Siendo la moral alimentada por las costumbres, las normas, los tabúes, los prejuicios y convenios establecidos por cada sociedad, pues, el ser humano está atrapado por las preferencias de la mayoría. Vale decir, la Moral será hija del capricho, del poder y de las creencias de una mayoría poco ilustrada pero sensible y renuente a cambiar en sus intereses. Por eso el inmortal filósofo alemán Friedrich Nietzsche no se equivoca en modo alguno, es el capricho, el humor y el prejuicio lo que impone la Moral en determinada coyuntura. Por eso también se le llama REVOLUCIONARIO al que despreciando la Moral caprichosa y sinuosa cambia un estado de cosas o patrones culturales o artísticos o políticos. Y la Subcultura es peor aún, ya que es la pestilencia insoportable, dentro del gran hedor de la mayoría caprichosa y su moral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario