lo desarrollé en otro
trabajo de mi autoría, cuando desarrollé las revoluciones del mundo moderno y
contemporáneo.
‘Democracia’ enana y sin Estado en Grecia vs. ‘Democracia’
gigante y con Estado capitalista
Está muy claro,
que el mismo GS reconoce que es
tarea harto difícil y menudamente ardua, el tratar de definir la ‘Democracia’, no es simple ni fácil,
dice taxativa y expresamente, en la obra bajo comentario aquí. Y precisamente
esa dificultad reside en que no se sabe qué
es; y cómo es; y cuándo es; y para qué es. Es que ‘Democracia’
a mi modesto criterio, es simplemente un concepto demagógico de los políticos de ayer y de hoy, para engañar y
estafar al pueblo, y ocultar siempre y eternamente, otros poderes dominantes
elitistas u plutocráticos, como lo expresé líneas arriba. Entonces, el concepto
‘Democracia’ como ‘Poder del pueblo’ a secas, es
inasible, indefinible e irrealizable, en el fondo como en la forma, y el mismo GS con toda su experiencia y saber
politológico, comienza a desmontar las posibilidades y proyecciones y
connotaciones de ello, y encuentra reparos, cuestiones, limitaciones, peligros
y romanticismos tontos; no es realizable, ni aun conceptualmente hablando.
Inclusive, para
darle potencia y grosor y garra, a sus argumentos cientistas, GS se remonta hasta los orígenes
históricos y políticos de la llamada ‘Democracia’, y se pronuncia diciendo y
afirmando, que las experiencias democráticas en pequeño, son totalmente
diferentes, a las democracias en grande de nuestro tiempo, marcando distancia y
salvándose de hacer el ridículo, en sus desarrollos históricos y argumentativos
bajo comentario. No solamente eso, el buen GS
taxativamente sentencia: que la humanidad ha penado por más de dos mil años,
para establecer un vínculo entre la democracia en pequeño, y la democracia en
grande, y que no se puede esperar de la democracia en grande, lo que se obtiene
de la democracia a pequeña escala.
En buen romance,
lo que nos quiere veladamente decir GS
es que, la ‘Democracia’ fue un
acontecimiento aislado y particular de
y, en, la historia de las antiguas ciudades
griegas, y que no eran Estado
además; o sea, y repito: lo que nos quiere decir en pocas palabras, es que la ‘Democracia’ fue un exabrupto político,
de venganza y retaliación; y un accidente histórico griego antiguo, por exceso
de abusos e injusticias contra los más
débiles; fue en Grecia la ‘Democracia’,
un escenario político sin trascendencia, una banalidad o fruslería histórica
política, que se ha recogido y relievado, solamente para fines ideológicos y
demagógicos, después de más de dos mil años, a fin de encubrir reales poderes
elitistas dominantes capitalistas, en la era moderna y contemporánea, bajo la
careta buena, romántica, inocente, generosa y bonachona de la mal llamada ‘Democracia’ a favor del pueblo, y en
contra de la malvada, brutal e injusta
Monarquía feudal.
Asimismo, es
sabio y previsor GS cuando nos dice
que no se puede esperar nada entre la democracia
en pequeño, y la democracia en
grande, ya que, en verdad de verdades son fenómenos totalmente diferentes,
la democracia enana o pequeña tiene
connotaciones y proyecciones y contenidos pequeños, enanos, muy limitados y
concretos, y fue para un contexto y coyuntura histórica y política muy
específica e intransferible; y no tiene absolutamente nada que ver con la democracia gigante de nuestros días;
son dos cosas totalmente diferentes que en vano se les llama ‘Democracia’; aquí pues, yace el engaño
y la estafa demagógica e ideológica que se agita y que se difunde, desde la
edad moderna y contemporánea, por el liberalismo
ideológico que protege y abre trocha, al agresivo capitalismo dominante de ayer y de hoy, el mismo que se enfrentó a
la dura monarquía feudal, de economía cerrada y agrícola.
La ‘Democracia’ gigante de GS es no democracia, es entuerto y
timo político, eso es lo que el maestro italiano de la Ciencia Política grande nos advierte con mucha claridad, por eso
afirma taxativamente que hace más de dos mil años que se viene buscando
afanosamente el vínculo entre la democracia
pequeña y la democracia gigante,
y no han encontrado absolutamente ningún vínculo, precisamente porque la democracia gigante, es la estafa más
gigante, contra las mayorías, haciéndola pasar por el celestial paraíso, y el
bíblico maná, llamado ‘Democracia’,
así de sencillo y de fácil.
Por todo ello, GS nos dice lo siguiente, en forma
taxativa, en la siguiente cita:
“Llegamos a la relación entre liberalismo y
democracia. ¿Qué nace primero? Si ponemos como cabeza a los griegos, la
democracia es antigua, el liberalismo es moderno. Pero si nos referimos a la
democracia de los modernos, entonces el liberalismo viene primero y la
democracia después. También es cierto que las vías nacionales a la democracia
varían. En Francia, se puede sostener que ‘el
liberalismo siguió a la democracia y fue su corrección y superación’
(Gentile, 1955, p. 6). Lo que no quita que la secuencia histórica primaria sea
y permanezca que el liberalismo precede a la democracia de los modernos.”
Queda muy claro
entonces que, el Liberalismo es el
papá de la democracia moderna, y el Liberalismo no es otra cosa que la
ideología suprema del capitalismo comercial y luego industrial europeo, quien
es el que engendra a la ‘Democracia’. El LIBERALISMO es el padre de la ‘Democracia’ europea moderna y
contemporánea, y por lo tanto de su derecho
constitucional.
La ‘Democracia’
lleva en su esencia la exclusión social, política y económica
Recordemos que
el mismo GS, afirma expresa y
taxativamente en la obra bajo comentario, que la definición de ‘Democracia’ en su acepción literal,
obliga a la EXCLUSIÓN, en cuanto a
la impostergable, obligatoria y necesaria pregunta: ¿Quién es pueblo?
Y esto es
central, fundamental y trascendental, para establecer qué es ‘Democracia’, --y que no se dice
normalmente--, pero, lo cierto es que,
‘Democracia’ como ‘poder del pueblo’,
o sea, en su acepción estrictamente literal, exige como petición
de principio, establecer, esclarecer, fijar y determinar, de arranque: ¿Quién es pueblo?.
Y aquí está la
respuesta entonces, --y que se cae de madura--, del por qué, en la naciente República norteamericana se oficializa
el concepto REPÚBLICA, más no el de DEMOCRACIA, --como muy bien lo
puntualiza el mismo GS en la obra
bajo comentario--, y es que la jugarreta teórica, y la astucia ideológica del
capitalismo, y de la plutocracia, y/o terrateniente oligarquía estadounidense, fue
que: evitó por todos los medios establecer, fijar, o permitirse llegar a las
puertas de la definición de: ¿Quién es
pueblo?, porque no les convenía en modo alguno, ya que eran esclavistas y
racistas y discriminadores feroces, y que su riqueza también se basaba, en la
explotación salvaje de la raza negra, sea esclava o no. Entonces hoy, los
ignorantes que alaban a la democracia
norteamericana no saben ni de lo que están alabando, y los que lo saben,
son personas reprochables y peligrosas, en muchos ámbitos, esferas y
calificaciones. En el Perú Republicano, que nació esclavista también, la
situación fue muy parecida, en cuanto al esclavismo
que recién fue abolido a mitad del siglo XIX por el presidente Ramón Castilla.
La gran pregunta
sigue siendo: ¿De qué Democracia
hablamos?, y sobre todo: ¿Quién es
pueblo?.
Para limpiar,
connotar y hacer brillar al concepto:
‘Democracia’, obviamente que lo primero que se tiene que hacer es fijar,
determinar y establecer, de una vez por todas, y en forma precisa, limpia y
brillante: ¿Quién es pueblo?, porque
si no se hace eso, pues simplemente: ¿De
qué Democracia hablamos?, y en el peor de los casos: no hay democracia en modo alguno.
Si ‘Democracia’ es ‘Poder del pueblo’, pues entonces, lo mínimo que se tiene que
hacer desde el inicio, es establecer: ¿Quién
va a tener el poder?, en forma precisa,
¿quién es el pueblo?, que va a manejar y detentar y desplegar poder. Si no
se hace eso, entonces no hay democracia,
y se establecería un régimen anárquico, e incontrolable y nefasto de la
peor laya.
Vayamos, y
veamos un poco más allá, y realmente nos daremos cuenta que, quiénes
determinan: ¿Quién es pueblo? No es
nada más, ni nada menos, que las élites
de poder, --tal como la ciencia de la historia lo ha probado mil veces--,
quienes a su antojo y capricho, y con su poder fundante, imponen la democracia moderna liberal que a ellos
les conviene y les interesa y les viene a bien; y además designan: ¿Quién es pueblo? A su libre albedrío,
capricho y conveniencia, así de sencillo y de fácil. Y eso no lo dice GS, obviamente, silencios para menor
gloria de la Ciencia Política grande.
Entonces: ¿De qué Democracia hablamos?, y sobre
todo: ¿Quién es pueblo?, pues, la
respuesta la tiene el Derecho
Constitucional liberal, que para eso se ha creado, para hacer lindas proclamas,
y bellos preámbulos, y románticas declaraciones sacras y constitucionales, y
mil florilegios ideológicos más, jurídicamente impecables, y santificadas y
oleadas y ungidas, como magnas y supremas cartas políticas inviolables y
respetables, pero lo que realmente se hace con el derecho constitucional liberal, --de dominio del capitalismo--, es: crear la Democracia que conviene a los grupos de poder dominante interno y
externo, y no definir, o definir mal, e interesadamente: ¿Quién es pueblo?; la Constitución Política peruana de 1993 es un
claro ejemplo de ello, en cuánto al Poder
Judicial, se dice que emana del pueblo, pero esto es más falso que
inexistente moneda de 3 unidades, ya que nunca se cumple, ni nunca se cumplirá,
ni menos se implementará, porque a los grupos de poder dominante no les
conviene, y así como esa trampa y maña y cucaña constitucional liberal, existen
cientos de ellas, solamente en la constitución política peruana que birla y
estafa y engaña ostensiblemente, haciendo creer que vivimos en ‘Democracia’; y así sucede en todo el
mundo occidental democrático desde el siglo XVII hasta la fecha.
De otro lado,
volvemos a preguntar: ¿De qué Democracia
hablamos?, y sobre todo: ¿Quién es
pueblo? y los interesados en servir a los grupos de poder de todo tipo y laya, nos responderán al unísono y
en coro altisonante que, la Democracia no
puede existir sin los partidos políticos,
y qué el pueblo está debidamente representado en el Parlamento vía sus partidos políticos, los mismos que enaltecen y
fortalecen la democracia. Y ya sabemos hoy, que esto es falso, que es mentira y
que es estafa. Vale decir, que la
democracia de la que hablamos hoy, es la democracia de los partidos políticos corruptos tanto de izquierda
como de derecha, --y que ya perdieron su capacidad de ser intermediarios entre
el pueblo y el poder central--, la democracia
gigante de hoy es la democracia de
la corrupción; y cuando hablamos de: ¿Quién
es el pueblo?, sin temor a
equivocarnos, decimos que el pueblo es
la ciudadanía secuestrada, birlada y estafada por un parlamento signado por la
delincuencia política, la mafia descarada, el narco y la corrupción
sistemática, coadyuvada principalmente por los partidos políticos, y esto se puede comprobar exacta, precisa y
puntualmente, en el sistema político peruano de la fecha. Hechos son hechos, lo
demás es ilusión.
La ‘Democracia’ lleva en su esencia la
exclusión social, política y económica, eso está más que probado hoy, por ello
mismo, ahora deviene en peligrosa y dañina para las grandes mayorías, así de
simple y de sencillo. Las ‘Democracias’
de hoy son excluyentes en lo social, político y económico, porque los grupos de
poder interno y externo, las plutocracias y monopolios imponen su ‘Democracia’ elitista a las grandes
mayorías, y ello está probado y denunciado, inclusive hoy, por importantes
académicos de importancia universal; al margen de lo que digan togados ‘politólogos’ procedentes de
universidades y facultades de ‘renombre’,
que solamente se han convertido en altoparlantes de los grupos de poder
dominante, que los financian; y lo peor, es que estos ‘politólogos’ se creen los dueños y árbitros de la ciencia política, y de las
‘investigaciones’, y quieren pontificar con sus estafas, timos y engaños
torpes. Já.
‘Democracia’ es soportar opiniones de ignorantes,
conspiradores y demagogos
Otro de los
grandes problemas, y la gran limitación de hierro de la ‘Democracia’, es que precisamente la tantas veces aludida ‘Democracia’ devenga en una cuestión eminentemente
DECISIONAL tal como lo sentencia el
gran maestro de maestros GS, quien
además agrega que, cambiar de opinión es la expresión de la ‘libertad’, y que el ‘respeto a la oposición’ es una
posición soberana en las democracias,
como verdad de Perogrullo, viejo aserto que de tanto repetirse siempre se
olvida.
Y es que aquí
tenemos, --o estamos al frente--, del gran negocio del cambio de opinión, el cambio o la variación de las opiniones, la
esfera decisional. Y es aquí donde entra la gran maquinaria de la manipulación de opiniones públicas, que se
realiza también con los grandes medios de comunicación social, --aunque me
apresuro en consignar que, dentro de ese gran bloque manipulador de opiniones
públicas, existen discrepancias, divergencias, rivalidades y competencias de
intra-poder--. Y esto es una constante en todas las ‘Democracias’ liberales, donde se instalan y se constituyen las
grandes maquinarias manipuladoras de la opinión pública, aunque algunos autores
niegan la existencia de la opinión
pública, lo cierto es que existe, porque si no, no sería el gran negocio
multimillonario de hoy, y la grande preocupación de los grupos de poder
dominante, el de buscar y querer manejar totalmente o súper mayoritariamente,
la gran maquinaria de la manipulación de opinión pública.
Y es que, ‘Democracia’ es también, soportar
opiniones de ignorantes, conspiradores y demagogos; cuando probado está, que
para opinar de política en ‘Democracia’,
cualquier opinión debe respetarse, y lo probado también es, que pocos
ciudadanos conocen de lo que hablan en política y sobre política, la gran
mayoría vive desinformada del devenir y de los entramados profundos e intensos
e imbíbitos de la gran política; un gran científico, o un respetable médico o un
célebre arquitecto, todos ellos, serán muy eficaces y eficientes y competentes
en sus respectivas profesiones, pero en materia de política, pueden ser unos
perfectos ignorantes, imagínense las opiniones del pueblo llano, que con las
justas tiene para alimentarse en el día a día, y que vive normalmente
desinformado, del discurso y curso político del día a día.
Precisamente,
ahí reside el quid del gran negocio multimillonario de la manipulación de la
opinión pública, que de todas maneras se presenta obligatoriamente en las ‘Democracias’ liberales. Y es que en
verdad de verdades, los grupos de poder elitistas dominantes, en modo alguno
van a permitir que la opinión pública
sea manejada, por pareceres de ignorantes, conspiradores y demagogos, que no
sean de su entorno de interés, así de simple y de sencillo. El poder político siempre estará asociado
a grandes grupos de poder mediático, siempre y por siempre. Y precisamente por
ello, el gran GS dice expresamente
que: “La democracia es gobierno de
opinión, un gobernar fundado en la opinión”. Y si lo dice GS es porque es notoria la debilidad y levedad y liviandad de lo que se llama ‘Democracia’ si se maneja o se
gobierna, por la siempre tornadiza, cambiante y caprichosa opinión, cuánto más débil y leve y liviana sea la ‘Democracia’, más fácil será
manipulada, manejada y direccionada, por los grupos de poder dominante, quienes
siempre estarán premunidos de poder mediático, y manejarán a la opinión pública;
ellos son, quienes saben bien, y muy profesionalmente: introducir, inocular,
sugerir, imponer y fijar sus ideas y opiniones e intereses, no sólo en las
campañas electorales, también en el día a día, y sistemáticamente, en los
diferentes sectores, campos y áreas de la reproducción social, ideológica,
política y mediática.
Entonces, ahora
estamos en buena disposición de hacer recordar que el buen GS acierta bien cuando afirma que, en la OPINIÓN PÚBLICA hay
‘INFLUYENTES e INFLUIDOS’, obviamente, a eso me refiero exactamente: son
los grupos de poder dominantes elitistas, los que siempre mantendrán firmemente
su postura de ‘influyentes’, y para
eso y por eso es que, invierten millones de millones de dólares, en aceitar y
afinar y actualizar siempre, a su maquinaria manipuladora de la opinión pública,
--ahora ya está más que probado que la CIA,
financió con millones de dólares, a importantes medios de comunicación sociales
chilenos, para traerse abajo o derrocar, al presidente constitucional
socialista Salvador Allende,
manipulando la información, y manipulando a la opinión pública, como en muchos
otros episodios históricos debidamente probados y documentados--, siendo que
dicha maquinaria manipuladora, abarca mucho más allá que los medios de
comunicación masivos.
Y precisamente, GS, un experto, estudioso y conocedor
a fondo de este fenómeno, --que infla o insufla a la ‘Democracia’, como es la opinión pública--, afirma taxativamente
que:
“La base de la información de las grandes masas es de
una pobreza asombrosa y desalentadora”.
Esta
comprobación y afirmación, de nuestro glosado GS, confirma pues, la tesis que venimos aquí desarrollando. Pues,
son las élites o grupos de poder dominante capitalista, los que con su
maquinaria manipuladora de la opinión pública, buscan desinformar sistemática y
racionalmente a las grandes mayorías o al ‘pueblo’, precisamente, porque ellos
dominan dicha maquinaria manipuladora de la opinión pública, que incluye
también a los medios de comunicación masivos.
En Perú, basta ver la programación diaria de
los medios de prensa grande, para
darnos cuenta como envilecen a la opinión pública con programación-basura, que
en nada edifica, ni al espíritu, ni a la conciencia ‘democrática’ o republicana, y todos los días, y a pesar que el
segundo emitido o difundido en televisión cuesta miles de dólares, sin embargo
las veinticuatro horas tenemos programación-fruslería, que prefiere dar amplia
cobertura a noticias policiales, a espectáculos, y a generar ‘cortinas de humo’ sistemáticas, para
que la desinformación de las grandes masas sea perfecta, y se ajuste a sus
fines e intereses.
Precisamente, el
objetivo siempre buscado por los grupos de poder dominantes elitistas, --dizque
‘democráticos’--, y vía su aplastante maquinaria de manipulación de la opinión pública, es lograr: Un pueblo soberano que no tenga nada que
decir, y si un pueblo que en ‘Democracia’,
--donde supuestamente el poder lo
tiene el pueblo que es el soberano--, no tiene nada que decir,
pues simplemente es un soberano vacío,
un soberano bobo y bobo soberano, un soberano no soberano: una nada,
simple y llanamente; y en esa línea se pronuncia GS, en la obra bajo comentario.
Y si un pueblo en ‘Democracia’
es un soberano bobo y bobo soberano,
entonces quien tutelará a ese soberano
bobo o bobo soberano serán los grupos de poder dominantes elitistas,
obviamente, haciéndole creer al soberano
bobo o bobo soberano que es soberano en su ‘Democracia’ boba. Así de simple y de sencillo, y ello me parece
que lo podremos comprobar con un mera, simple y laxa compulsa.
Las democracias gigantes se desarrollan en MEGALÓPOLIS, porque ya no existen las POLIS griegas, --donde en algún momento
apareció la democracia pequeña o
enana--, y las MEGALÓPOLIS, sin medios
de comunicación masivos, poderosos y totalizadores y efectivos, no se pueden
controlar bajo ninguna forma, por eso es que los medios de comunicación social
de gran alcance, y las maquinarias manipuladoras de opinión pública, son de propiedad exclusiva de las élites de poder
dominante capitalista, en las ‘Democracias’
liberales; en las MEGALÓPOLIS, --tal
como lo han comprobado y estudiado los más importantes sociólogos urbanos
modernos--, las masas, --o el ‘pueblo’--,
viven unas sobre otras, y en soledad, y despersonalizados, y por lo tanto, muy
fácilmente manipulables, y objetos de movilización, las ‘Democracias’ de hoy, son fotografías tristes y patéticas de
desconcertadas gentes que juran que son ‘soberanos’
e ‘independientes’.
Recordemos la
siguiente cita de GS, cuando dice
expresa y taxativamente lo siguiente:
“El principio democrático es que el pueblo soberano
también tiene el derecho de equivocarse (si no, ¿qué clase de soberano sería?).
Pero si el pueblo tiene el derecho de equivocarse es deshonesto inducirlo a
equivocarse. Y el demagogo está atento precisamente a eso: es el manipulador
por antonomasia.”
Me da la
impresión que GS peca de ingenuo a
veces, cuando nos habla de combatir las mentiras del demagogo o agitador político,
y es que en política no es igual que
la regulación del mercado en el sector económico, ya que en la POLÍTICA de la ‘Democracia’ liberal, normalmente y como hierba del campo, aparece
el político desleal, mentiroso y demagogo, que siempre vive impune, y no
solamente eso, resulta premiado de muchas maneras por el propio sistema ‘democrático’ liberal, y repetimos, no
solamente eso, si no que legalmente no se le puede impedir su actividad
demagógica, marrullera, enredadora y estafadora, que envenena a la propia ‘Democracia’ liberal, --en Perú el
caso más típico y flagrante es el del ex presidente AGP y jefe del Partido
Aprista Peruano, lo sigue Alejando
Toledo y una larga lista--, y GS ingenuamente
dice que, la única forma de combatirlo, es publicitar sus mentiras o su
demagogia vil, vía la advertencia; agregando que, hay que mantener vigilado al
perfeccionista o demagogo o agitador político.
Con esa posición GS está reconociendo que la ‘Democracia’ es un escenario de
aventureros, estafadores y demagogos profesionales, que no podemos eliminar o
erradicar, a lo más, podemos denunciarlos. Finalmente, como podremos denunciar
al estafador, vividor y demagogo político, si precisamente el demagogo, sabe
arrimarse a los dueños de las maquinarias manipuladoras de la opinión pública,
que incluyen los grandes medios de comunicación social, --por ejemplo el ex
presidente AGP del Partido Aprista
Peruano, muy a pesar que el mediático Grupo
‘El Comercio’ persiguió y combatió con saña a su partido en los años 40’ y
50’, y, hasta la sangre vertió en las calles por ello, pues ahora deviene en
gran amigo de dicho grupo mediático, y al parecer, hasta su protegido y
candidato político embozado--.
La ‘Democracia’ excluye, también se disuelve a sí
misma, porque ya no existe ‘Pueblo’
Otro grave fallo
o perjuicio, o inconveniente o desventaja de la ‘Democracia’, --y en la misma lectura del experto GS--, es que la tantas veces
mencionada ‘Democracia’ no es
solamente en remota teoría, el tantas veces mencionado: ‘Poder del pueblo’, sino que, --supuesto que nunca se ha verificado
materialmente, ni en la edad moderna, ni menos en la edad contemporánea--, el
tantas veces aludido ‘poder del pueblo’
tiene sus propias limitaciones, ese
supuesto ‘poder popular’, está menoscabado,
envenenado o fallado o tullido, con el expediente de las ‘mayorías sobre las minorías’.
Entonces, la ‘Democracia’, no solamente excluye
necesaria y obligatoriamente, cuando hay que definir y establecer y fijar: ¿Quién es el pueblo?; si no que, el ‘poder popular’ se ejerce NO POR TODO EL PUEBLO, sino por una
porción del pueblo, y, a esa porción popular, se le llama comúnmente ‘mayoría’, --entonces ya no hay ‘poder del pueblo’ in totum o soberanamente--, y entonces tenemos que, siempre
habrá sometimiento y dominio de ‘mayorías
sobre minorías’, menudo problema tenemos entre manos entonces.
Si hay dominio
de ‘mayorías sobre minorías’,
entonces no hay consenso, si no, todo lo contrario: conflictos, disensos,
odios, pasiones y enemistades, así de sencillo y de fácil. Y si esto es así:
cómo es que se pregona la ‘Unidad
Nacional’ en las ‘Democracias’
Liberales; cómo es que se pregona la ‘Soberanía
Nacional’; cómo es que se pregona la existencia de la ‘Nación’; cómo es que se pregona el ‘Poder del pueblo’. Repetimos, menudo problema tenemos entre manos
pues.
Para redondear
la idea, y para demolición espléndida del concepto de ‘Democracia’ como ‘Poder del
Pueblo’, pues, el mismo GS nos
dice también que, el término PUEBLO ha
desaparecido para siempre, y que solamente existió en la Grecia antigua de
pequeñas agrupaciones sociales, más no Estado; hoy, las abundantes sociedades
complejas en todo el planeta, han desaparecido al concepto pueblo, que en Grecia concibió la palabra ‘Democracia’ o ‘pueblo y su
poder’. En buen romance, olvidémonos de una buena vez, del bobo concepto de
‘Democracia’, entendido como ‘Poder del Pueblo’, eso ya no va, ya no
corre, ya no existe, ya fue. Y la gran pregunta entonces es: ¿Qué cosa es Democracia sin pueblo?, y
lo peor: ¿Quién tiene la autoridad y el
arbitrio reconocido y pontificador para definir lo que es ‘Democracia’ sin
pueblo?
Poco a poco, ya
vamos desenredando el hilo de la madeja, y ya vamos orillando al puerto de la ‘Democracia’ moderna y contemporánea, y
arribando al actuante y vigente país de la estafa, la demagogia y la corrupción
política contemporánea, bajo el manto de la sacrosanta e inamovible ‘Democracia’ liberal, y verificable orbi
et orbi; y es el mismo GS, quien
muy inteligentemente y de soslayo, nos da la clave, el santo y seña, cuando nos
dice que, realmente el ‘Poder del Pueblo’
ya fue transferido a las autoridades
representativas, y el pueblo se ha quedado sin POTESTAS o sin poder. Lo que nos quiere decir el maestro italiano GS, es que: si ya no existe el ‘PUEBLO’, entonces nada puede ceder o
transferir, lo que no existe, por lo tanto, todo es una ficción, todo es una
mentira, todo es un teatro y una estafa bien montada, por parte de las élites
de poder dominantes capitalistas, así de simple, de sencillo y de fácil. Vale
decir: a punta de ficciones, a punta de mentiras, a punta de demagogia, nos han
hecho creer, que hemos cedido poder a las autoridades representativas, y que
eso se llama ‘Democracia’.
Aquí está pues,
al desnudo, la gran estafa de la insubstancial y hueca de contenido ‘Democracia’ liberal, con un pueblo que no es pueblo; con un poder popular, que no es ni poder, ni popular; y con
la POTESTAS que nunca tuvo un pueblo
inexistente; y que por lo tanto, el PODER
REAL Y CONCRETO, de hecho y
siempre, estuvo en las manos de las élites dominantes capitalistas, las mismas
que nunca cedieron PODER en modo
alguno, a nadie, ni a nada; y solamente, lo que hicieron dichas élites de poder
capitalistas fue, hacer la teatralización, la estafa y la demagogia, de la
falsa transferencia de poder del pueblo hacia las autoridades, bajo la ficción jurídico-constitucional
de la REPRESENTACIÓN POPULAR; cuando
ni hubo transferencia de poder de pueblo alguno, ni hubo pueblo, ni hubo POTESTAS del pueblo jamás. Así de
simple y de sencillo. Por eso, en su sabiduría GS nos dice que: “Literalmente,
la DEMOCRACIA resuelve los problemas ignorándolos”, y, además, --agrega el
famoso politólogo, de la universidad de Florencia y Columbia University--, que, y para no olvidarlo y anotarlo en
piedra: “La trampa está en la elección y
en la representación”.
La ‘Representación Popular’ es el veneno de las ‘Democracias’
liberales
El sistema de ‘Representación Popular’ de la ‘Democracia’ liberal universal, ha fracasado y ha colapsado
absolutamente; las grandes mayorías en las ‘Democracias’
occidentales liberales, ya no se sienten representadas políticamente por sus
autoridades en muchos países; y en el caso peruano, la ‘Representación Popular’ hace muchos quinquenios que ha perdido
legitimidad en la opinión pública;
tan es así, que el sistema de la ‘cifra
repartidora’ ha superado a los mismos partidos políticos; y los partidos políticos han entrado en
crisis terminal, y en grave descrédito y corrupción ostensible; es más, los
mencionados partidos políticos en Perú, ya no son intermediarios entre las
grandes mayorías y el poder central; y lo que es peor, ya no existen partidos
nacionales.
Aquí estamos
entonces, bailando sobre el cadáver de la ‘Democracia’
liberal, eso es precisamente lo que venimos haciendo hace décadas, pero los
grupos de poder dominante capitalista,
se aferran con uñas y dientes, a su viejo sistema político, colapsado,
ineficiente, ilegítimo y en descrédito absoluto. Lo que les interesa solamente,
es enriquecerse sin pausa, como siempre, y ahora apelan al entretenimiento y a
la estafa sistemática mediática, para alargar lo más posible a su ‘Democracia’ que ya no seduce, ni interesa
a las grandes mayorías.
Los ‘Partidos políticos’ se han convertido,
en maquinarias mafiosas de enriquecimiento rápido y fácil, usando a los
gobiernos y parlamentos, y a otras instancias republicanas, y, con insultante y
descarada impunidad, y son los brazos legales, de las élites de poder dominante
capitalista, y de otras organizaciones mafiosas y criminales, incluyendo al
narco, quienes convergen todos en el Parlamento,
para hacer el gran teatro de la estafa de la ‘oposición democrática’, o la opereta bufa ‘Democrática’ en general, cuando en realidad lo que están haciendo
en el Parlamento, es cuidar muy bien los intereses, de los grupos de poder
dominante capitalista, en última instancia.
Entonces, nunca
se equivoca GS, cuando nos dice en
la obra bajo comento, que aquí hay un grave problema de crisis aguda y puntual
y precisa, toda vez que la política
exige adhesión y participación; y precisamente en las ‘Democracias’ liberales moribundas de
hoy, la adhesión y la participación ya no es por ideológica convicción republicana, o por filones
doctrinarios y teóricos políticos de mejora de países y naciones; la adhesión y
la participación política de ahora, es motivada más, por la peligrosa y
proditora conveniencia de grupos políticos y económicos y sociales, donde cada quien,
busca lograr sus intereses en desmedro de otros, y del país en general, o sea,
nos estamos dirigiendo directamente al barranco o al despeñadero.
Harto conocido
es, que la militancia partidaria de
los más importantes partidos políticos,
no es mayoritariamente conformada o integrada, por ciudadanos de clase media
respetables, capacitados, decentes y dignos; la militancia gruesa y operativa y
callejera de los partidos políticos
de hoy, está conformada por el ignaro populacho, por cuadras de lúmpenes sociales
y políticos, por cerriles chiquilicuatros, que lo único bueno que tienen es su documento
de identidad electoral, nada más; en Lima son cinco millones de pobres, --que
son capaces de vender lo que sea, con tal de ganar el menú del día, porque el
hambre los enloquece--, de una población total de 10 millones de habitantes. Y
en provincias, se ha verificado en las veinticinco regiones, que ante la
nulidad operativa de los partidos nacionales, --acusados de corrupción grosera
cuando fueron gobiernos--, se han constituido movimiento regionales financiados
por el narco mayoritariamente, o por las mineras, o grandes grupos de
poder,--porque realmente la ciudadanía honesta y preparada, no tiene los
recursos económicos, para hacer campañas electorales, dinero que sí tiene y
derrocha a manos llenas el narco, y los grupos de poder, para hacerse de los
gobiernos regionales, aliados con partidos políticos mafiosos que tienen
representación parlamentaria--, y que solamente llegan al poder regional y
municipal, para delinquir escandalosamente.
Tampoco se
equivoca GS cuando nos dice que hablar
de DEMOCRACIA es hablar de SOBERANIA POPULAR, IGUALDAD y AUTOGOBIERNO, y que ‘Democracia’ sin autogobierno, no es
democracia; y que en las ‘democracias
grandes’ no hay autogobierno, sino gobierno indirecto a través de representantes. Pero obviamente que
esta afirmación de GS, es más prescriptiva que descriptiva, es más mentirosa que verdadera, es más ideal que
material; porque en la realidad nuda y ruda, pura y dura, verificamos que no
existe la soberanía popular, ya que
la ciudadanía de las grandes mayorías, no decide nada de nada, en los ámbitos
públicos; es más, el mismo Derecho
Constitucional, y el aparataje
político-jurídico estructural, se ha hecho precisamente, para que se ahogue
y muera, todo resquicio de ‘soberanía
popular’, salvo ir a votar cada cinco o cuatro años, en las ánforas, y con
las opiniones bien manipuladas con antelación, --en un gran teatro electoral
dizque ‘Democrático’--.
La igualdad es lo que menos existe en las ‘Democracias’, desde el momento en que
la propia ‘Democracia’ es y tiene
que ser excluyente, para definir en
primer lugar: ¿Quién es el pueblo?,
y como quiera que ya no existe ‘Pueblo’,
como ya lo analizamos líneas arriba, entonces de qué IGUALDAD hablamos; aquí hay otra gran estafa y engaño, que no se
quiere analizar y profundizar por muchos ‘politólogos’
del sistema, que inclusive se creen y se consideran árbitros de la Ciencia Política. Já.
Si no existe ‘soberanía popular’, --tal como lo
prueba y lo afirma GS, desde el
mismo momento en que niega la existencia actual de ‘Pueblo’, que es el insumo primevo de la ‘Democracia’--; si no existe ‘igualdad’,
--tal como lo hemos probado ut supra con los mismos argumentos
de GS--; si la ‘Democracia’ de por sí y esencialmente es excluyente, --tal como lo prueba y lo afirma el mismo GS--; si no hay ‘Pueblo’ ni mucho menos ‘poder
popular’, --tal como lo prueba y lo afirma también GS, y lo desarrollamos ut supra--, entonces de qué ‘Autogobierno’ popular hablamos, eso no
existe en términos reales, concretos y materiales, simplemente no existe, e
igual suerte corre el concepto de ‘Representación
popular’.
Las ‘Democracias’ liberales nacieron sin autogobierno popular desde su origen,
--es más, fue creada la ‘Democracia’
liberal, para estar alejada del poder
popular--, los que siempre gobernaron sus intereses, y el de las grandes
mayorías dentro de la ‘Democracia’
Liberal, fueron los grupos de poder
dominante capitalista, y en la historia probado está. Y precisamente el
gobierno de los grupos de poder dominante capitalista, se inició y se consolidó,
y se fortaleció y se expandió, y se aceró, con el sistema de la REPRESENTACIÓN PARLAMENTARIA.
Desarrollé en
otro trabajo in extenso, cómo es que el liberalismo
o el capitalismo, utiliza el PARLAMENTO para defenderse de cualquier
ataque, o simplemente, de la más mínima amenaza a sus intereses, por parte de
cualquier Poder Ejecutivo, sea por
la vía del control, la fiscalización, la regulación, la limitación o la
neutralización; astutamente, el
capitalismo con su ‘Democracia’
Liberal, lo primero que hicieron fue adueñarse del PARLAMENTO FEUDAL quitarle sus viejos contenidos y formas, y
llenarlo cual odre viejo con vino nuevo, con los nuevos conceptos liberales lockeanos, y convertir al PARLAMENTO LIBERAL en el defensor fortín inexpugnable de los
intereses capitalistas, probado en la historia está; entonces GS se equivoca o miente, o simplemente,
no quiere pelearse con el sistema dominante, cuando dice que ‘Democracia’ es autogobierno, y
representación.
En otro momento, nuestro comentado GS, sentencia expresa y taxativamente que, para que el PUEBLO TENGA PODER la condición
irrenunciable es: que el pueblo impida cualquier PODER ILIMITADO. Y la gran pregunta de oro y de diamantes, y que
no menciona, ni quiere responder GS es: ¿Cómo el ‘pueblo’ inexistente, --tal
como lo prueba y afirma el mismo GS--, puede impedir al PODER ILIMITADO? Si
precisamente, como lo hemos afirmado ut supra: las ‘Democracias’ liberales desde el siglo XVII, nacieron sin autogobierno
popular, desde su origen y adrede y razonadamente. En otras palabras: La
‘Democracia’ liberal tiene como objetivo central, esencial y trascendental,
estar alejado de cualquier forma de poder
popular, que pueda amenazar los intereses de los grupos de poder dominante capitalista, y en la historia probado
está, y para ello utilizaron y utilizan, a los partidos políticos, al
parlamento, y a los medios de comunicación social masivo. Para eso sirve la
famosa ‘Representación Popular’,
para que nunca nazca, ni crezca ni se fortalezca, el deseo y la aspiración de
ejercer ‘PODER POPULAR’, así de
sencillo y de fácil.
Y sobre el
punto, nos parece idónea la siguiente cita de GS, donde taxativamente nos dice lo siguiente:
“… cuando el término resurge lo hace para diseñar una
realidad totalmente nueva: nuestras democracias son, en realidad democracias
liberales.”
“Los regímenes ‘constitucionales’
son los regímenes ‘liberales’. Así
es. La política liberal, y el constitucionalismo, son la resolución del
problema de la libertad en el contexto de la libertad constitucional.”
Con ello
entonces, estamos probando absolutamente todo lo que hemos afirmado en el
presente ítem. La ‘Representación
popular’, la ‘majestad del parlamento’,
la ‘separación de poderes’, la ‘investidura presidencial’, ‘inmunidades’, y etc., etc., etc., no
son sino, palabrejas jurídico-constitucionales que lo que buscan es proteger a
toda la maquinaria política de ataques que lo sacudan y remuevan, pero sobre
todo, para evitar cualquier forma o resquicio de ‘Poder Popular’ en términos reales. Y eso, por decir lo menos.
‘Democracia’ no es consenso, es conflicto, exclusión y
alejamiento del poder popular
Ahora repasemos
el otro tema, no menos importante en la afirmación de GS, cuando nos dice, --siempre en la obra bajo comento--, que el
concepto de consenso, es muy
conflictivo en las democracias, ya que las sociedades son consensuales, y
también son conflictivas, y por lo tanto el consenso social no es necesario, y
la ‘Democracia’ exige CONFLICTO, es más, la democracia es fortalecida y extendida
por el conflicto. Dicha afirmación es muy importante, y son palabras mayores,
porque nos muestra otra faceta no romántica, ni meliflua, ni dulzona de la ‘Democracia’.
Si nos atenemos
a lo que nos dice GS, entonces la ‘Democracia’ se fortalece con el
conflicto y se extiende por el conflicto. En buen romance significa, que la ‘Democracia’ necesita del conflicto
para ganar músculos, fuerza, poder y extensión. Si esto es así, entonces ‘Democracia’ como ‘Poder del pueblo’ significaría poder popular para enfrentar conflictos internos con fuerza y
tenacidad y resistencia; o sea, la
‘Democracia’ es campo de batalla entre los mismos miembros de la agrupación
social que buscan poder interno; el pueblo
se divide en dos o más contendientes, y disputan el poder, o disputan por lo
que sea; el conflicto como democracia y
la democracia del conflicto. Y si
avanzamos mucho más, podríamos decir que ‘Democracia’
es el ganador y victorioso en el conflicto de poder interno, entonces ya no
sería la dicotomía ‘mayoría y minoría’,
sino ‘vencedores y vencidos’, y la ‘Democracia’ se debería entender como
el campo de batalla permanente por la victoria del tornadizo poder popular. La
paz y el sosiego y la estabilidad políticas, serían cosas accidentales y
coyunturales. Realmente, no estoy de acuerdo con esta afirmación de GS que estamos desarrollando.
Cuando afirma GS que el consenso no es necesario,
indica que la ‘Democracia’ no está
hecha, o no está en su naturaleza y esencia, el buscar consenso, sino
alimentarse de conflictos, porque eso le da fuerza, y no solamente le da
fuerza, si no que la ‘Democracia’ se
expande con el conflicto. Estas afirmaciones de GS, significan romper el saco de oro de la ‘Democracia’; atender a estas afirmaciones del maestro italiano,
destruye finalmente a la ‘Democracia’,
y la condenan a la desgracia, y le quitan toda seducción, atracción y embrujo
perfumado y arrobador.
Peor aún, si
atendemos a la afirmación del mismo GS
cuando dice que el ‘Pueblo’ no
existe, --tal como lo desarrollamos ut supra--, entonces el tema
siguiente es, si ‘Democracia’ es
conflicto, y que se fortalece, y que se expande con los conflictos, ergo, la
pregunta que brinca automáticamente es: ¿Qué
‘Pueblo’ es el que hace el conflicto, si no existe ‘Pueblo’? Y si se trata
de ‘Democracia Gigante’, entonces el
conflicto también será gigante, y: ¿Cómo sería el control de éste, y quienes
los árbitros?
Nos sorprendió
el gran vacío que deja GS en este
tema, y solamente atina a decir que, la condición necesaria es el CONSENSO PROCEDIMENTAL, vale decir,
establecer: ¿QUIÉN tiene derecho a
decidir CÓMO solucionar el
conflicto? Vale decir, que todo este
gran entuerto, y tema de fondo de la
‘Democracia’, se resuelve por la vía adjetiva, por la vía formal, por la
vía procedimental. Y precisamente, el tema procedimental
es el nudo gordiano de la ‘Democracia’,
porque la gran mayoría de las ‘Democracias’
occidentales liberales, no tienen prefijados y con amplias facultades para el ‘pueblo’ o para las grandes mayorías,
los procedimientos para solucionar sus conflictos más agudos y álgidos y
críticos, en el campo social, político, económico y cultural, así de sencillo y
de fácil.
Lo que se
encuentra frustrantemente, es la ‘Democracia
de los cuellos de botella’, donde todo se entrampa y se acogota y se
envejece, en instituciones jurídico-constitucionales, que no dan soluciones
satisfactorias y objetivas e imparciales, y con ello, se favorece amplia y
extensa y profundamente, el accionar del demagogo, del delincuente político, de
las grandes mafias, y por cierto, el acerado dominio de los grupos de poder
dominante capitalistas, y sus perversas maquinarias de manipulación de la
opinión pública. En el caso peruano: ¿Cómo sacamos de inmediato del Congreso de
la República, a los parlamentarios corruptos y narcotraficantes?; ¿Cómo
enviamos expeditivamente a prisión, a los expresidentes de la República y a sus
ministros corruptos y asesinos?; ¿Cómo nos libramos rápidamente de presidentes
regionales, jueces, fiscales, magistrados y policías probadamente corruptos y
socios de mafias organizadas, incluida el narco?, etc., etc., etc.
‘Democracia’ sin participación directa popular, no es
soberanía
Lo que siempre
nos dejó muy sorprendidos y anonadados, fue la posición ostensiblemente
reaccionaria, y nada progresista de GS, cuando
aborda el tema de la Democracia
participativa, se le siente el tufo de ebriedad reaccionaria bruta, y casi
se expresa con odio hacia aquellos que quieren hacer carne, hueso y sangre la ‘soberanía popular’, leamos por
ejemplo, esta taxativa y puntual cita de GS,
cuando afirma lo siguiente:
“… el participacionismo de los años sesenta es, sobre
todo y casi únicamente, una exasperación activista por participar. El llamado a
‘participar más’ es meritorio, pero inflado sin medida sería casi como si toda
la democracia se pudiese resolver con la participación. Es una recaída
infantil, y también peligrosa que nos propone a un ciudadano que vive para
servir a la democracia (en lugar de la democracia que existe para servir al
ciudadano).”
Nosotros creemos
que GS, está totalmente equivocado,
ya que la participación popular efectiva,
es lo que hace falta, para hacer la felicidad, y el buen gobierno de las
grandes mayorías, que hoy por hoy, se sienten abandonadas, estafadas y
engañadas por los grupos de poder
dominante capitalista; por los partidos políticos; por los parlamentarios;
y por toda laya de magistrados y autoridades. Y eso es precisamente, lo que
causa la exasperación popular, que GS reaccionariamente
condena.
No se puede
hablar con seriedad, objetividad y responsabilidad de ‘una recaída infantil, y también peligrosa’, --como lo hace GS--, con respecto a la intención
seria y republicana de los ciudadanos que quieren servir a la República, a su República; cuando bien sabemos, y probado está por las ciencias
sociales, que la ‘Democracia’ nunca
ha servido bien al ciudadano; de hecho que
GS está muy de acuerdo con el sistema democrático liberal que hoy está tan
cuestionado, hasta por los más importantes académicos de diferentes ciencias
sociales.
Respaldar y confiar
en el actual sistema representativo
democrático liberal, es mostrar el pecho reaccionario, y nada constructor e
innovador, como científico social o politólogo, y pretendido filósofo-político
de los grandes sistemas y regímenes políticos, que deben propender siempre, al
bienestar y a la felicidad de las agrupaciones sociales; querer conservar
estructuras, y patrones, y argumentos desfasados, y que generan infelicidad y
desigualdad e inequidad social, como es el caso de la decrépita ‘Democracia’ liberal, corresponde a una
postura rechazable y reaccionaria que ya no tiene lugar en el desarrollo de las
ciencias sociales en general, y de la ciencia política en particular; siendo
que las ciencias sociales en desarrollo y avance, siempre significarán progreso
y desarrollo y no retrogradación, --y eso es lo que está pasando hoy con la
enseñanza de la Ciencia Política,
que estaría siendo ganada por los reaccionarios y conservadores liberales, como se puede comprobar en
muchos ámbitos hoy--. Y lamentablemente esa posición reaccionaria, es la que
ubicamos y verificamos en la siguiente cita de GS sobre el tema del caduco sistema
representativo democrático liberal, cuando expresa taxativamente lo
siguiente:
“… la democracia representativa es a menudo mal
gobierno pero de todas formas es democracia. Temo que donde llegaba a haber una
presunta superación, la democracia dejaría rápidamente de ser tal.
Concluyo entonces, que el concepto de democracia
gobernante no me parece feliz: lleva a sustituir apariencias por realidades y a
ignorar la enorme complejidad del muddling
through, del arrebatarse de las democracias de carne y hueso. Y recapitulo:
primero la llave maestra de todo es la opinión pública, la cual hoy es
potentísima pero que siempre permanece muy imperfecta y frágil. Los procesos de
opinión no comienzan desde el pueblo, pasando a examen del pueblo. El pueblo
influye pero, al mismo tiempo, es influido. Esa es la semilla que más debemos
cuidar, aunque es de lo que hoy menos se ocupa la teoría de la democracia.”
Confiar en la democracia representativa, y desdeñar
o condenar la democracia participativa, es
reaccionarismo puro y condenable, y eso es lo que hace GS. Y peor aún, confiar la ‘Democracia’ a la tornadiza,
interesada, maleable y peligrosa opinión
pública, es retroceder al siglo XVII
y no haber aprendido nada sobre sistemas y regímenes políticos que fueron
abandonados por caducos y por generar la infelicidad e inequidad sociales, o
simplemente, es querer estafarnos con una postura conservadora y reaccionaria,
--inadmisible en lo político y menos aún en la ciencia política--, por decir lo menos.
La estructura de poder central no puede ser difusa y
poliárquica, porque se destruiría la República
Seguimos
discrepando entonces con GS, cuando
afronta el tema del poder en la ‘Democracia’, por ejemplo, nos dice lo
siguiente, en forma taxativa:
“Podemos entonces concluir que la estructura de poder
de la democracia es difusa y característicamente poliárquica. Y si es así, la ruling class, la clase dominante, se
ubica en las democracia como un concepto mistificador”.
Es algo
rematadamente infantil, inadmisible y reprochable, que nos digan que la clase dominante, es la que genera mística
social, porque precisamente la estructura de poder en ‘Democracia’ es difusa y es poliárquica. O sea, como las grandes
mayorías viven concentrados en muchos centros de poder difusos, y que el poder
no está concentrado, sino está repartido anárquicamente, entonces la clase
dominante es la gran estrella de oro, que guía la conducta de las ignaras
mayorías, realmente me sorprende esta posición torpe, por decir lo menos de GS. ¿La diaria programación-basura, que emiten los grandes
medios de comunicación social masivos en Perú, son la mística social de las
élites o clases dominantes limeñas?
Si fuera cierto
lo que afirma GS, en cuanto a que la
estructura de poder de la ‘Democracia’
es difusa y característicamente poliárquica, entonces quiere decir que
estamos en la Neo-EDAD MEDIA con el
mundo feudal encima y transversalmente, y no nos damos cuenta; o, que ya ha
desaparecido en términos reales y materiales el Estado, la Nación y la Patria. Y que por lo tanto el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo, el Poder Judicial y otras instancias
republicanas, están por demás, o en igual o menor condición de poder, con respecto a grupos de poder fáctico reales. Vale decir: ¿De qué democracia hablamos?, o también: ¿Esto
es Democracia? Es la manera más
boba, de esconder la potencia de dominio y sujeción en las ‘Democracias’ liberales, por parte de los grupos de poder dominante capitalistas; GS está muy sesgado, en este punto específico.
Ahora veamos la
definición central de GS sobre lo
que es ‘Democracia’ leamos lo que
escribió en forma expresa y taxativa sobre este tópico:
“Descriptivamente, mi definición (breve) de democracia
ha sido: poliarquía electiva. Y ¿prescriptivamente? Si es difícil contestar no
es por la dificultad del concepto, sino porque faltan las palabras. Los tres
términos que servirían son: elección, selección y élites. Los tres han sido
durante mucho tiempo términos que denotaban valorización cualitativa y en este
sentido, son términos axiológicos. No más.”
Si como dice GS, la democracia ha sido poliarquía electiva, entonces la democracia no sirve y es perversión y
corrupción y perjuicio, porque ahora mismo en la ‘Democracia’ liberal, tenemos muchas poliarquías electivas: los sindicatos, los partidos políticos, las
asociaciones civiles, por poner
solamente tres ejemplos de miles, donde la poliarquía
electiva pulula; y que encontramos ahí: sindicatos, federaciones y gremios corruptos, con elecciones tras
elecciones, donde los dirigentes gremiales se eternizan, en Perú tenemos un
sindicato gigante de construcción civil, donde hace más de 30 años, que no sale
de la secretaria general de la federación sindical obrera, un personaje signado
por la corrupción desde hace mucho; en los partidos
políticos, que supuestamente son los ‘pilares de la democracia’, tenemos
oligarquías o cúpulas partidarias, que han convertido a su partido en su chacra
familiar. AGP de Secretario General
de su partido, se hizo nombrar Presidente
del Partido Aprista Peruano o PAP, y
está en el cargo y poder, hace más de 30 años, y con elecciones; en muchas asociaciones civiles donde existen
elecciones, hemos verificado a miles de ellas, metidas en el Poder Judicial,
por denuncias de malversación y manipulación y corrupción en grande. Hechos son
hechos, lo demás es ilusión.
No se puede
afirmar, alegre e irresponsablemente, como lo hace GS, con respecto a que la democracia
es poliarquía electiva. Si eso es ‘Democracia’, entonces vamos perdidos y
perjudicados vitalmente en lo político, y estaríamos alabando a la corrupción
sistemática y delincuencial, tal como lo hemos probado con hechos concretos,
materiales y comprobables, y hace décadas.
Ahora, en cuanto
y con respecto, a su visión prescriptiva
de Democracia de GS, cuando afirma
que democracia sería elección, selección
y élites; pues, es bien discutible, porque nos está dando piezas sin armar
de cualquier otra cosa, pero jamás de algo que se llame democracia, a ojos vista. GS
obviamente que se siente impotente, con respecto a establecer que cosa es la Democracia; se le escapa de las manos,
y se le escurre por los dedos, como cosa mantecosa: la democracia.
Y para confirmar
lo que acabo de sostener, leamos la siguiente cita de GS, donde afirma expresa y taxativamente que:
“Como se comprende, quien atiende al planteamiento
axiológico no sabe ya cómo definir a la democracia cómo ‘debería ser’, pues es
difícil definirla. Surge así un círculo vicioso. Sin connotaciones de valor
obtenemos carencia de valor, y cuando con palabras tales como ‘élite’ y
‘selección’ se atribuye una connotación derogatoria el ‘efecto de valor’ se
invierte: élite se convierte en elitismo, la selección es atacada como
discriminación, así pues, se hunde la ‘buena’ democracia que debería ser en una
democracia todavía peor de cómo es en la realidad.”
“A pesar de todo no me rindo. Si la democracia es,
descriptivamente, una poliarquía elegida ¿cómo debería ser prescriptivamente?
Respondo: debería ser una poliarquía selectiva, comprendiendo que la ‘buena’
democracia debería ser una meritocracia electiva.”
Evidentemente,
que GS no da pie con bola, ni
descriptivamente, ni prescriptivamente, al tratar de definir qué cosa es la Democracia, tal como lo hemos
demostrado. Con su poliarquía selectiva,
debemos entender, que solamente se atendería o permitiría tener poder a ciertos sectores sociales y a
otros no; o en mejor de los casos, solamente se permitirían elecciones, a determinados grupos o
segmentos y/o sectores sociales; lo cual es bastante peligroso, complicado y
delicado; y, aquí, ya estamos hablando de cualquier régimen y sistema político,
pero menos de una democracia; y en
cuanto a que la buena democracia debería ser una meritocracia electiva, pues bien, estamos entonces ingresando
nuevamente al mundo crítico y cuestionado de las élites. E, inmediatamente, nos sobrevienen, y nos asaltan las
preguntas elementales: ¿Quiénes no deben ser elegidos?, y también: ¿Quién y
qué, decide elegir a los merituables? Y, asimismo es válido preguntarnos: ¿Cuál
sería la teleología de esa buena democracia con meritocracia
electiva?, vale decir: ¿A quién debe, y va a servir esa buena democracia con meritocracia electiva?, y si es meritocracia electiva: ¿Cuánto nos costará esa buena democracia de los
mejores y de los merituables?, y acaso también, otra pregunta más: ¿No estamos
corriendo el riesgo de crear otra casta
elitista engreída y necesaria e indispensable, que no solamente nos cuesten
muchos recursos, si no, que dicha casta elegida y engreída, podría creerse con
todo derecho de tomar todo el poder, precisamente porque se consideran
necesarios e indispensables?
Y, para iluminar
su tesis de la buena democracia, y de su meritocracia
electiva, recordemos esta puntual cita de GS, donde taxativamente nos dice lo siguiente:
“Rosseau concluía el Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres
afirmando que: ‘es contra las leyes de la
naturaleza, como se quieran definir éstas, que un imbécil conduzca a un hombre
sabio’. La igualdad aritmética empareja al imbécil y al sabio; la igualdad
proporcional postula que el sabio valga más que el imbécil. Como se quiera
definir al imbécil y al sabio, yo estoy con Rousseau.”
Sin comentarios.
Finalmente,
estamos en disposición de decir que la ‘Democracia’
queda como una cosa mantecosa en las manos, y sin solución efectiva y creíble en
la inteligencia del italiano Giovanni
Sartori. No solamente eso, si no que la ‘Democracia’ no existe en términos reales, y que es, el ‘Derecho Constitucional’ con sus
ficciones jurídicas, más las ficciones que nos reproducen día a día, las élites
de poder dominante capitalista, con sus monopólicos y poderosos medios de
comunicación social, y con su amplia y poliédrica maquinaria de manipulación de
la opinión pública, las que nos siguen haciendo creer que la ‘Democracia’ existe.
Asimismo,
queremos afirmar y reafirmar que la República
no es ‘Democracia’ la misma que
hemos probado aquí, que es excluyente, sin ‘pueblo’, sin poder, y con elitista
representación (que ha devenido en gran corrupción y mecanismo del narco).
Silencios, romanticismos y complacencias reaccionarias en la Ciencia Política
grande hemos también comprobado y demostrado aquí.
Lima, 7 de noviembre del 2014
Jaime Del Castillo Jaramillo
Abogado egresado de la U.N.M.S.M. con más de 20 años
de ejercicio profesional y cuenta con estudio jurídico abierto; politólogo con
más de 20 años de ejercicio profesional; periodista, fundador y director del
programa radial y televisivo ‘Yo, Sí Opino’ (censurado en TV y cerrado cinco
veces en radio); Maestría en Ciencia Política con la tesis “Pensamiento
Político peruano insuficiente y epidérmico causa de nuestro subdesarrollo
político”; Post Grado internacional en Ciencia Política otorgado por la UCES –
Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos Aires-Argentina
graduado con la tesis: “Crisis terminal de los Partidos Políticos en el Perú”;
catedrático universitario de ‘Historia del Pensamiento Político”, “Filosofía
Política”, “Metodología de la investigación en Ciencia Política”, “Realidad
Nacional”; “Análisis Político”, “Ciencia Política”, etc.; blogger, comunicador
social, articulista y conferencista.
Fundador, ideólogo y Presidente de “Foro Republicano”
http://fororepublicanoperuano.blogspot.com
@jaimedelcastill
yeagob2@gmail.com
https://www.facebook.com/jdelcastillojaramillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario