Jazz: refinada cultura negra de formación europea y sentimiento
de negros pobres
Negros
criollos cultos y negros de clases bajas enfrentados socialmente, se unieron
musicalmente creando el Jazz. Historia del Jazz. Parte VI
Por: Jaime Del Castillo Jaramillo
Louisiana es comprada para 1803,
y el nuevo gobierno levantó las antiguas restricciones comerciales para los que
surcaban el importante río Mississippi
y de inmediato la circulación comercial se intensificó vía fluvial y gatilló
para bien, la economía de Nueva Orleans,
ciudad que rápidamente ingresó al dorado reino de la prosperidad sin atenuantes
y por más de medio siglo.
Como no
podía ser de otro modo, la población de la próspera ciudad se duplicó, y
pasados unos quinquenios y como era de esperarse fue puesto en servicio el
primer barco a vapor: “New Orleans” y
en el río Mississippi, ese importante
transporte fluvial facilitó grandemente la navegación río arriba y elevó el poder,
situación y posición de la ciudad de Nueva
Orleans convirtiéndola en gran polo comercial en toda la región.
La
prosperidad de New Orleans, empezó a
tambalear, cuando estalla la gran y terrible Guerra Civil, pero sobre todo, el golpe más fuerte y contundente
que recibió la próspera ciudad, fue el
imparable cambio y modernización en materia de infraestructura del país. La modernización
de los EE.UU., avanzaba a pasos agigantados arrasando todo que esté débil y no
resista el paso imbatible de la modernidad material.
Por ejemplo,
para culminar el siglo XIX, el formidable invento y transporte efectivo y
poderoso del ferrocarril, sustituiría
con el paso del tiempo al barco de vapor,
que otrora era el principal transporte en los Estados Unidos, y con el paso, avance y circuito comercial del
ferrocarril y como no podía ser de otro modo, emergen nuevos y muchos puntos
comerciales por doquiera suene el pitar de los poderosos ferrocarriles. Nueva Orleans que ayer era puerta de
entrada al más importante sistema de transporte fluvial norteamericano decayó
comercialmente.
No
solamente eso, la economía débil y golpeada, atrajo para mal, la corrupción política crónica, y tanto
fue así que, para 1874 el Estado de Louisiana
se volvió insolvente absolutamente, no podía ni siquiera pagar el interés
principal ni menos el acumulado de su deuda pública que ascendía a 53’000,000 millones de dólares.
New Orleans si tenía inversiones
de capital, pero dirigida específicamente o dedicada a los recursos naturales y sobre todo a los yacimientos petrolíferos, por lo tanto, la riqueza de Nueva Orleans no se quedaba en Louisiana, sino todo lo contrario, se
iba a otros lugares, las más de las veces cruzaba la frontera con el Estado de Texas.
Muchas
historias del jazz que abordan obligatoriamente a Nueva Orleans, soslayan olímpicamente la gran verdad fundamental y
contundente: cuando nace el jazz, la
ciudad madre de Nueva Orleans estaba
en pobreza y en ostensible decadencia. Y para colmo de males, la población que
había crecido en un 400%: entre 1825 a 1875,
pues, para el año de 1878, el 2% de la gente de la mencionada ciudad murió a
causa de una terrible epidemia de fiebre amarilla.
Nueva Orleans siempre fue
víctima de pestilencias y enfermedades, toda vez que la histórica ciudad se aloja
bajo el nivel del mar y su clima es húmedo y cálido, con sopor permanente, y
para colmo de males, tenía precarios servicios higiénicos, ya que la mencionada
ciudad no contó con el tratamiento de aguas residuales que disponían otras
ciudades norteamericanas y con alta tecnología, y ese fallo se verifica hasta
1892, por lo tanto New Orleans era
un crónico cultivo de mosquitos, alimañas, bichos y toda clase de parásitos. En
los anales de la ciudad está que el contrabajista Pops Foster o George Murphy "Pops"
Foster, nacido un 19/5/1892 y fallecido un 29/10/1969, el mismo que suscribió sobre
las terribles condiciones climáticas urbanas, las mismas que eran tan
insoportables que tenían que usar mosquiteras.
La
atrocidad y la infelicidad de sufrir epidemias horribles y de convivir con la muerte permanentemente, quizá explique,
--haciendo un esfuerzo de sicología
social--, el porqué de la fascinación y afición desmedida de los habitantes
de la ciudad de Nueva Orleans por
las celebraciones, los desfiles y las fiestas, pero sobre todo por sus lucidos
y sonoros desfiles o cortejos fúnebres; Dionisos
y Tanatos en amoroso y extraño
abrazo, lo funerario y lo festivo, la lágrima y la risa, el lamento y el
jolgorio, juntos y combinados, quizás estas celebraciones alegres y musicales,
les permitían doparse y evadirse colectivamente: posible mecanismo de defensa social y cultural, olvidando aunque sea de
momentos, los terribles sufrimientos y pestilencia y padecimientos que les prodigaba su ciudad residente.
Mucho se
ha dicho, o específicamente, mucho se ha especulado, en cuanto a la relación
del jazz con los burdeles de Nueva Orleans, sobre todo se menciona el manido nombre de Storyville, que efectivamente era un
conocido bloque citadino donde se ejercía la
prostitución en la histórica ciudad bajo comento, pero realmente tuvo
vigencia en escasos veinte años, ya que fuera inaugurado por las mismas
autoridades ediles un 1° de octubre de 1897, y luego fue clausurada por la
marina de los Estados Unidos el 12 de noviembre de 1917. Pero en verdad de
verdades, no está probado fehacientemente que el Jazz haya nacido en los burdeles.
Donald Marquis, respetable
estudioso del jazz de Nueva Orleans y sobre todo,
especialista en la biografía de Buddy Bolden
considerado el primer músico profesional del jazz, pues el mencionado biógrafo Donald Marquis sentenció tajantemente
que Bolden “no tocaba en los
burdeles. Ninguno de los músicos entrevistados recordó haber tocado con un
grupo en un prostíbulo, ni conocían a nadie que lo hubiera hecho.”
Es más,
cuando se hicieron investigaciones minuciosas y profundas sobre el Jazz,
resultó que el nombre de Storyville,
--incluido en muchos diccionarios del jazz--, era desconocido para los músicos
de jazz de la época. Así lo ratificó
el mencionado contrabajista Pops Foster:
Mucho después de marcharme de Nueva Orleans la gente me
venía a preguntar sobre Storyville, allá abajo. Yo pensaba que sería algún
pueblo por el que tocamos y del que yo no me acordaba. Cuando me enteré de que se
referían al barrio de las prostitutas, me quedé asombrado. Nosotros siempre lo
llamábamos el Barrio [the District]. Pops Foster dejó bien en claro que la mayoría de los pioneros
músicos de jazz no tocaban en el Barrio o en el prostíbulo llamado Storyville.
Muy al
contrario, antes de vincularse con prostíbulos, el Jazz estaba más vinculado a las iglesias religiosas de New Orleans, así lo dejó registrado Paul Barbarin o Adolphe Paul Barbarin nacido
un 5/5/1899 y fallecido un 17/2/1969, destacable baterista pionero del jazz de
dicha ciudad, quien específicamente dijo que: “Oías a los
pastores de las iglesias baptistas”, y agregó: “y cantaban ritmo.
Más que una banda de jazz”.
No
solamente eso, también el pionero Johnny
St. Cyr, nacido un 17/4/1890 y fallecido el 17/6/1966, gran ejecutante de
banjo de Nueva Orleans afirmó: “Esos ritmos evangélicos eran parecidos a los ritmos del jazz”, agregando
además que “y el canto se acercaba mucho al del blues”.
Y para mayor
abono de esta posición, recordemos que el gran Kid Ory o Edward Ory, nacido en La Place, de Luisiana, un 25/12/1886
y fallecido en Honolulu, un 23/1/1973, trascendente
trombonista de Nueva Orleans, reveló que la fuente de inspiración musical de Buddy Bolden era definitivamente la
iglesia y no los sucios y peligrosos burdeles: “Bolden sacaba la
mayor parte de sus melodías de la Holy Roller Church, la iglesia baptista de la
Jackson Avenue con Franklin. Sé que solía ir a esa iglesia, pero no por
devoción, sino para buscar allí ideas para la música”.
Pero en
verdad, había mucha creatividad musical
en el ambiente, por ejemplo las cenas al aire libre que acostumbraban los
citadinos sobre todo los sábados por la noche, donde era pretexto para escuchar
y mostrarse a tríos de cuerda formados por mandolina, guitarra y contrabajo, a
los que a veces acompañaban el banjo y el violín. Los domingos, alegremente se
desplazaban los ciudadanos a Milneberg y
a las orillas del lago Pontchartrain
para espectar y sobre todo escuchar hasta a
tres o cuatro decenas de bandas de músicos del lugar que interpretaban
diferentes ritmos, no solamente eso, los lunes y los miércoles se verificaban fiestas
en toda Nueva Orleans y al aire
libre, que buscaban recaudar fondos por diferentes motivos, tal como sucedió
después con las house rent parties
de Harlem.
Así mismo,
los establos de las vaquerías eran lugar habitual para hacer bailes; también se
organizaban fiestas en los barcos de vapor del Mississippi donde se ejecutaba jazz,
acto cotidiano que ya ha sido relatado por literatos y especialistas, y hasta Hollywood lo ha representado muchas
veces; no solamente eso, se hacían excursiones en el tren dominical y
promovidas por la Southern Pacific
entre otras compañías ferroviarias, y se contrataba a los mejores músicos de la
ciudad.
Y por si
fuera poco, los parques Lincoln y Johnson eran también importantes y
concurridos escenarios donde el pueblo acudía para ver y escuchar a las bandas
de Nueva Orleans, y se cuenta
también, los restaurantes, los salones de actos y públicos lugares de encuentro donde la música era el personaje obligatorio,
y ni que decir de los eventos importantes de la ciudad, como los típicos
desfiles y pasacalles, o las pruebas deportivas o las célebres festividades del
Mardi Gras y la Semana Santa, amén de las ocasiones solemnes como los entierros
y los sonoros funerales. Es decir, New
Orleans de esa época fue una
ciudad donde la música era vital para la vida terrena y ultraterrena de
esperanza como de resignación, de celebración y de goce cotidiano y ciudadano.
Fue el punto de
inicio del jazz, justo en el momento
en que el ragtime generó gran ola de
furor y se impuso cuando se ingresaba al siglo XX, la moda del ragtime obligaba a los músicos a
convertir sonidos y músicas
tradicionales al rag. Y precisamente cuando se mezcla el rag con la música
tradicional es que se crea el jazz.
Y para
darle mayor enjundia musical al nacimiento del Jazz, y al momento del parto,
precisamente en esa coyuntura y en esa conjunción se presentó junto a la música vernácula, el sorprendente entusiasmo
por la música europea, sea como concierto o como en ópera o como drama musical.
En esa coyuntura es que se inaugura el primer
gran teatro de Nueva Orleans para 1792 y comienza así una pujante tradición
de presentaciones teatrales y de conciertos formales que moldearon, afinaron y
enriquecieron los gustos musicales y la riqueza cultural de la ciudad con todo
entusiasmo y atención. Y luego, vinieron la construcción y desarrollo de otros
grandes e importantes teatros y escenarios y espacios musicales de primer nivel
en la ciudad.
Nueva Orleans era todo música en
ese período, y para todos sus niveles y estratos y estamentos sociales y
culturales. Obviamente y por imperio de la misma realidad y por el liderazgo de
las clases altas y poderosas de New
Orleans, y tal como sucedió también en Cuba, pues la fuerte influencia e
influjo de la tradición y música culta europea fue especialmente determinante y
eficaz y efectiva en la formación cultural y musical de los criollos negros de la ciudad.
A los criollos
de Nueva Orleans se les denominaba
con el término “criollo” (Creole). Originalmente esta palabra fue usada para tipificar a los
individuos de ascendencia francesa o española que habían nacido en las Américas,
por lo tanto era distintivo de orgullo para los descendientes de los primeros
colonos de Nueva Orleans con
respecto de las posteriores comunidades de inmigrantes. Pero cuando los
europeos pioneros tuvieron como amantes a esclavas, y producto de esta relación
nacieron hijos, pues a estos se les sindica como parte de un segundo grupo de
criollos, denominados Creoles of color o black Creoles.
Los criollos negros en New Orleans, muchos fueron
liberados antes de la abolición de la
esclavitud en todo el sur, en mérito al famoso Code Noir
o código negro de 1724, ya que dicho cuerpo de leyes, permitía
la manumisión de los esclavos con el simple consentimiento de su dueño. Estos negros manumitidos se consideraban de
otro y diferente estrato social con respecto a los negros esclavos, y muy al
contrario buscaban y trataban de imitar, cultivar, seguir y difundir las costumbres de los europeos de la ciudad, inclusive hablaban un patois francés,
tratando de hacer notar y denotar
ostensiblemente los privilegios de su posición
social intermedia.
Cuando se
termina el siglo XIX cambian las
cosas en el campo social y cultural, ya que desparece o se deroga el Código Negro arriba comentado, y se
pone en vigencia y positivamente el nuevo Código
Legislativo de Louisiana para 1894, el mismo que tipificaba jurídicamente
de negro a cualquier ciudadano de ascendencia africana. Esto causó un gran
impacto social y cultural, ya que los criollos de color al no tener amparo de
ningún tipo a sus pretensiones y aspiraciones sociales, no tuvieron otra salida
ante la imposición y el embate de la dura realidad que restablecer contactos y
relaciones y vínculos cada vez más fuertes y sólidos con la clase baja negra a la que terca y
tozudamente trataron de menospreciar y evitar durante largo tiempo.
Como no podía ser de
otro modo, estos cambios sociales impuestos política y jurídicamente, generaron
también cambios sustanciales y con fuerte influencia musical en Nueva Orleans, toda vez que los músicos criollos estaban mejor
capacitados e instruidos que los músicos negros de las clases bajas.
En esa
coyuntura, se presentó otra batalla, pero ya en el campo estrictamente
artístico y musical, toda vez que los refinados y cultos conjuntos de negros criollos se vieron obligados a
competir laboralmente con bandas de negros
empíricos musicalmente, pero más bulliciosos y coloridos y que tenían un
estilo más vibrante y chispeante, es ahí que empieza a cocinarse los cimientos
del jazz de Nueva Orleans. Como es fácil de suponer, el sonido hot va a triunfar y ganaría la batalla y como una variedad
dominante, pero también es bueno dejar sentado aquí, que la influencia de la
tradición criolla musical fue muy fuerte.
Cuando se
acababa el siglo XIX, las dos escuelas contendientes ya tenían a sus inmensos
líderes, por un lado estaba la banda
criolla de John Robichaux, con
sus refinados y pulidos arreglos y la reconocida maestría en la ejecución musical,
eran por cierto, la crema y nata del viejo estilo; y en la otra orilla estaba la
música del célebre cornetista Charles
“Buddy” Bolden.
(Fin de la sexta parte)
Lima, 05 de julio del 2016
Jaime Del
Castillo Jaramillo
Abogado
egresado de la U.N.M.S.M. con más de 25 años de ejercicio profesional y cuenta
con estudio jurídico abierto; politólogo con más de 20 años de ejercicio
profesional; periodista, fundador y director del programa radial y televisivo
‘Yo, Sí Opino’ (censurado en TV y cerrado cinco veces en radio); Maestría en
Ciencia Política con la tesis “Pensamiento Político peruano insuficiente y
epidérmico causa de nuestro subdesarrollo político”; Post Grado internacional
en Ciencia Política otorgado por la UCES – Universidad de Ciencias
Empresariales y Sociales de Buenos Aires-Argentina graduado con la tesis:
“Crisis terminal de los Partidos Políticos en el Perú”; catedrático
universitario de ‘Historia del Pensamiento Político”, “Filosofía Política”,
“Metodología de la investigación en Ciencia Política”, “Realidad Nacional”;
“Análisis Político”, “Ciencia Política”, etc.; blogger, comunicador social,
articulista y conferencista.
http://fororepublicanoperu.blogspot.com
@jaimedelcastill
yeagob2@gmail.com
https://www.facebook.com/jdelcastillojaramillo
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