miércoles, 12 de marzo de 2014

Hannah Arendt, Jurgen Habermas y Talcott Parsons y sus errores compartidos sobre el concepto de poder y la racionalidad dominante en cualquier sociedad y entorno político



Hannah Arendt, Jurgen Habermas y Talcott Parsons y sus errores compartidos sobre el concepto de poder y la racionalidad dominante en cualquier sociedad y entorno político



Sobre Hannah Arendt ya nos hemos pronunciado en dos envíos inmediatamente anteriores con respecto al concepto de poder político y también precisé que Jurgen Habermas el gran filósofo alemán de nuestros días sigue con simpatía la postura de su paisana Arendt aunque con algunos matices diferenciales, ya que Habermas y Arendt creen en la racionalidad comunicativa, y que la comunicación, el consenso y el acuerdo generan poder; tesis y posición que niega el que suscribe toda vez que no es real ni sustancial o comprobable en cuanto al concepto de  poder político en su esencia.


Es importante anotar que el concepto de racionalidad que tanto usa y gusta ya sea Arendt y/o Habermas tiene que ser revisado en cuanto se quiera aplicarlo en suelo sudamericano que es otra realidad muy distinta a la europea, por lo menos en cuanto al discurso histórico político real, material y concreto.


La racionalidad en general es la racionalidad dominante sociológica y politológicamente, y esa precisión es la que nunca debemos dejar de lado cuando de estudios politológicos se trate y valga la redundancia, la racionalidad dominante se cuida siempre de imponer SU RACIONALIDAD y las demás ‘racionalidades’ serán toleradas pero siempre neutralizadas y dominadas y controladas para que no pongan en peligro la RACIONALIDAD DOMINANTE, de tal manera que para nosotros la racionalidad de Arendt y de Habermas no puede ser la RACIONALIDAD DE TODA LA SOCIEDAD y sociedad en general, porque eso no existe, es una utopía, un espejismo o un romanticismo, la SOCIEDAD CONCRETA Y MATERIAL TIENE RACIONALIDAD DOMINANTE y excluyente si no, no es sociedad, así de simple y de sencillo.


Ahora, el gran problema de y con Talcott Parsons (autor que estudiamos obligatoriamente en las clases que imparto en mis cursos de ciencia política y sociología jurídica en diferentes universidades) es que este gran exponente de la fuerte corriente del Estructural funcionalismo en teoría social, fundamenta que toda sociedad busca necesariamente la autorregulación e interconexión de sus particularidades y peculiaridades (tales como sus valores, sus metas, sus funciones, etc., pero no dice Parsons que esos valores, metas y funciones son las que favorece a la racionalidad dominante de un grupo social que hace ‘su’ sistema social).


La autopoiesis o autosuficiencia de toda sociedad según Talcott Parsons estaría determinada por sus necesidades básicas como la preservación del orden social, pero no dice que la racionalidad dominantes es la que defiende sobre todo su modelo económico; la oferta de bienes y servicios, pero no dice que lo que se defiende a toda costa y costo es la intocabilidad del mercado; la educación como socialización, pero no dice que es un mecanismo o instrumento de reproducción ideológica de la racionalidad dominante; y por cierto, la protección de la infancia, pero no dice que hay prevalencia del grupo dominante siempre en preferencia.


La racionalidad dominante se esconde muy bien en la fantasmagoría reaccionaria de la ‘Teoría de los Sistemas’ aplicada en la sociología por la teoría parsoniana: es el SISTEMA EL QUE SOLO SE ARREGLA dice en pocas palabras Parsons escondiendo en su teoría social al grupo dominante que impone sus intereses y ejerce poder efectivo en realidad con una serie de instrumentos y mecanismos de manipulación y control y represión.


En suma no dice Talcott Parsons que son los seres humanos agrupados en minoría con poder económico y social y cultural y con fuerte e irrevocable vocación de dominio los que hacen el SISTEMA SOCIAL Y POLÍTICO de acuerdo a sus intereses, y eso se puede comprobar en cualquier parte del mundo y en cualquier momento de la historia y no me demoraré en demostrarlo porque una simple compulsa me dará la razón absolutamente.


Y es que toda esta argumentación científica parsoniana amparada en la Teoría de los Sistemas, no es otra cosa que el ocultamiento y maquillaje de la RACIONALIDAD DOMINANTE imperante siempre, la sociedad no existe sin seres humanos y dentro de los seres humanos hay grupos con poder económico y/o político y/o cultural y/o religioso y/o social, etc., que siempre impondrán su RACIONALIDAD DOMINANTE tal como se verifica en cualquier momento de la historia universal hasta la fecha.


A estas alturas de mi argumento, creo que está claro y probado lo que afirmé en otro envío en el sentido que Max Weber sigue venciendo con su esclarecido y reconocido concepto de poder político, abonando la teoría de la acción con pretensiones teleológicas tal como lo define Jurgen Habermas.


Y sobre el concepto de poder en Weber (Macht) y sobre Hannah Arendt y su concepto del poder (Gewalt) y sobre el norteamericano Talcott Parsons y su lectura del poder escribe el filósofo germano Jurgen Habermas lo siguiente:


“Pero esto cabría entenderlo en el sentido de que Macht y Gewalt son solamente dos aspectos de un mismo ejercicio de la dominación política. Macht significaría entonces la movilización del asentimiento de los miembros de una comunidad para los fines colectivos, es decir, la disponibilidad de los miembros para respaldar a la dirección política; mientras que Gewalt significaría el disponer de recursos y de medios de coacción en virtud de los cuales una dirección política puede tomar e imponer decisiones vinculantes para realizar los fines colectivos. Y esta idea es la que inspira de hecho el concepto (pag. 206) de poder desarrollado en el marco de la teoría de sistemas. Talcott Parsons entiende el ‘poder’ como la capacidad general de un sistema social para ‘conseguir que se haga lo que hay que hacer en interés de los fines colectivos’. La movilización del asentimiento genera un poder que, si se hace uso de los recursos sociales puede ser transformado en decisiones vinculantes. Parsons puede dar cobijo bajo un mismo concepto de poder a lo que Hannah Arendt opone entre sí como poder (Macht) y poder instrumental (Gewalt) porque entiende el ‘poder’ como propiedad de un sistema que se comporta frente a las partes que lo integran según el mismo esquema con que lo hace el agente ‘racional con respecto a fines’ frente al mundo externo: ‘He definido el poder como la capacidad que tiene un sistema social de movilizar recursos para conseguir fines colectivos’. Es decir, que Parsons repite en el plano de unas categorías construidas en el marco de la teoría de sistemas la misma idea teleológica del poder (poder como potencial para la realización de fines) que Max Weber sustenta en el plano de la teoría de la acción. En ambos casos se pierde lo específico que distingue la discusión que concuerda voluntades del poder ejercido instrumentalmente (Gewalt). La fuerza generadora de consenso de una comunicación que busca el entendimiento se opone a este poder instrumental porque el acuerdo, cuando se lo busca en serio, es un fin en sí mismo, y no puede ser instrumentalizado para otros fines.” (pág. 207, ‘11. Hannah Arendt’  en ‘Perfiles filosófico-políticos’ de Jürgen Habermas, editorial Taurus, versión castellana de Manuel Jiménez Redondo, traducido de la tercera edición alemana, aumentada, España 2000)


Tenemos que converger con Habermas (aunque lo dice muy tímidamente y excesivamente elegante y en puntillas conforme se puede leer en la cita ut supra) en que la generalidad sociológica parsoniana de su estructural-funcionalismo basado en la Teoría de los Sistemas es globalizante y envolvente, mezclando torpemente y sin elegancia ni menos finura académica los conceptos de poder de Weber (Macht) y de Arendt (Gewalt), cuando en verdad, tal como adelanté: Talcott Parsons con (su insubstancial y pura terminología sin referentes reales y materiales) su Teoría de los Sistemas enfundados y fundados en su estructural-funcionalismo quiere ocultar y maquillar y justificar acciones sociales dominantes de EE.UU. como cuerpo internacional del ‘Sistema-Mundo’.

                                               
Y es que su concepto de sociedad y de poder de Talcott Parsons es absolutamente reaccionario en extremo y que oculta hasta posturas, posiciones y decisiones fascistas terribles y demoledoras de dominio no solo interno sino internacional como el que ejerce EE.UU., por ejemplo contra las minorías raciales e inmigrantes dentro de su territorio, y su posición intervencionista sin tasa ni medida en el mundo entero como es de público conocimiento y hasta de estudio y de repudio también.


Talcott Parsons es el típico intelectual y catedrático cerebral que se acomoda a los requerimientos de la racionalidad política dominante norteamericana, como que fue celebrado catedrático y director del programa académico de sociología de la Universidad de Harvard por décadas y por cierto, alabado como eminencia por el sistema político dominante norteamericano, que más podíamos esperar si no es justificación de la intervención política y hasta militar de EE.UU. en todo el mundo.


La Teoría de los Sistemas aplicada a la sociología en el estructural funcionalismo parsoniano es absoluta y profundamente reaccionaria y diría hasta DARWINISTA SOCIAL o sea una teoría perfectamente liberal y neoliberal justificante del poder del señor de horca y cuchillo sin más ni más, ya que si se aplica dicha teoría a la interpretación de todo el universo humano pues el SISTEMA SOCIAL MUNDIAL SOLO SE ARREGLA y así se justifica repito la posición de ‘Gendarme mundial’ de los EE.UU., como de todos es conocido hoy: Talcott Parsons entiende el ‘poder’ como la capacidad general de un sistema social para ‘conseguir que se haga lo que hay que hacer en interés de los fines colectivos’ o sea EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS: si se tiene que matar o exterminar o torturar o censurar o asesinar pues esto está muy bueno toda vez que con eso se ha conseguido que se haga lo que hay que hacer en interés de los ‘fines colectivos’ y por cierto Nixon, Bush padre e hijo, Ronald Reagan, Clinton y Obama aplauden dicha teoría parsoniana de hecho.


Habermas y Arendt y su concepción romántica del poder, Max Weber y su concepto teleológico impecable en el análisis del poder político y Talcott Parsons como justificador de la racionalidad dominante que impone su poder político en SU SOCIEDAD echándole la culpa a la ‘sociedad’ que solita y ante sí y de por sí se AUTORREGULA, vale decir la ‘mano invisible’ del viejo Adam Smith es la que arregla todo a favor del grupo dominante político, léase: no hay asesinos ni torturadores ni bombarderos ni golpistas ni nada, solo la ‘sociedad’ es la responsable. El Darwinismo social en papel de regalo.


Lima, 12 de marzo del 2014

Jaime Del Castillo Jaramillo

Abogado egresado de la U.N.M.S.M. con más de 20 años de ejercicio profesional y cuenta con estudio jurídico abierto; politólogo con más de 20 años de ejercicio profesional; periodista, fundador y director del programa radial y televisivo ‘Yo, Sí Opino’ (censurado en TV y cerrado cinco veces en radio); Maestría en Ciencia Política con la tesis “Pensamiento Político peruano insuficiente y epidérmico causa de nuestro subdesarrollo político”; Post Grado internacional en Ciencia Política otorgado por la UCES - Universidad Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos Aires-Argentina graduado con la tesis: “Crisis terminal de los Partidos Políticos en el Perú”; catedrático universitario de ‘Historia del Pensamiento Político”, “Filosofía Política”, “Metodología de la investigación en Ciencia Política”, “Realidad Nacional”; “Análisis Político”, “Ciencia Política”, etc.; blogger, comunicador social, articulista y conferencista.
Fundador, ideólogo y Presidente de “Foro Republicano”
http://fororepublicanoperu.blogspot.com
@jaimedelcastill
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