Chicago de Condon y Harlem de los reyes del piano
Eddie Condon más que
músico fue cronista del Jazz de Chicago y Harlem fue la crónica viva del
discriminado y sufriente negro que respondió con genios del piano jazzístico. Historia
del Jazz. Parte XX
Por: Jaime Del Castillo Jaramillo
El legendario ‘Jazz de Chicago’ lleva en su esencia, cierta pretensión con pátina blanca, o, que en su epidermis casi se nota, las ínfulas racistas de querer mostrarse y venderse como no contaminados por los músicos negros y siempre mostró cierto alarde petulante, de sarcasmo e ironía, en suma, en Chicago se anidó ese élan de ‘antihéroes’ que el cine de Hollywood bien cultivó y explotó universalmente, consolidando grandes figuras del écran de ese movimiento.
Pero la
dura realidad es que, para el surgimiento del Jazz en Chicago,
confluyeron todas las razas y todos los estilos y ritmos del momento, por una
simple razón: el imán seductor de la superioridad económica y la prosperidad de la que gozaba la
mencionada ciudad Chicago, por eso mismo fue que los maestros músicos negros de
Nueva Orleans se fueron o migraron
en grandes oleadas a la ciudad de Chicago,
por razones estrictamente económicas (fueron ellos los que enseñaron y dejaron
sólida escuela de jazz en dicha
ciudad), se aplicó el dicho: ‘Por mi mejoría, mi casa dejaría’.
La gente de Chicago era gente de mundo, acostumbrada a rozarse con ciudadanos
de todas partes del mundo y de todos los rincones de los Estados Unidos; Chicago fue un crisol de razas y
costumbres y estilos y es por eso que necesitaba música y alegría. El Jazz tenía que aparecer necesariamente,
pese a su nula tradición o apariencia.
En términos
directos, francos y breves: El “Jazz de
Chicago” tiene su paladín y se llama Eddie
Condon, quien musicalmente no pasaba de ser un mediano intérprete de banjo
o guitarra o cantante; Condon
destacará más, como cronista del jazz de su ciudad, como hombre y músico de su
tiempo; además, era un sobresaliente epigramista, que en el fondo lo que
buscaba era resaltar y reseñar y relievar, las calidades y cualidades del Jazzmen
de Chicago. Obviamente, con el paso del tiempo, Condon se ha convertido en obligatoria fuente, cuando se quiera
beber del abundante manantial de la historia del jazz de Chicago.
Eddie Condon, es natural de Goodland en Indiana, nacido el 16/11/1905,
se aficionó al baile, y para mediados de los alegres años 20’, integró peculiar agrupación musical en Chicago, con jóvenes denominados los “Austin
High School Gang” o mejor
dicho “la banda del instituto de Austin”,
quienes se caracterizaron por su fanatismo por el Jazz y destacaron en dicho grupo, el cornetista, trompetista y director de orquesta Jimmy McPartland (15/3/1907, Chicago,
Illinois – 13/3/1991, Port Washington North, New York) y el saxo tenor, clarinetista
y compositor, Bud Freeman o Lawrence
Bud Freeman (13/4/1906, Chicago, Illinois – 15/3/1991, Chicago, Illinois).
En
realidad, Austin, fue una destacada
área residencial ubicada al oeste de la poderosa ciudad de Chicago y no guardaba las mínimas condiciones para que surja ahí,
algún movimiento de jazz.
Todo
empezó para el año de 1922, cuando un puñado de inquietos jovenzuelos
estudiantes, se reunían siempre en una tienda de refrescos, muy cercano al
irrelevante instituto de Austin o el
Austin High School, obviamente que
la tienda bajo comento, contaba con una gramola o gramófono de manivela
Victrola a monedas y por cierto, ahí estaban al costado todos los discos o
éxitos musicales del momento y ese era el motivo de sus reuniones; fue así que escuchando
música, se aficionaron al Jazz, sobre todo fueron influenciados por los “New Orleans Rhythm Kings” (los mismos
que tocaban en el local nocturno “Friars
Inn” de Chicago), movidos por su pasión musical jazzística, los mozalbetes
en mención, decidieron convertirse en músicos y Tesch o Frank Teschemacher
(13/3/1906, Kansas City, Missouri – 1/3/1932 en Chicago) se compró un
clarinete; Bud Freeman se avocó al
saxofón; Jim Lannigan por su parte, escogió la tuba o bajo; Dick McPartland se aficionó por el
banjo.
Ese
entusiasta grupo de jovencitos, antes aludidos, se convertirían en breve en la
agrupación musical denominada los Blue
Friars. A los fundadores se les uniría después Dave Tough (26/4/1907 – 9/12/1948) y cuando el mencionado Tough viajó hacia Europa, lo suplió el
maravilloso Gene Krupa (15/1/1909 –
16/10/1973) a la batería; también se unió a ellos, el que sería gran maestro clarinetista
Benny Goodman o Benjamin David
Goodman (Chicago, 30/5/1909 – Nueva York, 13/6/1986), entre otros, los mismos
que hicieron grabaciones memorables. Pero tampoco perdamos de vista, que en la
misma ciudad de Chicago, también
existieron otros grupos musicales de jazz, que incluyeron en su nómina a
grandes Jazzmen que no eran de la
ciudad de Chicago tantas veces mencionada y que sería largo enumerar sus grabaciones
y su trayectoria fulgurante.
Pero en
verdad de verdades, en materia de Jazz, siempre tuvo su peso propio la capital
del mundo: New York y sin lugar a
dudas. Recordemos que finalizando los años
20’, el histórico barrio de Harlem
significaba el renacer del negro libre
que pugnaba por hacer realidad el ‘sueño americano’ ejerciendo su
condición y situación de ciudadano
en la nueva sociedad civil que ellos
irían forjando en el día a día.
Fue
alboreando el siglo XX que el antiguo Haarlem
holandés de sus primeros colonizadores, empezó a cambiar definitivamente,
de blanco a negro, debido a la masiva migración
negra, que se acentuó agresivamente al empezar la terrible IGM toda vez que llegaban oleadas de
migrantes, sobre todo del sur; también llegaron los negros que buscaban
refugio, debido al fenómeno de la superpoblación de los apartamentos en la
moderna Manhattan. En suma, se
confundió una gran masa negra en el nuevo Harlem,
donde no se distinguía entre gente de paso y arrendatarios y lo más importante,
aparecieron los primeros propietarios negros culminando los años 20’, los
mismos que llegaron a poseer casi o más del 70% de los bienes inmuebles del
nuevo Harlem.
Nos
encontramos entonces en ese escenario, con un Harlem que latía y crecía vigoroso y firme, con nuevas corrientes intelectuales que mostraban robusta elite cultural, la misma que
dominaba varias áreas del saber y del conocimiento y del arte, como por
ejemplo, la literatura en prosa, la
poesía, las artes plásticas, la música, la historia, la sociología y un
largo etcétera. Pero junto a este nuevo Harlem
de luz y progreso e inteligencia, coexistía otro Harlem de obscuridad, precariedad e instinto, vale decir, otra dura
y fea realidad material y palpable, donde los feroces colmillos de la crueldad y
la inestabilidad, se mostraban nítidos y desafiantes y eran cosa del día a día.
Demás está
decir que, los agobiantes salarios bajos y el elevado costo de los alquileres
de inmuebles, hacía gris y fatal, la vida del negro pobre de Harlem. Casi la mitad de los
arrendatarios, gastaban sus magros ingresos en el pago de los alquileres de
vivienda, mientras la gente blanca de la misma ciudad no sufría esas penurias.
Fácil es colegir, que más de un cuarto de la población pobre y arrendataria
negra de Harlem, tenía que
subarrendar parte de su vivienda y hasta alquilaban sus colchones dos veces al
día, a sus inquilinos con diferentes horarios de trabajo. Demás está agregar
que, la diferencia de salarios entre blancos y negros era profunda e
intensamente injusta.
La política racista y discriminadora era
maldita, perversa e injusta por decir lo menos, expresada más o menos así: “Negro
de Harlem, sufre y paga bien cara tu independencia y tu comida y ojalá te
aburras y te vayas a otro sitio”.
El Jazz era el bálsamo y la alegría y la
distracción de los negros pobres de Harlem;
en buen romance, el Jazz era patrimonio
e insignia del Harlem sufriente y
sufrido, sin lugar a dudas, con el Jazz y sus geniales Jazzmen pianísticos negros
sobre todo, responderían a sus opresores y enemigos y odiadores profesionales.
(Fin de la décimonovena parte)
Lima, 08 de
octubre del 2016
Jaime Del
Castillo Jaramillo
Abogado
egresado de la U.N.M.S.M. con más de 25 años de ejercicio profesional y cuenta
con estudio jurídico abierto; politólogo con más de 20 años de ejercicio
profesional; periodista, fundador y director del programa radial y televisivo
‘Yo, Sí Opino’ (censurado en TV y cerrado cinco veces en radio); Maestría en
Ciencia Política con la tesis “Pensamiento Político peruano insuficiente y
epidérmico causa de nuestro subdesarrollo político”; Post Grado internacional
en Ciencia Política otorgado por la UCES – Universidad de Ciencias
Empresariales y Sociales de Buenos Aires-Argentina graduado con la tesis:
“Crisis terminal de los Partidos Políticos en el Perú”; catedrático
universitario de ‘Historia del Pensamiento Político”, “Filosofía Política”,
“Metodología de la investigación en Ciencia Política”, “Realidad Nacional”; “Análisis
Político”, “Ciencia Política”, etc.; blogger, comunicador social, articulista y
conferencista.
http://fororepublicanoperu.blogspot.com
@jaimedelcastill
yeagob2@gmail.com
https://www.facebook.com/jdelcastillojaramillo
No hay comentarios:
Publicar un comentario