La Revolución Mexicana y sus lecciones eternas que las aprendió el
liberalismo, pero nunca la mal llamada izquierda antimperialista latinoamericana,
partidocracia que en Perú terminó en narcopartidos y en liberalismo corrupto:
Alanismo, Fujimorato, Toledismo y Humalismo neoliberal
El drama de las independencias
políticas en los países latinoamericanos, --y ex colonias de España--, es que no tuvieron élites que hayan forjado
ideologías y teorías políticas propias, basadas en su realidad, --salvo
meritorias excepciones--; normalmente, las élites no tenían un plan o proyecto
nacionalista; su praxis común y ordinaria era consolidar su posición de grupos
de poder dominante; afianzar su poder económico patrimonialista interno, y/o
exportar materias primas, y/o satisfacer y servir, a los intereses explotadores
y expoliadores de países extranjeros, dentro de sus propios países de origen; y
lo común que hicieron, en el campo político fue: importar ideologías que no calzaban con su realidad social, cultural,
económica y política nacional; y lo que es peor, importaron y copiaron regímenes políticos extraños, que no
tenían tradición alguna en sus países semifeudales, y, que dichos regímenes políticos foráneos en su torpe
y grosera adaptación forzada, --vía elitistas leyes, febles constituciones
políticas y la dura represión--, lo que hizo fue, favorecer y empoderar a un pequeño
y reducido sector económico-político aristócrata o élites dominantes de perfil
despótico y dueños de latifundios (o terratenientes) y negocios importantes.
La injusticia social en las
nuevas Repúblicas latinoamericanas era ostensible, odiosa y crónica; el
desprecio por la ley, era moneda corriente; la discriminación racial, social y
cultural, no sólo era humillante e indignante, sino que fue tomada como una obligación,
por parte de los sectores dominantes, sobre y en contra de la mayoría nativa y
criolla venida a menos. En suma, se puede constatar que había una configuración
bifronte en cada nación independiente latinoamericana: Por un lado, se constataba
el país formal, oficial y legal, propiedad de las élites dominantes, y, por
otro lado, y a la vez, y contiguamente, se constataba otro país moreno e indio,
y de las grandes mayorías; era el país real y sometido y humillado por sus
propias élites internas, y además por grupos de poder extranjero.
México independiente de España, no era la excepción a ello, pero a
diferencia de otros países de Latinoamérica, la tierra de Benito Juárez vivió una de las revoluciones sociales, económicas y
políticas más importantes y paradigmáticas del siglo XX en América Latina, y que
hasta el día de hoy se estudia.
Cuando México se separó de España y pretendió hacer vida republicana
independiente, quedó sumido en la anarquía política, y su primer medio siglo,
fue una negra, inestable y sangrienta estadística de golpes de Estado; las
elecciones eran una farsa grotesca; y, las leyes no se cumplían en modo alguno.
Las dictaduras mexicanas, que se sucedían unas tras otras, en vano buscaron
poner algo de orden en su régimen
político importado, inidóneo y postizo; pero es que las élites de poder
necesitaban dichos regímenes políticos
liberales importados para dominar completamente a todo el país, sin dejar
lugar a espacios democráticos para la clase media o para los campesinos o
indígenas; vale decir, --y como lo expliqué en otro trabajo de nuestra
autoría--: los regímenes políticos
liberales tienen como esencia fundamental, dejar a las clases populares en
general, fuera de las esferas trascendentales de decisión política y económica,
y ése era el tema de fondo en Mexico, --y casi en todos los países
latinoamericanos recientemente independizados de España--.
La dictadura más terrible, famosa,
estable y legendaria, fue la del oaxaqueño Porfirio
Diaz (1830-1915), quien fuera un coronel que impuso su dominio político-militar
entre 1876 a 1911, siendo que alteraba y corrompía los procesos electorales
como simple deporte, para así mantenerse
y durar en el poder. Fueron 34 años de su cruel, entreguista y represiva
dictadura: el Porfiriato.
El Porfiriato fue muy odiado por el pueblo mexicano, debido a su
tiranía, entreguismo, abuso y corrupción, y hasta en los cantares populares se
le hacía propaganda de gobernante corrupto, malsano y verdugo de los débiles,
recordemos el siguiente popular corrido:
“Fue tan injusto y tirano
El régimen porfirista
Que en sus treinta años de paz
Sus crímenes forman lista”
Como era muy normal en las entreguistas
aristocracias gobernantes de América Latina de la época, en el sentido que apoyaban
sus regímenes de poder, en el respaldo político internacional y militar, --y en
los sacos de dinero--, que les prodigaban las potencias extranjeras y sus
grupos de poder que tenían interés en depredar, explotar y someter a los países
de nuestra sub-región, --presencia extranjera en Latinoamérica, vorazmente
expoliadora y explotadora de nuestros recursos naturales, (y de hombres e
indígenas)--, pues, la dictadura mexicana de Porfirio Diaz siguió esa praxis entreguista y nefasta en contra de
los intereses populares, y es que los capitales norteamericanos apuntalaban al Porfiriato, como está más que probado,
y además para su suerte, se descubrieron minas de plata, y también pozos
petroleros, que los EE.UU., --la Standar
Oil del voraz monopolista norteamericano John D. Rockefeller--, querían succionar a su antojo y manera, y
por cierto, ahí estaba Porfirio Diaz para
proteger y defender los intereses norteamericanos dentro y en contra de México.
También es cierto que el Porfiriato acometió la modernización de
su país, con los grandes ingresos que recibía por la explotación de sus
riquezas, pero también no es menos cierto, que el pueblo indígena y campesino
mayoritario, en nada de beneficiaba, porque seguían siendo casi esclavos de los
latifundistas y hacendados, los mismos que eran señorones de horca y cuchillo.
Recordemos que fue el mismo Porfirio
Diaz quien les quitó a los campesinos sus tierras comunales llamadas ‘Ejidos’, y se las entregó a la
poderosa oligarquía terrateniente, quienes se enriquecieron mucho más, pero a
costa de la injusta muerte, agónico sufrimiento y crónico dolor, de los pobres
campesinos, de los ignorantes indios y los famélicos jornaleros, los mismos que
no tenían quien los defienda de la espantosa injusticia social y económica;
precisamente, el Régimen Político
liberal importado, está hecho para que nadie defienda los más débiles y
vulnerables, y muy al contrario permita que los grupos de poder se enriquezcan
rápidamente y sin contratiempos.
Para 1910, teníamos a México dominado totalmente por unos
cuantos oligarcas terratenientes, latifundistas, gamonales, hacendados, etc.,
los mismos que sometían y dominaban a toda la gran masa de campesinos,
agricultores y jornaleros, quienes vivían desposeídos de bienes y de derechos.
La Constitución Política decía una
cosa, y la realidad era otra absolutamente, una realidad brutal, inclemente,
perversa e insoportable social y económicamente.
Esas agudas y críticas circunstancias
económico-político-sociales, motivaron otro golpe de Estado más: el de Francisco Madero (1873-1913) en 1910,
quien derroca al tirano Porfirio Diaz
en nombre de las libertades democráticas.
Recordemos que el aludido Francisco
Madero, fue apoyado inicialmente por una gran masa de campesinos
ilusionados y esperanzados, pero luego vino la decepción, la frustración, y la
triste realidad, cuando Madero ya en
el poder, no quiso cambiar un ápice de la estructura económica mexicana, toda
vez que el mismo gobernante Francisco
Madero, era otro gran latifundista, y obviamente que no iba a ir en contra
de sus intereses, y el de sus pares, y solamente justificó su asunción del
poder, en el cometido de establecer un régimen liberal política y
económicamente, o sea, más libertad y poder económico para la despótica
oligarquía terrateniente. Emiliano
Zapata el gran líder popular y autonómico de Morelos, lo cuestionó y exigió
su salida del poder.
Recordemos la posición de Francisco Madero en su Plan de San Luis:
«Conciudadanos:- No vaciléis pues un momento: tomad las armas, arrojad
del poder a los usurpadores, recobrad vuestros derechos de hombre libres y
recordad que nuestros antepasados nos legaron una herencia de gloria que no
podemos mancillar. Sed como ellos fueron: invencibles en la guerra, magnánimos
en la victoria».- SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCIÓN.
San Luis Potosí, octubre 5 de 1910.- Francisco I. Madero”
El pueblo mexicano se indignó con
la traición y frustración que les causó Francisco
Madero ya en el poder, la decepción e ira popular se expresó en violencia,
y para 1913, el caos, la anomia y la anarquía se generalizaron, y en todas
partes se verificaron levantamientos populares; los campesinos, los indios y
los jornaleros exigían a voz en cuello, y con las armas en ristre, el reparto
de tierras y justicia social.
La Revolución Mexicana se inició el domingo 20 de noviembre de 1910,
en el contexto de 13 levantamientos populares, y en el municipio de Gómez Palacio, fue el primer
levantamiento, por lo tanto, Durango
fue la cuna de la revolución. Los líderes de estos movimientos fueron: Pascual
Orozco y Francisco Villa en
Chihuahua; José María Maytorena y Eulalio y Luis Gutiérrez en Coahuila; Cesáreo
Castro en Cuatro Ciénegas, en Coahuila; José de la Luz Blanco en Cuchillo
Parado, en Chihuahua; los hermanos Figueroa en Guerrero; y Emiliano Zapata en Morelos.
Es relevante destacar y precisar,
que el sector de la clase media que engrosaba el movimiento antirreeleccionista de oposición al Porfiriato, se transformó durante el proceso revolucionario, de
pacífica oposición a rebelión callejera, por lo que el movimiento urbano de clase
media se plegó a la lucha popular y rural, reforzando y refrescando, con nuevos
líderes la lucha armada revolucionaria. Aquí se destruye nuevamente la
errabunda y desubicada teoría marxista
del materialismo histórico, y las tesis leninistas de la estrategia de toma de poder y conducción
revolucionarias, absolutamente.
Recordemos, que el 25 de mayo de
1911, el coronel dictador Porfirio Díaz
se presentó en la Cámara de Diputados
y entregó, --muy a su pesar--, su renuncia, vía el documento que rezaba:
“A los CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados.
Presente.
El Pueblo mexicano, ese pueblo que tan generosamente me ha colmado de
honores, que me proclamó su caudillo durante la guerra de Intervención [...] se
ha insurreccionado en bandas milenarias armadas, manifestando que mi presencia
en el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo, es causa de su insurrección.
No conozco hecho alguno imputable a mí que motivara ese fenómeno
social; pero permitiendo, sin conceder, que pueda ser culpable inconsciente,
esa posibilidad hace de mi persona la menos a propósito para raciocinar y decir
sobre mi propia culpabilidad.
En tal concepto [...] (v)engo ante la Suprema Representación de la
Nación a dimitir sin reserva el encargo de Presidente Constitucional de la
República[...]
Porfirio Díaz, el 25 de mayo de 1911”
Casi simultáneamente, y temeroso
por lo que le pueda pasar, --exactamente el 31 de mayo de 1911--, el otrora
temible y todopoderoso Porfirio Díaz
se fue, --por el puerto de Veracruz--, a Europa, y nunca más regresó,
falleciendo el 2 de julio de 1915.
Fue Venustiano Carranza (1859-1920), y el legendario Pancho Villa (1878-1923) y el ídolo
popular Emiliano Zapata (1877-1919)
quienes capitalizaron todo ese clamor y descontento social, económico y
político de los campesinos e indígenas, y con ejércitos improvisados de indios,
jornaleros y el pueblo en general, pelearon por largos años y a lo largo y
ancho de México; los feraces campos se regaron con sangre, pertrechos de guerra
y lágrimas; los extensos y serpenteantes caminos mostraban a sus orillas las
mustias sepulturas precarias de guerra; en el ambiente solo se respiraba
pólvora y polvo de lucha popular digna y revolucionaria; las ‘adelitas’ fueron las legendarias
mujeres combatientes, que acompañaban a sus líderes y empuñaban pistolas y
fusiles, y peleaban por sus hombres y por su revolución con toda valentía y
arrojo; pero al final se impuso el pueblo mexicano, con pólvora y dinamita, con
rifles y machetes; y Venustiano Carranza
fue hecho presidente de la República por la voluntad popular en revolución, el
mismo que promulgó una nueva constitución política en febrero de 1917, dicha
constitución es la matriz de la estructura jurídica constitucional mexicana
hasta hoy.
En la Constitución Política revolucionaria mexicana de 1917 se
establecieron las libertades democráticas, pero con una filosofía social muy
clara y nacionalista. Se erigió el Estado laico y La propiedad privada, --piedra de toque de la revolución mexicana--, que
quedó subordinada al interés general o al interés
social, y esa fue institucionalidad jurídico-constitucional que llevó a
México a la paz social y a la modernidad.
No solamente eso, se inició en
breve la ansiada y anhelada reforma
agraria, donde se entregaron las tierras a los indios y jornaleros, y se
restablecieron los ejidos o tierras
comunales, y lo más importante: se estableció el principio de nacionalización de la industria y del subsuelo.
Obviamente, para proteger las riquezas mexicanas de la voracidad de los grupos
de poder extranjero y de las oligarquías internas entreguistas, y para impulsar
la industrialización y la modernidad por los propios mexicanos.
La Nacionalización fue y es, --nacionalización, no Estatización--, la
palabra clave para entender la revolución
mexicana.
La sangrienta, popular y eterna revolución mexicana, impactó a toda
Latinoamérica y al mundo entero a inicios del siglo XX, sirvió de modelo para
muchas ideologías y movimientos políticos. Más o menos fueron dos millones de
mexicanos fallecidos en el fragor de las luchas revolucionarias; asesinatos,
emboscadas, levantamientos, batallas, guerrillas, tomas y retomas,
atrincheramientos, arrasamientos, etc., etc.; pólvora, sangre, muerte, dolor,
valentía, consecuencia, ideas, dignidad, reivindicaciones, etc. Inclusive,
pasada la aprobación de la Constitución
Política de 1917, siguieron los conflictos y levantamientos y asesinatos de
líderes o caudillos populares; hasta que tras el asesinato de Alvaro Obregón, --próximo a asumir la
presidencia de la República--, el líder Plutarco
Elías Calles mediante discurso público, aseguró que la etapa de los
caudillos llegaba a su fin, y que comenzaba para México la era de las
instituciones.
En 1929, no olvidemos que Plutarco Elías Calles fundó el Partido Nacional Revolucionario, luego
llamado Partido de la Revolución
Mexicana y finalmente Partido
Revolucionario Institucional o PRI,
el cual gobernó al país por 70 años, y aún sigue vigente.
La revolución mexicana, golpeó a las oligarquías terratenientes abusivas
y despóticas, las desmontó, aunque les dejó el libre camino de la PROPIEDAD
PRIVADA, pero con la denotación constitucional que era de interés social, --nacionalización a
secas--, o sea, que no se admitía el abuso de la propiedad privada, que se podía
usar, y que era necesaria, pero sin causar injusticia social.
La paradigmática y respetada y
respetable Revolución Mexicana que
nos concita, dejó y legó enseñanzas y lecciones eternas, que sirven hasta el
día de hoy, y que a mi modesto criterio serían las siguientes:
Primera lección: No se puede subestimar la potencia revolucionaria de los pueblos, ni su carácter, fuerza y
personalidad colectiva. Desencadenada la revolución o estallido social, las proyecciones
son impredecibles, esa dura lección, la aprendieron en primer lugar, los grupos
de poder extranjero dominante de signo liberal, y por ello utilizan siempre en
el hoy por hoy, la estrategia de dividir, fraccionar y narcotizar
mediáticamente a los pueblos para poder dominarlos, y Walter Lippman, --(entre otros expertos)--, los ayudará científicamente en las técnicas de la seducción y manipulación
masiva, vía los grandes medios de comunicación social; recordemos que Walter Lippman para el capitalismo, es a Joseph Goebels en la Alemania nacionalsocialista.
Segunda lección: Los movimientos
revolucionarios no se pueden realizar con efectividad y eficacia, sin la
participación de la clase media.
Este principio forjado y demostrado y comprobado en la realidad revolucionaria
concreta, es el que aconseja la inaplicación del marxismo o marxismo
leninismo o maoísmo en nuestra
América Latina, y también explica el fracaso eterno de dichas izquierdas
marxistas de todo pelaje en nuestra región.
Pero nunca aprendieron los marxistas, ni quisieron aprender de
dicha realidad revolucionaria mexicana, concreta e histórica; los necios
marxistas solo tuvieron ojos para los libros de su dogma doctrinario, pero
nunca para leer la realidad material que los rodeaba; los marxistas criollos
latinoamericanos no entendieron ni entienden que: La Revolución Mexicana no fue teórica, sino material y concreta, y
sobre todo fue original y única y por ello supera los cartabones del marxismo y del leninismo, y está ello plenamente comprobado. El dogma y la soberbia y la mediocridad, nunca
puede en contra la nuda y dura realidad, siempre.
Tercera lección: El poder central, debe tener controles
institucionales o jurídico-constitucionales efectivos, si no, se abusará del y
desde el poder central siempre, tal como se ha verificado con la dictadura de Porfirio Diaz y demás dictadores
pre-revolucionarios, o, sea la dictadura casi centenaria del PRI post-revolucionario; lo cierto es
que, debe y tiene que haber eficaces, efectivos y rápidos controles políticos y
jurídico-constitucionales, para poder frenar y neutralizar y desmontar, las
intenciones o acciones de corrupción, entreguismo o traición a las justas
causas populares por parte de los gobernantes o partidos políticos.
Aquí tenemos una gran lección que
hasta la fecha, las élites dominantes de poder, y sobre todo los partidos
políticos adictos al sistema liberal se han cuidado muy bien que no se realice
o se concrete.
Cuarta lección: Los auténticos y legítimos líderes revolucionarios populares, patriotas y consecuentes, no
nacen de los partidos políticos,
nacen del dolor, sabor y color del pueblo directamente.
Esa es otra gran lección de la
revolución mexicana que no quisimos aprender y procesar, y ahora casi toda
América Latina en sus mayorías populares, sufre el secuestro político de y en
los ‘Estados de Derecho’ liberales-partidocráticos, donde
dominantes partidocracias corruptas o mafiosas están vinculadas con el narcotráfico, o con
los malevos grupos de poder interno, voraces
y entreguistas.
Y esos mismos partidos políticos
dominantes son los que están aliados y abren las puertas de sus países a grupos
de poder externos o transnacionales a fin que expolien y exploten a sus propios
connacionales y a sus riquezas naturales, con el agravante de la contaminación
ambiental irreversible, avalando la matanza de los indígenas, e injusticias mil;
partidocracias corruptas comprobadamente que con sus constituciones políticas, obran
a su antojo y con risotada grotesca en
contra de los altos y grandes intereses populares, y sobre todo y ante todo,
parapetados en el instrumento mayor de dominio del liberalismo mundial: El PARLAMENTO, el mismo que es símbolo de
la estafa pública, y de las transacciones en contra de las grandes mayorías
débiles.
En México se verificó ello, antes
de la Revolución Mexicana, y después
de RM, fue lo mismo cuando el PRI en sus 70 años de dictadura se
corrompió a finales del siglo XX, entregándose a los brazos del liberalismo mercachifle, y del
narcotráfico. En Perú, ello se ha confirmado plenamente, con el Fujimorato, el
alanismo, el toledismo y ahora con el ollantismo gobernante.
Quinta lección: La opresión y la tiranía y la traición contra el
pueblo tiene sus límites. O el tirano tiene y dispone de suficiente fuerza
represiva y disuasiva para mantenerse en el poder, o el pueblo toma las calles
y en estallido social o revolucionario saca al tirano y al traidor. Lo que no
hubo previamente a la Revolución
Mexicana fue el premeditado, razonado y sistemático ‘pan y circo’ que entretenga, divida y confunda a los explotados y
ofendidos y humillados, ese pequeño gran detalle lo tendrá en cuenta el capitalismo mundial y las oligarquías dominantes internas.
El liberalismo y el neoliberalismo
mundial entendió muy bien la lección: el pueblo no puede ser oprimido,
estafado y explotado sin ‘pan y circo’ como
estrategia básica y fundamental de poder,
porque puede estallar otra Revolución Mexicana, y es por eso que
utilizó en adelante en Latinoamérica y el mundo el ‘pan y circo’ expresado vía los medios de comunicación social; en
México de la dictadura del PRI
usaron a la poderosa empresa de comunicación
social ‘Televisa’ y sus
sistemáticas e industrialmente abundantes ‘telelloronas’
como narcotizante mediático masivo efectivo, --y que exportan a toda América
Latina inclusive--, y durante décadas, para mantener entretenido, confundido y
drogado mediáticamente al pueblo engañado, estafado y explotado, y el resto ya
es historia conocida.
Las firmes, decididas y
avariciosas políticas directas de dominio y de explotación, extracción y
expoliación de riquezas en contra de nuestros países latinoamericanos no ha
variado ni ha cambiado en intensidad y angurria voraz por parte de los grupos
de poder interno y externo, lo que ha cambiado solamente, es la forma y la
estrategia y la táctica, y probado está que nuestra América Latina, --salvo
meritorias excepciones y en algunos rubros--, sigue siendo mercado de simples
materias primas al servicio de las grandes potencias mundiales.
Sexta lección: Las conquistas populares se aseguran se fijan y se preservan, solo y únicamente,
en la Constitución Política, --no en
simples leyes o Planes o Declaraciones o
Pactos, etc.--, solamente la CONSTITUCIÓN POLÍTICA y un gobierno auténticamente popular y leal
a su pueblo, con esas dos condiciones iniciales y cardinales, se puede
garantizar la justicia social en rumbo.
Siendo que hoy por hoy, ya no se
puede confiar en modo alguno en los partidos
políticos tradicionales. Y es que la Revolución
Mexicana enseñó el camino efectivo y eficaz para defender las sagradas
causas populares conquistadas y logradas con sangre regada y con mártires: Constitución Política que fije las
conquistas populares en primer lugar, y,
en segundo lugar, gobernantes patriotas
y leales a su pueblo, y ese camino y esa lección, es la que ha resultado
provechosa para los pueblos de América Latina, como es el caso de Venezuela con
Hugo Chávez y ahora con Nicolás Maduro; Argentina con los Kichner; Nicaragua con Daniel Ortega; Ecuador con Rafael Correa; Bolivia con Evo Morales, recientemente reelecto con
más del 60% de votos nacionales; Uruguay con José Mujica; Paraguay en su momento con Fernando Lugo; y Honduras en su momento con Manuel Zelaya; y en todos estos gobiernos progresistas, el pueblo
recusó y rechazó a los partidos
políticos tradicionales.
Ahí está la firme y luminosa
huella y la lección de oro de la Revolución
Mexicana expresada en el momento presente y en los gobiernos progresistas
que se han mencionado, por eso digo y afirmo que la tantas veces mencionada Revolución Mexicana ha dejado lecciones
eternas que tenemos que saber leer y seguir, si se quiere el bienestar y
felicidad de los pueblos.
Y nunca olvidar, que todo grupo
de poder dominante, busca cambiar inmediatamente la Constitución Política para asegurar sus intereses y su dominio. Si
la Constitución Política
norteamericana ha logrado los 200 años de vigencia es porque como lo expliqué
en otro trabajo de mi autoría, que la Revolución
Norteamericana de 1776 fue la victoria de la ‘República Plutocrática y esclavista’ lockeana, donde los grupos de
poder dominante capitalista tomaron el poder o simplemente se independizaron de
Inglaterra.
En México post Revolución Mexicana y con el PRI en el poder, la estrategia y
táctica de los grupos dominantes de poder interno y externo varió, en el
sentido de rodear y/o acompañar y/o asistir y/o financiar, al partido dominante
en el poder central, --que era el PRI
durante siete décadas--, y que tenía el respaldo y sobre todo, la confianza
popular pero sin controles efectivos y eficaces del pueblo sobre el gobierno,
por eso precisamente se corrompe el PRI con
el tiempo y el devenir, y a partir de los 80’, se verifica su corrupción grave
y en los 90’ del siglo XX, traiciona
a la fundante Revolución Mexicana y
se tuerce hacia el liberalismo y favorece
abiertamente los intereses voraces de los grupos de poder interno y externo del
sector privado, y luego pierde legitimidad y la confianza popular y el poder;
ahora pretende nuevamente reconstituirse con Peña Nieto, pero sigue en competencia, con otros poderes paralelos;
y siempre postergando y neutralizando, y tratando de dejar fuera de juego, al
verdadero representante de las causas populares y nacionales, como es AMLO o Andrés Manuel López Obrador, quien fue maltratado, en forma
grotesca y con todo descaro, cuando los grupos de poder derechista y neoliberales,
impusieron al anterior presidente de la República, y también neoliberal Felipe Calderón Hinojosa, del partido Acción Nacional-PAN.
En Perú, el PAP o partido aprista peruano, --con AGP como titiritero mayor--, impusieron desgraciadamente, --y con
malas artes--, en los 90’ del siglo
XX, a un desconocido japonés, obscuro ex rector y que no tenía partido político,
ni menos dinero, ni mucho menos cuadros: Alberto
Kenya Inomoto Fujimori Fujimori, --tal como ahora está probado documentalmente--,
pero que era necesario a los intereses apristas o alanistas, para encubrir y
blindarse de sus grandes actos de corrupción política en contra de los
intereses nacionales cometidos en su primer y apocalíptico gobierno, donde que
el ex presidente de la República AGP
y sus seguidores, dejaron colapsado, destrozado y destruido al Perú debido a su
mala administración, debido a su absoluta incapacidad para gobernar y sobre todo, por el voluntarismo estúpido y
patético del mismo líder del PAP y ex presidente AGP que nos llevó a situaciones económicas espantosas, de
apartamiento universal y de risotada mundial, conforme es muy fácil de
comprobar, con una mera compulsa.
AGP y el alanismo salidos
de su incalificable y terrible gobierno, urgentemente necesitaban de un
gobernante-títere al que puedan mangonear y manejar tras bambalinas, y ese era
el desconocido, insignificante y mequetrefe político: Alberto Fujimori, --en esa aciaga hora para el Perú--, y de esa
forma maleva y perversa: AGP y el alanismo bajo cuerda, impusieron
a Kenya Inomoto en el poder central
en 1990, y con ello nos volvieron a hundir, mucho más, y como nación y como
Estado y como país, en todo campo, ya que con el fujimorato, de Vladimiro
Montesinos y Alberto Fujimori,
el Perú pasó de ser un país destruido y hundido y destrozado, económica y
financieramente, a ser un NARCOESTADO oficialmente,
con la probada y comprobada red de corrupción y mafia, que el fujimorato instaló y montó, desde las FF.AA. y PNP, hasta la última oficina
estatal, adicionándose terribles crímenes de Estado y alta corrupción orgánica,
y por eso está purgando prisión a 25 años hoy, el que fuera instrumento de AGP, el japonés Alberto Fujimori Fujimori y su socio delincuencial y mafioso Vladimiro Montesinos Torres.
Y precisamente, el símbolo, el
cepo y el instrumento de ese fujimorato
venal, asesino y narcotraficante, es la Constitución
Política de 1993 vigente a la fecha y que fue aprobada amañadamente, --conforme
también está probado--, pero sin embargo, en una muestra patente, clara y
directa que los corruptos partidos
políticos que sucedieron a Kenya
Fujimori y a Vladimiro Montesinos
siguen la ruta oculta de la mafia y manipulación del fujimorato y en la invariable
nociva línea entreguista LIBERAL o NEOLIBERAL en lo económico y político, es que desde el ex presidente Alejandro Toledo, --hoy procesado por
lavado de activos en el escandaloso caso internacional ECOTEVA--; el ex
presidente AGP y el alanismo en su segundo gobierno, --con
los probados NARCOINDULTOS entre
otros muchos delitos cometidos contra el Estado y que ha denunciado la
Megacomisión investigadora parlamentaria--, y hasta NH y OHT, todos ellos siguen
respetando ‘religiosa y sacrosantamente’ a la Constitución Política de 1993, la misma que significa la vergüenza
y la desgracia del pueblo peruano, --en injusticia social, laboral e inequidad
absolutas, así como el mantenimiento del Perú, como simple ‘exportador de piedras’--, conforme se puede comprobar con suma
facilidad.
Perú está caminando hacia el
despeñadero político y social y económico con los entronizados poderes internos
y externos del sector privado y el narcotráfico, avalados inclusive desde el
Parlamento y por los partidos políticos neoliberales del sistema, de izquierda
y de derecha, --de 25 gobiernos regionales, pues 19 están procesados por
corrupción y narcotráfico y muchos de estos presidentes regionales están presos
hoy, el relevo que viene sigue en esa firme ruta--, el sector privado y aliados
de los partidos políticos y gobiernos de turno y Parlamento, están manejando el
país negativamente y para sus intereses, cometiendo injusticias mil y
depredando, asesinando y contaminando y no tributando lo justo, y lo que es
peor, muchos de ellos van de la mano con el narcotráfico como se podrá
comprobar, --acaban de informar que de las últimas elecciones municipales y
regionales nacionales, pues 17 autoridades electas son narcotraficantes--, y por si fuera poco, toda esa desgracia
nacional enyuntada va, a la escandalosa desinformación mediática sistemática,
que nos inoculan día con día los medios de comunicación masivos de la prensa
grande en Perú.
Esto es, la verdadera Realidad Nacional y lo que nunca dirán
los ‘ANALISTAS POLÍTICOS’ del
sistema neoliberal, --los mismos que están financiados en sus ‘centros
o institutos de investigación o de estudios peruanos’ por dinero de la CIA o de Estados Unidos como es de público conocimiento--, y los que siempre
aparecen en los grandes medios de comunicación social como los elevados,
reputados y supremos ‘politólogos’ o
‘analistas políticos’ y que los
jóvenes estudiantes creen ilusamente que son los súper-stars de la ciencia política, cuando en verdad
estos ‘Analistas Políticos’ del
sistema, tienen su labor rentada, cual es confundir, engañar, estafar y ocultar
la verdadera realidad nacional.
Séptima lección: La vida de los auténticos líderes y caudillos
revolucionarios del pueblo se debe cuidar extremadamente, porque la
reacción y la oligarquía y los grupos de poder nacional y extranjero los
eliminarán, tarde o temprano, con pretextos o sin pretextos. Desde la
legendaria e irrepetible Revolución
Mexicana, --donde sistemáticamente y uno por uno, fueron asesinando a los
verdaderos caudillos populares insobornables y consecuentes--, se aplica este método reaccionario hasta la fecha, solamente han variado
las estrategias y las tácticas: Hugo
Chávez de Venezuela, fallece rápidamente en forma más que sospechosa,
cuando era el puntal de la lucha por la autodeterminación antimperialista de
toda Sudamérica; Lula Da Silva en
Brasil, estuvo muy afectado; igual Lugo
en Paraguay, que luego fue defenestrado rápidamente; Manuel Santos de Colombia, y
CFK también sufrieron problemas de salud, las hipótesis de trabajo
politológicas, no se pueden prestar para la ingenuidad.
Octava lección: Los partidos
políticos nunca son garantía de la vigencia y preservación de las sagradas conquistas
populares, el ‘institucionalismo’
liberal y parlamentario partidocrático deviene en reaccionario guardián de
los intereses elitistas u oligárquicos entreguistas, y de los grupos mafiosos
antipopulares. El PRI mexicano, lo
demuestra en sus más de 70 años en el poder, siendo su dictadura ostensible y
perjudicial por traición y corrupción, para las grandes mayorías mexicanas, y
también muchos partidos que se decían revolucionarios o de izquierda
defeccionaron, no sólo en América Latina.
Los partidos políticos trocan hoy en serviles al narcotráfico, en
México se ha comprobado como saldo maldito de la dictadura partidocrática del PRI, convirtiéndose este hermano país
en una piscina de sangre a causa del narco y su potente accionar, y en Perú
igualmente, la partidocracia de izquierda y de derecha, y peor aún los
movimientos regionales, han sido tomados ya por el narco.
Ya hemos referido, como el PAP de AGP o el alanismo desgració
al Perú absolutamente en sus dos gobiernos, igual maldición se siguió, con el fujimorato, con el toledismo, y ahora con el mediocre gobierno títere de NH y OHT o humalismo; y aún se sigue batallando contra la macro corrupción
política y la mafia organizada, con las pocas herramientas que tiene el Perú
decente pero de fuera del sistema oficial; y no solamente eso, el narcotráfico,
ya tomó a los partidos políticos de izquierda y de derecha, y a los movimientos
políticos regionales, --como se ha dicho--, y la situación política es mucho
más grave, gracias a la partidocracia venal que se escuda en la propia constitución política del condenado fujimorato, y sostiene al corrupto e
injusto LIBERALISMO depredador y
contaminante, que no es otra cosa, que el servilismo, a los intereses del
gobierno norteamericano básicamente.
Novena lección: La Revolución
Mexicana fue la más potente REVOLUCIÓN
REPUBLICANA del siglo XX para el mundo y para Latinoamérica. Pues entonces,
estamos en la obligación de regresar sobre nuestros pasos y hacer lo correcto. La
REPÚBLICA NO PASA POR LOS PARTIDOS
POLÍTICOS tradicionales en el presente siglo XXI, y las pruebas de
ello, están a flor de piel en la historia misma.
La gloriosa y trascendental Revolución Mexicana en mala hora que fue
entregada a los partidos políticos; luego que asesinaron a todos los legítimos
y dignos líderes revolucionarios originales y populares, y precisamente por
ello, es que se perdió el espíritu y el destino de progreso definitivo de
México como República. Murieron
asesinados los líderes populares originales revolucionarios y murió la REPÚBLICA, así de simple y de sencillo,
el partido político PRI convirtió a
Mexico en una Dictadura.
Repetimos pues, tenemos que
regresar sobre nuestros pasos como latinoamericanos que queremos aprender de la
Revolución Mexicana como gesta digna
donde se logró la justicia social anhelada por los pueblos.
Décima lección: La nacionalización
es el mejor antídoto contra el venenoso, agresivo y voraz Liberalismo o neoliberalismo depredador, expoliador y explotador.
El México campesino e indio y el de las grandes mayorías y a comienzo del siglo
XX nos enseñó el eficaz y eficiente y racional camino de cómo frenar y
controlar y encauzar las ambiciones desmedidas, las voracidades cainitas y la
explotación brutal e inclemente del liberalismo
con su ideología de la supremacía del mercado. No continuar esas enseñanzas
probadamente eficaces, resulta necedad monumental.
Onceava lección: Ser revolucionario
social y político no es decirlo simplemente, es hacer Revolución en esencia y en forma efectiva y en las calles,
avenidas, plazas y anchas alamedas y para cambiar un sistema o un régimen
político opresivo, elitista, entreguista y mafioso, así de simple y de
sencillo, pocas palabras y discursos floridos y más acción concreta con el
pueblo y desde el pueblo fue y es la enseñanza de la paradigmática Revolución Mexicana.
En Perú, el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) o PAP con su propio fundador Victor Raúl Haya de la Torre afirmaron
oficialmente en su DOCTRINA y TEORÍA POLÍTICA INDOAMERICANA que eran REVOLUCIONARIOS ANTIMPERIALISTAS
y que su fuente primordial y privilegiada para ello, era la Revolución Mexicana, sin embargo, el
mismo Victor Raúl Haya de la Torre
nunca dirigió ninguna gesta revolucionaria política nacional de cambio
profundo, nunca cogió una escopeta pero ni de juguete, para dirigir toma de
poder alguno, tal como Emiliano Zapata
o como Pancho Villa, y otros grandes
líderes populares mexicanos que se jugaron la vida por años, durmiendo con el
fusil y cabalgando con hambre y frío y peinados por las balas en la mañana,
tarde y noche, y todo por un México con justicia social y lo lograron.
Victor Raúl Haya de la Torre no hizo como el líder popular mexicano
Francisco Madero, --procedía también
de cuna noble y estudió economía y comercio en Francia--, quien como
intelectual y revolucionario en México, dirigió tropas combatientes con la
pistola al cinto y la escopeta en ristre recorriendo los campos de batalla, y
en su Plan de San Luis que hemos
citado aquí, incita a la lucha armada abierta y directamente, y así llegó al
poder como hemos revisado, Francisco
Madero escribió: “Conciudadanos: No vaciléis pues un momento:
tomad las armas, arrojad del poder a los usurpadores” eso nunca dijo ni
escribió ni hizo Victor Raúl Haya de la
Torre quien juraba que era revolucionario y antimperialista. Hasta las
mujeres mexicanas cogían las armas y salían con las tropas revolucionarias a
enfrentar a la muerte en el día a día: las gloriosas ‘Adelitas’.
Y muy al contrario, Victor
Raúl Haya de la Torre (1895-1979) el
revolucionario antimperialista con su partido el PAP o APRA hizo pactos espurios antipopulares con la derecha
troglodita y cavernaria, como la convivencia apropradista en los años
50’; y, luego pactó con el mismo
gobernante asesino de los ingenuos apristas, --como fue el dictador Manuel Odría--, vía la proditora alianza parlamentaria APRA-UNO en los años 60’ del siglo XX, donde bloquearon
absolutamente todas las reformas progresistas del presidente Fernando Belaúnde Terry y favorecieron
intereses oligarcas y extranjeros, tal como está probado en la historia
científica.
Y AGP no es otra cosa que fiel continuador de políticas proditoras,
nefandas y nefastas de su partido el PAP
que siempre fue ambiguo y servil al imperialismo y a la oligarquía y derecha
política en última instancia.
Ser revolucionario es una línea de continuidad y consecuencia a favor
de las sagradas causas populares hasta las últimas consecuencias, tal como nos
enseñaron los revolucionarios mexicanos
quienes fueron asesinados muchos de ellos precisamente porque eran fieles a sus
principios y leales a su pueblo. No se es revolucionario de joven y luego
servil y lacayo a los grupos de poder oligárquicos o al imperialismo destructor
de tu nación y patria cuando llegas a viejo.
Doceava lección: El ‘comunismo’
y el marxismo de cualquier matiz,
pelaje o laya, siempre estuvo equivocado en el análisis político y económico de
nuestra América Latina, y no tuvo la
eficacia, el liderazgo y la contundencia, tal como la tuvo la popular Revolución Mexicana para llegar al
poder, y hacer las grandes y profundas transformaciones exigidas por el pueblo.
Es más, como lo hemos adelantado,
el marxismo con su tan alabado y
exaltado y ‘científico’ materialismo
histórico se equivoca total y absolutamente en América Latina, y la Revolución Mexicana está ahí para
comprobarlo. Siendo que la mencionada Revolución
Mexicana no encaja en modo alguno, en las categorías y patrones de análisis
e interpretación de la historia, que desarrollaron como verdad última y única
los alemanes Marx y Engels en su materialismo histórico antes aludido.
Inclusive las tesis marxista, leninista y maoísta sobre
la estrategia de toma del poder, se hacen añicos y no sirven para nada, cuando
se estudia la Revolución Mexicana.
Casi todos los movimientos de izquierda marxista o comunista o
socialista, traicionaron las grandes causas populares, y solamente escondieron
y esconden negros intereses personalistas y de élite, tal como está probado a
la fecha. El PRI en México empezó
siendo un partido de izquierda en 1929, pero hoy es un partido neoliberal más,
por decir lo menos.
En Perú, es vergonzoso constatar
que aún existan seguidores del periodista autodidacta José Carlos Mariátegui (1895-1930), quien ‘no le ha ganado a nadie’ como marxista y socialista, y que de
escribir artículos periodísticos en el extranjero, --cuando el dictador Leguía lo envió a Italia con todos los
gastos pagados, tal como está probado--, y que de hacer reuniones en su casa, y
fundar inicialmente el partido
socialista no pasó. En realidad, se
traficó y contrabandeó mucho con su memoria y sus epidérmicos escritos, para ocultar
ambiciones de poder desviado y enanismo mental dizque marxista o socialista por
parte de mediocres líderes y supuestos intelectuales de izquierda.
En suma, la Revolución Mexicana nos ha dejado lecciones eternas, que sobre todo
la Ciencia Política no puede dejar
de lado, y fue el liberalismo el
primero en leer y aprender para afinar y relanzar su poder regional y para no
cometer errores en el dominio sobre países subdesarrollados, pero con
abundantes materias primas. Quien nunca quiso tomar nota y aprendizaje y
seguimiento de estas sabias lecciones revolucionarias y probadas en la forja
candente de la historia misma, fue la mal llamada izquierda antimperialista latinoamericana, y sobre todo en Perú que
devino en narcopartidos y en liberalismo corrupto, tal como es el caso con el
Alanismo, Fujimorato, Toledismo y Humalismo neoliberal de hoy.
Lima, 22 de octubre del 2014
Jaime Del Castillo Jaramillo
Abogado egresado de la U.N.M.S.M. con más de 20 años de ejercicio
profesional y cuenta con estudio jurídico abierto; politólogo con más de 20
años de ejercicio profesional; periodista, fundador y director del programa
radial y televisivo ‘Yo, Sí Opino’ (censurado en TV y cerrado cinco veces en
radio); Maestría en Ciencia Política con la tesis “Pensamiento Político peruano
insuficiente y epidérmico causa de nuestro subdesarrollo político”; Post Grado
internacional en Ciencia Política otorgado por la UCES – Universidad de
Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos Aires-Argentina graduado con la
tesis: “Crisis terminal de los Partidos Políticos en el Perú”; catedrático
universitario de ‘Historia del Pensamiento Político”, “Filosofía Política”,
“Metodología de la investigación en Ciencia Política”, “Realidad Nacional”;
“Análisis Político”, “Ciencia Política”, etc.; blogger, comunicador social,
articulista y conferencista.
Fundador, ideólogo y Presidente de “Foro Republicano”
http://fororepublicanoperuano.blogspot.com
@jaimedelcastill
yeagob2@gmail.com
https://www.facebook.com/jdelcastillojaramillo
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