Mis alumnos de Ciencia
Política en diferentes universidades de Lima, darán fe, que este modesto
servidor no se cansaba de enseñar, recalcar y relievar la posición 'realista'
en las relaciones internacionales y en diferentes materias de la Ciencia
Política, sobre todo, ponía incidencia con lujo de detalles académicos,
doctrina y lecturas de rigor, la validez de la "Antropología
Negativa", aquella antigua y famosa tesis de la Filosofía Política, que
niega la postura romántica que sostiene lo siguiente: 'el hombre nace bueno y
la sociedad la corrompe' tesis tan defendida por Juan Jacobo Rosseau y otros
personajes de la gran jungla o bosque de la Filosofía Política.
No solamente eso,
amparado en esa tesis antes mencionada, --que la asumo desde hace años--, hacía
una revisión de la historia universal, en sus facetas y estaciones y momentos
políticos relevantes y trascendentes, con la consciente, académica y
responsable finalidad, de dar cuenta efectiva de la debida confirmación de mis
tesis antes mencionada, para mis alumnos de Ciencia Política.
En tal virtud, la
reciente victoria electoral firme y contundente de Donald Trump en los Estados
Unidos, no me podía llamar la atención, ni menos escandalizar, como a muchos
dizque 'analistas políticos' le ha sucedido y se puede comprobar en diferentes
países del mundo. Es más, el reconocido académico y prestigioso economista y
analista político Paul Krugman, confirma nuestra tesis y posición antedicha,
cuando escribió hace muy poco en un reputado y prestigioso medio de
comunicación internacional, que las personas blancas de los Estados Unidos que
viven de la actividad agrícola y/o rural, las mismas a quienes no les interesa
el concepto e imaginario de lo que significa los Estados Unidos para los
ciudadanos de las urbes, pues esos mismos norteamericanos del campo o rurales,
consideran firmemente que los Estados Unidos es cuestión de sangre y de tierra,
es cuestión de raza blanca y de fuerza bruta, para defender sus posiciones, en
suma y según Krugman, esos mismos campesinos norteamericanos se rigen por un sistema
patriarcal tradicional y sobre todo, para ellos, es cuestión de soberanía
étnica de la raza blanca ante todo y sobre todo.
Nosotros creemos que
Paul Krugman nunca se ha equivocado, es más, acertó de cabo a rabo, en su
advertencia sobre la victoria de Donal Trump sobre Hillary Clinton en la última
contienda electoral nacional presidencial 2016, porque no solamente votaron por
Trump los conservadores y racistas rurales, si no que también lo hicieron,
muchos descontentos e insatisfechos con la labor del partido demócrata en la
última versión del gobierno de Barack Obama, vale decir, se unió el racismo con
el descontento, la insatisfacción, el egoismo y la impotencia.
Este modesto servidor,
escribió en su momento en mi cuenta facebook, que fue un grave error de Barack
Obama y familia, el apoyar decidida, abierta y frontalmente, la candidatura
presidencial de Hillary Clinton, eso fue un grave error que nunca debieron
cometer ni permitir, los asesores y los comunicadores políticos tanto de Obama
como de Clinton: ambos se amarraron los pies y las manos y se entregaron a las
fauces de la bestia salvaje del egoísmo, la perversión y el racismo poderoso
aún, en las mismas entrañas del gigante norteamericano.
Había muchos y delicados
y valiosos intereses en juego y miles de miles de millones de dólares por
negociar, para que Obama y Clinton jueguen a los niños decentes y románticos y
'héroes' de la nación americana, cuando bien sabemos que Estados Unidos es una
nación pragmática esencialmente, que premia y bendice al triunfador y al líder
dispuesto a incendiar todo, con tal de salvar la supremacía de los Estados
Unidos en el mundo y la imposición de los valores tradicionales dentro de la
gran nación americana; Obama y Clinton y todo su ejército de asesores pecaron de
ingenuos y románticos y perdieron tonta y estrepitosamente, lo que nunca
debieron de perder.
Está claro en el hoy por
hoy, que muchos dizque asesores y marketeros y comunicadores políticos,
simplemente venden humo y engañan y estafan con lugares comunes y
batiburrillos, dizque de 'marketing electoral'
o de recetas infalibles para ganar elecciones de todo tipo, pero en
realidad, todo es mentira y estafa y poses para la foto y para sorprender a
intonsos.
Donald Trump, casi ni se
despeinó para ganar la presidencia de la República norteamericana, simplemente
se mostró como era: multimillonario, desenfadado, agresivo, decidido,
emprendedor, soberbio y fuerte. Y eso es precisamente, todo lo contrario a lo
que ha demostrado ser Barack Obama en la Casa Blanca y muchos dizque asesores y
marketeros políticos ni cuenta se han dado; Obama ha demostrado que es el
'huerfanito' del poderoso sistema político norteamericano; Obama ha demostrado
que iba a la deriva y al abismo, mientras su sistema político se fortalecía más
y se endurecía más sin que le pidan permiso ni autorización; Obama se definió
más, como un filósofo ermitaño y monacal, antes que un recio y agresivo
político, dispuesto a morir por los Estados Unidos y sus altos intereses
nacionales e internacionales; Obama jugó su propio partido y fue egoísta con su
conducta 'sobria' y 'serena', cuando eso y ello, lo alejaba absolutamente de
los grandes, ruidosos y temibles engranajes del poderoso sistema político
norteamericano. Trump, simplemente se mostró como la figura fuerte, recia,
soberana y agresiva, que es necesaria para defender y mantener en alto y
triunfadora, a la primera potencia del mundo y sus intereses, tan simple como
eso; repito, tan simple como eso.
Y es que parece que no
queremos entender que, se ha probado miles de veces en la historia democrática
occidental, que en las contiendas electorales y específicamente en el cuarto
secreto o cabina electoral, se muestra y se vuelca y se materializa el egoísmo
absoluto y se despliegan los intereses más miserables, abyectos y repudiables
que el género humano pueda procrear y maquinar, llamados por muchos,
simplemente como 'intereses'; dejémonos de tanto romanticismo en las escuelas
de ciencia política en Perú, dejemos de engañar a los estudiantes de ciencia política
con oraciones de monjas reprimidas e ingenuas, recitando los mismos salmos de
hace 30 años atrás o con separatas que cuestan una peseta a la salida del
recinto universitario y hagamos "realismo político" basándonos en las
ciencias sociales y en la naturaleza humana y sobre todo, en las lecciones que
la madre historia nos da, con abundante documentación y probanza. Expulsemos de
las escuelas de ciencia política a tanto abogadete fracasado, que enseña
'ciencia política' por hambre y necesidad y contratemos a verdaderos
politólogos, sea la que fuere, su posición y su mentalidad.