miércoles, 6 de agosto de 2014

La “República” es la medicina para restablecer la salud política-económica e imponer la justicia social. Las eternas enseñanzas de Platón en ‘La República’





La “República” es la medicina para restablecer la salud política-económica e imponer la justicia social. Las eternas enseñanzas de Platón en ‘La República’



Hemos venido denunciando reiteradamente que la teoría política que alimenta a la ‘Republica’  (en Perú y por extensión a muchos países de Sudamérica) ya está desfasada, corrupta y pervertida por los partidos políticos de derecha y de izquierda, y es que la desinformación y embrutecimiento inoculado vía los medios masivos de comunicación social, ciegan y desvían mucho más a los ciudadanos, del camino correcto para mejorar, corregir y modernizar sus Repúblicas, el caso peruano es patético por el cinismo, mediocridad y el descaro de la clase política partidocrática de izquierda y de derecha que con toda osadía y prepotencia llevan oficialmente como candidatos en todas las elecciones a vulgares pillos, delincuentes, narcos y toda laya de mafiosos, estafadores y demagogos, los mismos candidatos que previamente han pagado el consabido y negro ‘cupo’ a los jefes de los partidos políticos signados por la corrupción, y denunciados mil veces por corruptos –estos políticos paridos por dicha partidocracia maleva-- por la ciudadanía que sufre a estos delincuentes y malhechores de la política nacional, salvo meritorias excepciones.


Y es que muchos desconocen que la política es buscar la felicidad de las mayorías y no el beneficio de grupos de poder minoritarios coadyuvados por los denunciados partidos, la justicia social es una preocupación central de la teoría política desde la época de los griegos hasta la fecha, y la JUSTICIA es un tópico cardinal teórico-político que debe alimentar el ejercicio público y que por lo menos teóricamente se supone que impregna todas las normas positivas jurídico-constitucionales en cualquier comunidad civilizada.


La preocupación por la justicia decíamos, es tan antigua como la humanidad misma, en cuanto se preocupó el hombre por reunirse en comunidades que excluyan la guerra, la inseguridad y la desarmonía, y precisamente sobre eso filosofa el monumental pensador griego Platón, sentando teoría política que fue y es la fuente primera de todo filósofo político que se precie de tal, sus enseñanzas iluminan aún el estudio de la ciencia política y la política en general. Y es que Platón fue un político metido a filósofo, tuvo mucha experiencia en materia de conducta social y ordenamiento vinculado al poder y afrontó los múltiples y críticos problemas de su evo, y pensando en las soluciones a las variantes y encrucijadas de su época es que sentó las bases de la gran teoría política sólida que aún sigue vigente. Fue el autor de la señera y eterna obra ‘La República’ que supera en orden, método y esencia a la misma ‘Política’ del sabio estagirita Aristóteles.


Y es que para Platón los hombres estamos destinados por naturaleza inflexible y central a vivir dichosamente juntos, esa es nuestra flexión primera en materia social y política, en tal virtud es una falsedad y artificio el ‘CONTRATO SOCIAL’ entre los hombres, toda vez que nuestra esencia es la de vivir juntos y servirnos unos a otros en paz y armonía; y ningún papel o contrato o acuerdo va a originar o crear o iniciar lo que es una tendencia social ínsita y natural cuando los hombres se reúnen en comunidades. Y con esta postura platónica queda bien fundamentado el por qué los hombres reclaman, protestan y luchan --hasta inclusive entregar sus vidas-- en búsqueda de la JUSTICIA SOCIAL tal como está demostrado en toda la historia universal y hasta la fecha.


El INDIVIDUALISMO es una falacia, toda vez que el HOMBRE NO SE PUEDE SERVIR A SÍ MISMO necesita obligatoriamente: el concurso y apoyo y colaboración de otros hombres. El liberalismo y el neoliberalismo son estafas ideológicas y políticas y económicas de grupos de poder que solamente buscan explotar a otros hombres de mil formas y maneras generando injusticia social.


Y en esa línea platónica en desarrollo afirmamos que la teoría del CONTRATO SOCIAL debe y tiene que ser revisada porque es un artificio y es falaz y tenemos que hacer girar los ejes de la reflexión y de la praxis política en la búsqueda de la justicia social.


Y es que para el discurso platónico: la JUSTICIA tiene mucho que ver con el respeto a la división del trabajo, a la satisfacción de necesidades y a la vigilancia de la paz y la seguridad ciudadanas, y para lograr ello se apela a la virtud de los ciudadanos, y a la capacidad y competencia del grupo gobernante, es decir: la clase política decidida a gobernar tiene que tener solidez moral y ética y preparación y competencia en el acto de gobierno y administración públicas, atendiendo por cierto y prioritariamente, a la maquinaria social de la división del trabajo como orden natural que nos conduce siempre a la paz y a la armonía social. En este patrón y canon, vemos muy en claro que nuestra República no es tal, y que la clase política que tenemos dista mucho de ser capaz y competente para allegarnos justicia social.


Es central, primevo y concepto clave entonces: el HOMBRE BUENO, aquél que sea diestro, perito y experto en técnicas especiales al servicio de la comunidad, para el pensamiento platónico el hombre bueno es vital para lograr el funcionamiento de la República con paz y justicia social; es decir: que el hombre bueno debe tener la capacidad técnica, especializada y solvente de una habilidad que coadyuve a la felicidad general vía el orden político o POLITEIA en griego, y en el lenguaje romano: República.


Ser hombre bueno implica un concepto integral para Platón: no solamente ser hábil y capaz técnicamente en el plano laboral y profesional, sino también ser moralmente intachable y respetable políticamente. Y por ello fue realista, muy realista el sabio Platón cuando concibe que es una minoría la que podría alcanzar esos requisitos, perfiles y stándares para la salud de la politeia o república.


Platón nunca se equivocó cuando su preocupación se centra en respetar la división del trabajo, es decir, reconocer que todos los hombres se sirven unos a otros en justicia, en naturaleza y en sus justas necesidades aportando sus conocimientos, artes, habilidades y esfuerzos interactivamente: el carpintero, el agricultor, el comerciante, el soldado, el médico, el cantante, etc., y que precisamente, en el respeto y supervigilancia y resguardo de ese orden natural de la división del trabajo está la clave para preservar la justicia social y la salud de la politeia o república.


En ese marco es que es y deviene imprescindible: tener HOMBRES DE JUICIOS JUSTOS porque son los que enriquecerán y consolidarán la justicia social, la paz y la seguridad de la politeia o república ya indicadas.


Entonces la REPÚBLICA fue creada para allegar salud política a la comunidad enferma e INFLAMADA POR LAS INJUSTICIAS, la inflamación como enfermedad social y política: con la suma de los lujos y artificios y caprichos y discriminaciones que alteran el sano discurso de la división del trabajo y procrean la injusticia social general. Los políticos de la República tienen como deber RECONSTITUIR LA SOCIEDAD ECONÓMICA e imprimirle salud y estabilidad.


El reconocido investigador de ciencias sociales de la universidad de Liverpool Charles Vereker expone sistemáticamente varios temas básicos de la Teoría Política, siendo el más importante tema el de la JUSTICIA y de donde extraemos estas citas que abonan la tesis que hemos elaborado ut supra:


“Las respuestas particulares de Platón a los problemas que planteó tienen menor importancia para los estudiosos posteriores de la política, que su insistencia en que los hombres están destinados, por su propia naturaleza, a vivir dichosamente juntos (pag. 12) en armonía y paz; en que, si no lo consiguen, debe imputarse la causa a la falta de conocimiento adecuado para alcanzar dicho fin; y en que es posible descubrir, mediante la reflexión sistemática, el camino que se debe seguir para lograrlo, aunque ello no asegure necesariamente que todos lo sigan. Esta actitud crítica y reflexiva frente a los problemas sociales ha distinguido al pensamiento político posterior. Los pensadores de las épocas siguientes como San Agustín, Hobbes, Rousseau y Marx, han permanecido, a este respecto, dentro de la tradición platónica. Difieren acerca de las causas de la desarmonía, ofrecen sugerencias diversas para reorganizar las relaciones sociales de acuerdo con esquemas más satisfactorios y sus propuestas específicas divergen en cuanto al ordenamiento institucional apropiado para lograr el fin que se anhela, pero todos ellos siguen el ejemplo de Platón –- si bien impulsados por otras imperfecciones distintas de las que motivaron el pensamiento de éste-- al reflexionar críticamente sobre la condición del hombre y el plan más eficaz para su redención.” (pag. 13 )
(…)

“Se presenta otra dificultad al tratar de comprender cuanto dice Platón acerca del carácter y del propósito de la asociación política: y es que en su (pag. 14) descripción de las clases de hombres y de grupos sociales que considera más satisfactorios se remite constantemente a una analogía con la habilidad técnica –argumento favorito de su maestro Sócrates—más inteligible para sus contemporáneos del mundo griego que para nosotros.” (pag. 15)
(…)

“Es difícil captar en la palabra virtud la idea, originalmente más neutra, de ser bueno en algo, idea que es propia del término griego correspondiente, areté o del latino virtus. (…) Así, el hombre bueno, para Platón, era algo análogo al buen marinero o al buen carpintero, es decir, algo análogo a quien posea un conocimiento especial de una técnica especial, sólo que  ese conocimiento, en el primer caso, se relacionaba con la vida desde el punto de vista moral o, más simplemente, con la cuestión de cómo ser bueno en tanto se es hombre.”

“Esta concepción teleológica o intencional de la vida humana es común a Platón y Aristóteles, y su tradición llegó a varios pensadores de épocas sucesivas.” (pag. 15)
(…)
“Sin duda, podría argumentarse que Platón pensaba en Sócrates como modelo, y que tenía en la mente el carácter excepcional y las dotes de su amigo y maestro cuando describió al hombre virtuoso, es decir, al hombre que, como tal era el mejor. Pero, en su opinión, sólo ciertos tipos de personas podían, por inclinación congénita y capacidad intelectiva, alcanzar esa jerarquía moral. Para la mayoría de la gente, la condición esencial de una vida buena y moralmente satisfactoria residía en el carácter y la constitución de la comunidad o ciudad en que vivían. Platón tenía clara conciencia de que las ciudades que conocía condenaban a la mayoría de sus contemporáneos a una vida desdichada, imperfecta y frustrada. Concebía la ciencia de la política como una investigación sobre el correcto ordenamiento de las relaciones entre los ciudadanos, de modo que pudieran ayudarse unos a otros a ser hombres buenos. Esta reordenación del esquema de las relaciones sociales, la reestructuración de la constitución o de la república, término latino que corresponde al griego politeia, u orden político, constituye el tema del más importante estudio de Platón en la materia, La República, obra dialogada cuyo subtítulo es De la Justicia. Significaría una gran ventaja, en verdad, que pudiéramos volver a usar el término politeia para describir el cuerpo político, pues su significado no aparece oscurecido por acepciones secundarias.” (pag. 16)
(…)
“Esta sociedad armoniosa, por lo tanto, es algo cuya realización depende de que existan en su seno hombres capaces de emitir juicios justos, pues el sentido más cercano al término griego traducido como justicia es el de decidir sabiamente, más que el de pronunciamiento de acuerdo con la ley.” (pag. 17)
(…)
“La justicia era patrimonio de unos pocos, quienes la conferían a los más, y cada grupo necesitaba del otro para poder vivir en armonía. Pero la misma conducta requerida para establecer la armonía social era la que expresaba y desarrollaba, al propio tiempo, el carácter moral de los ciudadanos individuales. De este modo, Platón consideraba la relación política como requisito indispensable para la realización moral.” (pag. 18)
(…)
“Contra esta primitiva versión de la teoría del contrato social, Platón sostiene que los lazos de la sociedad son naturales y, por implicación, universales, pues surgen del carácter y de las necesidades de los hombres, ninguno de los cuales puede bastarse a sí mismo.” (pag. 19)

(…)
“En La República Sócrates describe la comunidad económica simple como la ‘única verdadera, la que goza de buena salud’, y su complicación por la adición de lujos como la ‘inflamación’. El establecimiento de una comunidad política se compara de este modo con la recuperación de la salud después de la enfermedad, y el gobierno se considera como el régimen que administran los médicos con conocimientos especiales para reconstituir la sociedad económica y mantenerla con buena salud. En el primer estado de la sociedad, el más simple, su condición moral, su expresión de justicia o de armonía reside en el principio de la división del trabajo. Este principio continúa manifestándose en la sociedad que se recupera de sus males, pero, a fin de evitar una recaída, deberá incluir un nuevo grupo especializado, que Platón llama de los ‘Guardianes’, los médicos del alma social y, previa diferenciación, defensores del cuerpo social.” (pag. 20)

(…)
“Los atributos morales específicos de los grupos o clases cuya función es volver a crear y defender el sistema armonioso de la ciudad, son la sabiduría y el valor, y las artes que están capacitados para ejercer, son el arte de gobernar y el arte militar de la defensa y del mantenimiento del orden.” (pag. 22)

(…)

“La visión de la justicia de Platón consiste en una nueva división, por clases, de un tipo distinto de trabajo: el establecimiento de la armonía, la seguridad y la felicidad, no para una clase, sino para todos los miembros de la nueva comunidad política.” (pag. 23)
(…)

“Es incumbencia de la política la dirección general, el control y la ordenación armoniosa de los variados intercambios de bienes y servicios entre los miembros de un grupo dado. Al propio tiempo, es también uno de estos servicios, el más importante de ellos. (…) Allí donde las leyes sean sabias; los soldados, valerosos; y todo el mundo obediente, la sociedad será feliz, armoniosa y, en el especial significado griego de la palabra, justa. Finalmente, sólo en una sociedad semejante la mayoría de los hombres –pues podrían excluirse los casos (pag. 27) raros de los filósofos—podrá encontrar esa misma justicia en sus propios espíritus.” (pag. 28), ‘Capítulo I. La Justicia’ en ‘El Desarrollo de la Teoría Política’, editorial Universitaria de Buenos Aires EUDEBA, versión castellana por Néstor Míguez, Argentina, 1961.


Queda entonces muy en claro, --a la luz de la exposición que hemos faccionado líneas arriba--, que la teoría política que alimenta --y hasta jurídica y constitucionalmente-- a la ‘república’ peruana (y similarmente en otras naciones), pues, está pervertida y en su concepción, estructura, organización y proyección, para nada le interesa el valor: JUSTICIA SOCIAL; el interés primero de la corrupta clase política de hoy es el lucro mercantil elitista en la forma o manera que sea, o, en otras palabras, sólo les interesa el ‘MERCADO’ individualista –pero del INDIVIDUO que tiene dinero absolutamente, así sea un delincuente o un narcotraficante--, por eso nosotros hemos afirmado y afirmamos que la primera república peruana ya colapsó. La Segunda República con nuevo contenido y continente es imprescindible para el Perú.

Lima, 06 de agosto del 2014

Jaime Del Castillo Jaramillo
Abogado egresado de la U.N.M.S.M. con más de 20 años de ejercicio profesional y cuenta con estudio jurídico abierto; politólogo con más de 20 años de ejercicio profesional; periodista, fundador y director del programa radial y televisivo ‘Yo, Sí Opino’ (censurado en TV y cerrado cinco veces en radio); Maestría en Ciencia Política con la tesis “Pensamiento Político peruano insuficiente y epidérmico causa de nuestro subdesarrollo político”; Post Grado internacional en Ciencia Política otorgado por la UCES – Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos Aires-Argentina graduado con la tesis: “Crisis terminal de los Partidos Políticos en el Perú”; catedrático universitario de ‘Historia del Pensamiento Político”, “Filosofía Política”, “Metodología de la investigación en Ciencia Política”, “Realidad Nacional”; “Análisis Político”, “Ciencia Política”, etc.; blogger, comunicador social, articulista y conferencista.
Fundador, ideólogo y Presidente de “Foro Republicano”
http://fororepublicanoperuano.blogspot.com
@jaimedelcastill
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https://www.facebook.com/jdelcastillojaramillo


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